Huracán Melissa: El monstruo climático que desafía la resiliencia del Caribe
Jamaica sufre el embate de un huracán categoría 5 sin precedentes mientras Cuba y otras islas del Caribe refuerzan evacuaciones y estrategias de supervivencia
El 2025 pasará a la historia del Caribe como el año en que la naturaleza desató su furia sin precedentes. El huracán Melissa, con vientos sostenidos de 280 km/h, ha azotado Jamaica como el ciclón más potente registrado en la isla en sus 174 años de monitoreo meteorológico.
Una catástrofe anunciada
Desde días antes de su llegada a tierra, el gobierno jamaicano había emitido alertas rojas y activado todos los protocolos de emergencia disponibles. El Primer Ministro Andrew Holness fue claro en su advertencia: “No existe infraestructura en Jamaica capaz de resistir un huracán categoría 5”. Lo que se temía se volvió realidad: hundimiento de carreteras, deslizamientos de tierra, cortes de energía masivos y un nivel de temor colectivo pocas veces visto en el país caribeño.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de EE. UU., Melissa tocó tierra por la parroquia de St. Elizabeth al sur de la isla, atravesando Jamaica en diagonal para salir por St. Ann, en el norte. La tormenta dejó una huella de destrucción en cada kilómetro recorrido.
La amenaza invisible: la marejada ciclónica
Uno de los riesgos más letales no viene del viento sino del agua. Se pronostica una marejada ciclónica de hasta 4 metros en el sur de la isla, un fenómeno que podría arrasar estructuras costeras, inundar barrios completos e incluso poner en jaque hospitales. Así lo expresó el Ministro de Salud de Jamaica, Christopher Tufton, quien reveló que han tenido que reubicar pacientes a los pisos superiores con la esperanza de evitar una tragedia mayor.
Un balance letal
Aunque los pronósticos intentaron prepararnos, la amenaza de Melissa ya se ha cobrado vidas. Se reportan al menos 7 muertes confirmadas: tres en Jamaica, tres en Haití y una en República Dominicana. Las autoridades dominicanas también reportan una persona desaparecida.
Preparación e incertidumbre
Desde Kingston, Colin Bogle, asesor de Mercy Corps y residente en las afueras de la capital, relató el ambiente de temor que domina a la población: “Hay una sensación de impotencia. Muchos no pueden evacuar porque no tienen a dónde ir o porque simplemente no han vivido nada como esto antes”.
Mientras tanto, el Ministro de Agua y Medioambiente, Matthew Samuda, pidió a la población que cuide cada gota de agua: “Tenemos más de 50 generadores listos para desplegar, pero el acceso al agua potable es una prioridad”.
Cuba: en el camino de Melissa
Pero Melissa no termina su devastador camino en Jamaica. Se espera que siga avanzando hacia el norte-noreste y toque tierra en Cuba, más específicamente en las provincias orientales como Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo. Los meteorólogos pronostican lluvias acumuladas de hasta 51 centímetros y grandes inundaciones costeras debido a las marejadas ciclónicas.
El gobierno cubano ya ha comenzado a evacuar a más de 600,000 personas, incluyendo habitantes de Santiago, la segunda ciudad más importante del país. Una operación masiva con apoyo militar, brigadas médicas y comités de defensa revolucionaria ha sido activada, reflejando la gravedad del riesgo.
Haití y República Dominicana: en la línea de fuego
Los efectos de Melissa no han pasado desapercibidos en otras regiones del Caribe. En Haití, ya debilitado por crisis políticas y una infraestructura en ruinas, las lluvias intensas amenazan con provocar deslizamientos de tierra y colapsos de viviendas en las laderas. En la República Dominicana, mientras tanto, la Defensa Civil activa refugios y monitorea caudales de ríos en alerta roja.
El huracán ha obligado a emitir advertencias de tormenta tropical en toda la región, afectando gravemente a comunidades rurales y costeras donde el acceso a alimentos y asistencia médica es limitado.
Melissa y el efecto dominó
Según el informe del Servicio Meteorológico de Jamaica, Melissa se encuentra ahora aproximadamente 240 km al suroeste de Kingston y se mueve a una velocidad de apenas 4 km/h. Esto significa más tiempo sobre tierra, mayor exposición al viento, y un volumen de lluvia acumulada mucho más destructivo de lo habitual.
“Un huracán lento es doblemente peligroso. Tiene más tiempo de causar daño, más lluvia intensa y la recuperación es mucho más complicada”, afirma el meteorólogo jefe Evan Thompson.
Lecciones del pasado: ¿hemos aprendido?
Melissa supera en intensidad y características al huracán Gilbert de 1988, considerado hasta ahora el más potente en tocar Jamaica, el cual causó más de 300 muertes y pérdidas económicas por encima de los 4 mil millones de dólares.
Tras desastres como Katrina (2005) o María (2017), la preparación para huracanes ha mejorado a nivel técnico, pero la infraestructura en el Caribe no siempre está al nivel que esta nueva generación de ‘hiperciclones’ requiere. Estos eventos extremos se están volviendo más frecuentes y destructivos por el cambio climático.
La resiliencia y el reto de reconstruir
La pregunta ya no es si se puede evitar el impacto de estos eventos, sino cuán rápido pueden recuperarse las naciones caribeñas. El Primer Ministro Holness lo resumió así: “El desafío es la velocidad de recuperación. Eso es lo que determinará la resiliencia real”.
Además del respaldo internacional de organizaciones como la Cruz Roja, se espera que países aliados movilicen ayuda financiera, maquinaria y personal para reconstruir viviendas, hospitales y redes eléctricas.
El Caribe, al frente del cambio climático
La intensidad de Melissa vuelve a poner sobre la mesa el rol protagonista del Caribe en la lucha contra el cambio climático. A pesar de ser uno de los menores contribuyentes globales de emisiones de gases de efecto invernadero, el Caribe es una de las regiones más vulnerables a sus consecuencias.
En palabras del director ejecutivo de la Comunidad del Caribe (CARICOM), Irwin LaRocque: “Cada huracán de esta magnitud es como una guerra que nos lanza la naturaleza. Y no tenemos armas suficientes para combatirla”.
¿Y después de Melissa?
Melissa ha sido descrita por expertos como un "superhuracán de libro". Su paso devastador dejará consecuencias sanitarias, sociales y económicas de larga duración. Además, se espera que se intensifiquen los esfuerzos por parte de las islas afectadas para solicitar ayuda internacional, revisar modelos constructivos y actualizar políticas de evacuación y protección civil.
Mientras tanto, la región del Caribe observa el desplazamiento del ciclón hacia el noreste, donde las Bahamas y las Islas Turcas y Caicos ya se preparan para un posible golpe directo.
Las autoridades esperan que se reduzcan los vientos y lluvias en los próximos días, pero el trabajo apenas comienza. El huracán Melissa ha sido más que una tormenta. Es un llamado urgente a la preparación, cooperación regional y a la justicia climática.
