Halloween: Más que una fiesta, una temporada cultural en expansión
Entre disfraces, películas de horror y toneladas de dulces, Halloween une generaciones con creatividad, tradición y un toque de extravagancia.
¿Qué significa Halloween en la actualidad? Para muchos, es una excusa divertida para disfrazarse, ver películas de terror y comer dulces. Pero la celebración de Halloween ha adoptado nuevos significados y formas de expresión que trascienden generaciones y niveles de entusiasmo. Desde mega-decoraciones hasta disfraces familiares, Halloween se ha consolidado como una tradición cultural estadounidense con una creciente expansión a nivel global.
Una festividad para todos: del niño al adulto
Halloween, que encuentra raíces tanto en la antigua festividad celta de Samhain como en la víspera cristiana del Día de Todos los Santos, ha evolucionado en Estados Unidos hasta convertirse en una de las principales celebraciones del calendario comercial. En 2023, la Federación Nacional de Minoristas (NRF) estimó que el gasto de Halloween alcanzó los $12.2 mil millones, el más alto desde que se tienen registros.
Y no solo los niños lo aprovechan. Una encuesta de AP-NORC revela que alrededor del 66% de los adultos en EE. UU. celebrarán Halloween de alguna forma. Esta cifra aumenta al 80% entre padres con hijos menores de 18 años, quienes encuentran en esta festividad una oportunidad ideal para compartir experiencias lúdicas con sus hijos.
De decoraciones moderadas a hogares embrujados todo el año
Casas con telarañas falsas, esqueletos danzantes y luces naranjas son comunes en vecindarios estadounidenses durante octubre. Pero algunas personas, como Jessica Byrd de Arizona, llevan este amor por Halloween a otro nivel. Byrd decora su hogar con motivos espeluznantes durante todo el año: “Es creativo y me permite expresarme”, cuenta. Entre brujas de porcelana y murciélagos colgantes, su entorno parece más un tributo permanente al horror teatral que una decoración pasajera.
Otra entusiasta es Kathy Rice, de 75 años, quien recuerda con cariño los Halloween de su infancia en un vecindario lleno de niños. Ella y su vecina han desarrollado una tradición particular: dejarse sorpresitas en un caldero decorativo durante la temporada. “Me dejó una galleta y unos chicles con forma de ojos. ¡Muy Halloween!”, comenta Rice.
El boom de los disfraces familiares (¡y para mascotas!)
Halloween también es sinónimo de creatividad en forma de vestuario. Desde princesas y zombis hasta personajes de la cultura pop como Pikachu o superhéroes de Marvel, los disfraces se han diversificado. Y no solo los niños participan. Aproximadamente un tercio de los adultos planea vestirse para la ocasión, y muchos lo hacen acompañando a sus hijos o asisten a fiestas temáticas.
Un dato curioso: aunque es menos común, un 9% de los adultos dice que también disfrazará a su mascota. Sherry Jenkins, de Blairstown (Nueva Jersey), planea vestir a su perro como mariposa. Jenkins vive en un lugar particular: su pueblo fue escenario de la original Friday the 13th, lo que convierte al sitio en una meca del turismo de terror cada octubre.
La tradición de pedir dulces: ¿candy o alternativas saludables?
Trick-or-treat (pedir dulces puerta a puerta) sigue siendo una de las tradiciones favoritas, particularmente entre las familias. La encuesta de AP-NORC muestra que solo el 5% de los adultos planea dar opciones saludables como pasas o barras de cereal. El resto se mantiene fiel a los caramelos, chocolates y gomitas tradicionales.
Jenkins aprendió por las malas a evitar las opciones saludables. “Un año di pasas y todos se burlaron de mí”, recuerda entre risas. En promedio, su casa recibe más de 1,000 niños cada año. “Definitivamente aquí es donde está la fiesta”, asegura.
El cine de terror: de clásico a ritual cultural
Otra forma común de celebrar Halloween es viendo películas de terror. Alrededor del 31% de los adultos dice que planea hacerlo como parte de las celebraciones. Los clásicos como Halloween de John Carpenter, Psycho de Hitchcock o The Shining de Stanley Kubrick siguen siendo favoritos, pero también hay otros enfoques menos aterradores y más festivos, como Hocus Pocus o The Nightmare Before Christmas.
Karalyn Kiessling, de Michigan, tiene su propia tradición: ver The Rocky Horror Picture Show junto a su esposo. “Es divertido, campy y un clásico de culto”, comenta. Aunque ella se describe como una participante “moderada” del Halloween, este tipo de rituales cinematográficos le permiten vincularse con la festividad desde su propio ángulo.
Halloween intergeneracional: una excusa para unir lazos
Más allá de los disfraces y las golosinas, Halloween representa una excelente excusa para fomentar conexiones sociales. Vecinos que comparten golosinas, padres que se disfrazan junto a sus hijos, abuelos que recuerdan su infancia con emoción: todos encuentran un motivo para participar.
Fred Joncas, un padre de Carolina del Norte, saldrá a pedir dulces con su hija pequeña disfrazado como un personaje de anime, mientras la niña irá vestida como una criatura de Pokémon. “Desde mayo no habla de otra cosa que no sea Halloween”, comenta entre risas.
El papel creciente de Halloween en la economía
Halloween no es solo un evento cultural y social. Es también un motor económico importante en Estados Unidos. Los consumidores gastan en decoraciones, disfraces, dulces y entretenimiento. Según NRF, el gasto en decoraciones ha crecido un 14% desde 2021, mientras que el sector de disfraces ha visto un incremento del 18%, en gran parte impulsado por redes sociales y plataformas como TikTok, donde los disfraces virales han ganado protagonismo.
Y en el resto del mundo...
Aunque el Halloween tiene su raíz más profunda en Estados Unidos, también ha ido ganando adeptos en América Latina, Europa y Asia. En países como México, donde el Día de Muertos tiene una fuerte presencia cultural, Halloween se ha fusionado formando una dualidad cultural interesante. Por otro lado, en países como Japón o Corea del Sur, cada vez se celebran más eventos temáticos, particularmente entre los jóvenes.
¿Una moda o una costumbre duradera?
Todo apunta a que Halloween ha llegado para quedarse, no solo como una fiesta para niños, sino como un fenómeno cultural que une generaciones e incluso trasciende fronteras. Con elementos que van desde el horror lúdico hasta la expresión artística, pasando por la nostalgia y la innovación, Halloween se convierte cada año en un espejo de los tiempos: diverso, creativo, interactivo y festivo.
