Garmentos sagrados sin mangas: el cambio cultural que muchas mujeres mormonas esperaban
El lanzamiento de nuevas prendas sagradas para mujeres SUD no solo marca un hito religioso, sino también un paso simbólico hacia la inclusión, el confort y la modernidad
Salt Lake City, Utah. Las largas filas fuera de las tiendas Deseret Book en Utah este pasado 28 de octubre parecían escenas de un viernes negro, pero lo que esperaban estas mujeres no era una oferta navideña ni la última moda secular, sino algo mucho más personal y espiritual: las nuevas prendas sagradas sin mangas introducidas por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
¿Qué son las prendas sagradas?
Las prendas del templo, comúnmente conocidas entre los miembros como "garments" y ridiculizadas por muchos ajenos como "ropa interior mágica", forman parte esencial del compromiso religioso de los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (SUD). Estas prendas, que tanto hombres como mujeres visten bajo su ropa cotidiana, recuerdan compromisos de castidad, obediencia y consagración hechos en ceremonias religiosas.
El uso de estas prendas ha sido tema de incomprensión por parte del público general. Sin embargo, su intención es comparable con vestimentas religiosas en otras tradiciones, como los hábitos en el catolicismo o los talit en el judaísmo.
Un giro hacia la comodidad: las prendas sin mangas
Las nuevas prendas sin mangas han sido diseñadas considerando no solo el simbolismo espiritual, sino también la comodidad física. Confeccionadas en nuevas telas más frescas, transpirables, e incluso con algo de spandex para un ajuste más cómodo, estas prendas han sido bien recibidas por mujeres que viven en climas cálidos o tienen condiciones médicas que hacían incómodo el uso de las prendas tradicionales, muchas veces hechas de mezclas no transpirables de algodón y poliéster.
“Creo que es genial que estén considerando las necesidades de las mujeres”, dijo Amanda Shirley, miembro de la iglesia de Salt Lake City. “El simbolismo sigue siendo lo más importante para mí, pero este cambio es sin duda positivo”.
Por qué este cambio es más profundo que un simple rediseño
Este paso va mucho más allá del diseño textil. Históricamente, la iglesia SUD ha sido criticada por su estructura jerárquica liderada exclusivamente por hombres. Las decisiones doctrinales y administrativas siguen siendo encabezadas por un sacerdocio exclusivamente masculino. Sin embargo, este nuevo diseño de prendas —concebido por un equipo que incluyó tanto hombres como mujeres y que consultó con fabricantes de lencería reconocidos— parece enviar una señal de mayor sensibilidad y adaptación a sus miembros femeninas.
La profesora Kathleen Flake, experta en estudios mormones, explica:
“La iglesia está creando ropa interior para el mundo. No es solo una cuestión de estilo, es procurar que el mayor número de personas pueda cumplir con esta parte de su religión con el mayor confort posible”.
La expansión global y el nuevo diseño
El cambio también refleja la creciente naturaleza global de la iglesia. Con más de 17 millones de miembros en todo el mundo, muchas mujeres en África y Filipinas ya tenían acceso a versiones sin mangas de las prendas por razones prácticas. El hecho de que estas versiones lleguen ahora a EE.UU. sugiere una apertura institucional hacia una práctica más diversa, culturalmente consciente y centrada en el bienestar del usuario.
Daniel Walker, un joven misionero que se dirige a Roseville, California, habló abiertamente del valor de estas prendas para su vida espiritual y también de su incomodidad previa:
“Para mí, son un recordatorio diario de los convenios que he hecho con Dios. No deberían ser un secreto ni motivo de burla. Pero claro, si además me las puedo poner sin morirme de calor, pues mejor”.
Una respuesta con entusiasmo masivo
La respuesta al lanzamiento fue inmediata. En el barrio de Sugar House, en Salt Lake City, cientos de mujeres hicieron fila desde temprano con sus cestas azules en mano. A las 3 p.m., las tallas pequeña y extra pequeña estaban agotadas. El precio de cada prenda oscila entre los $4 y $5, y una empleada recorría la fila con una cinta de medir explicando las bondades de la nueva tela y estilo.
Se ha establecido una línea de compra limitada a 20 artículos por clienta para evitar el acaparamiento y permitir que más personas puedan tener acceso. Aunque hay disponibilidad en línea, muchas optaron por probarse las prendas antes de comprarlas.
Un cambio con historia
El rediseño de las prendas no es un fenómeno nuevo dentro de la historia SUD. Desde el siglo XIX, las prendas han evolucionado desde su estilo original de una sola pieza hasta versiones más funcionales y modernas. La iglesia ya había introducido variaciones significativas en el pasado que respondían a cambios culturales —por ejemplo, la transición de ropa interior de cuerpo entero a conjuntos de dos piezas en los años 70.
Como señala Flake:
“La forma en que la gente se viste cambia, y con eso, también lo hacen estas prendas. Lo importante es mantener el propósito espiritual intacto”.
¿Un paso hacia una iglesia más equitativa?
Este gesto también puede interpretarse como una tímida pero importante señal de que la iglesia está más dispuesta a escuchar a las mujeres. La brecha entre hombres y mujeres dentro de la iglesia sigue siendo tema de debate, especialmente considerando que el máximo liderazgo eclesiástico está compuesto únicamente por hombres. Las mujeres, aunque participan en algunos consejos, permanecen en niveles inferiores en la estructura organizativa.
No obstante, una decisión como esta —favoreciendo la voz femenina e incluso permitiendo que necesidades físicas tengan peso en las decisiones doctrinales prácticas— sugiere que, mientras no exista un cambio revolucionario en la teología del sacerdocio, puede haber avances significativos hacia una iglesia que refleje mejor las vidas de todas sus integrantes.
El futuro del diseño sagrado
Si bien las prendas siguen siendo consideradas sagradas y no deben ser mostradas ni discutidas ampliamente en entornos no religiosos, el hecho de que sus diseños ahora se discutan abiertamente y que incluso miembros jóvenes como Walker hablen de ellas públicamente podría indicar un enfoque más educativo y menos secreto sobre estos símbolos.
Está por verse si este nuevo diseño generará otras modificaciones, como colores más adecuados para cierta ropa exterior, o ajustes extra para mujeres embarazadas o con cirugía reciente, una petición frecuente desde hace años.
Por lo pronto, el rotundo éxito de ventas y la reacción fervorosa en las redes sociales prueban que esta adaptación no era un simple cambio de telas, sino una respuesta emocional, cultural y espiritual a una necesidad ampliamente compartida por miles de mujeres en la fe mormona.
Y quién sabe: quizás este importante cambio inspire nuevas revisiones doctrinales donde las necesidades femeninas ya no se asuman como excepciones, sino como parte integral del desarrollo y evolución de la comunidad SUD global.
