Intensificación extrema de huracanes: el devastador ejemplo de Melissa y la amenaza de un mundo más cálido

El huracán Melissa, ahora de categoría 5, refleja la creciente influencia del cambio climático en la formación de tormentas destructivas que amenazan a millones de personas en zonas costeras

Un fenómeno meteorológico que alerta al mundo

El huracán Melissa se ha convertido en una prueba latente del impacto del cambio climático sobre los fenómenos extremos, al intensificarse rápidamente hasta alcanzar la categoría 5, la más alta en la escala de Saffir-Simpson. Con vientos sostenidos superiores a los 252 km/h y trayectoria directa hacia Jamaica, Melissa amenaza con convertirse en uno de los huracanes más poderosos en tocar tierra en la isla caribeña desde que se tienen registros, que datan del año 1851.

Este fenómeno no es aislado. Según especialistas en meteorología y clima, durante la temporada de huracanes 2025 se han registrado al menos cuatro tormentas que han experimentado intensificación rápida, lo cual significa que su velocidad del viento ha aumentado en más de 55 km/h en menos de 24 horas.

¿Qué es la intensificación rápida y por qué es preocupante?

De acuerdo con un estudio publicado por la revista Scientific Reports en 2023, las tormentas tropicales en el Atlántico son actualmente más del doble de propensas a experimentar intensificación rápida respecto a hace treinta años.

  • Entre 1971 y 1990: solo el 3,2% de las tormentas pasaron de categoría 1 a categoría mayor (3 o más) en 24 horas.
  • Entre 2001 y 2020: la cifra aumentó a un preocupante 8,1%.

Esta intensificación súbita pone en riesgo la vida de millones de personas, particularmente en zonas costeras o insulares donde la capacidad de respuesta e infraestructura suelen ser limitadas.

Melissa: una amenaza sin precedentes

Melissa, fortalecida por temperaturas oceánicas anormalmente altas —alrededor de 30 °C, es decir, entre 2 y 3 °C más de lo habitual— se formó en aguas del Atlántico tropical pero, al contrario que otros ciclones que se disipan mar adentro, este huracán sigue una ruta de destrucción poblada.

Se espera que haga contacto con Jamaica este martes, para luego continuar hacia Cuba y Bahamas.

Hasta el momento, el huracán ha dejado al menos 6 muertos en República Dominicana y Haití, y ha causado daños a casi 200 viviendas en la región.

La ciencia tras el monstruo: océanos más cálidos, huracanes más intensos

Según Akshay Deoras, meteorólogo del University of Reading, el patrón de contribución climática es claro:

“Esa parte del Atlántico está extremadamente caliente, no solo en la superficie, sino también en las capas más profundas, lo cual entrega mucha más energía disponible para el fortalecimiento de tormentas.” — Akshay Deoras

Bernadette Woods Placky, jefa de meteorología de Climate Central, enfatiza que en un mundo más cálido, los ciclos extremos serán más comunes:

“No todos los ciclones tropicales se intensificarán rápidamente, pero con el calentamiento global, esa posibilidad será cada vez más frecuente.”

Melissa y la vulnerabilidad de los estados insulares

Las islas del Caribe se enfrentan a una doble amenaza: por un lado, la rising sea level (subida del nivel del mar), y por otro, la creciente intensidad de huracanes. Anne Rasmussen, representante de la Alianza de Pequeños Estados Insulares en la ONU, lo deja claro:

“Con el 90% del calor extra absorbido por los océanos, estamos viendo cómo se calientan y se elevan. Las costas se están erosionando y tormentas como Melissa agravan aún más estos efectos.”

Estas pequeñas naciones, altamente dependientes del turismo y con infraestructuras frágiles, arriesgan perder no solo vidas humanas, sino también entornos enteros.

Cambio climático: culpable amplificador

Mientras que los huracanes han existido siempre, el cambio climático está amplificando su frecuencia e intensidad. Las emisiones de gases de efecto invernadero, producto en su mayoría de la actividad humana, están alterando los patrones meteorológicos naturales.

La intensificación de Melissa ocurre en un contexto de temperaturas récord. La Organización Meteorológica Mundial reportó que 2023 fue el año más cálido registrado, y que esa tendencia continuará si no se toman medidas drásticas ante la crisis climática.

¿Qué se puede hacer?

Deoras subraya que aunque no podamos detener los huracanes, sí podemos disminuir los riesgos asociados:

  • Reducir emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el calentamiento global.
  • Mejorar sistemas de alerta temprana, esenciales para la prevención.
  • Invertir en infraestructura costera, como muros de contención, drenajes eficientes y sistemas de evacuación.

Además, la concienciación también es clave. Melissa, como tormenta, pasará. Pero los efectos de nuestra desidia ambiental podrían quedarse.

Un llamado desde el Caribe

Las palabras de Anne Rasmussen resumen el sentir de muchas comunidades expuestas:

“Todos nuestros Estados insulares pequeños conocen demasiado bien el temor y el pánico que sienten quienes están en la trayectoria de un huracán. Este trauma no puede convertirse en nuestra normalidad.”

A medida que Melissa continúa su marcha destructiva, las imágenes de devastación solo refuerzan una verdad incómoda: la era de los huracanes extremos ha llegado y el cambio climático es su principal aliado.

El presente exige acciones políticas coordinadas, inversiones ambiciosas y una transformación social que ponga el respeto por el planeta en el centro de la toma de decisiones. Porque si no actuamos ahora, futuros ‘Melissas’ podrían ser más intensos, más frecuentes y aún más letales.

¿Estamos preparados realmente?

La tempestad de Melissa no solo agita los mares del Caribe, sino también las conciencias de millones. El clima ya ha comenzado a cambiar. La verdadera pregunta es: ¿cambiaremos nosotros?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press