Shohei Ohtani: La leyenda que está redefiniendo el béisbol moderno
Entre batazos históricos, hazañas en la lomita y homenajes de otros deportistas de élite, el fenómeno japonés escribe su propio capítulo épico en la historia de la MLB
Un clásico instantáneo: el Juego 3 más largo y épico de la Serie Mundial
El pasado lunes 27 de octubre de 2025 se vivió un momento inolvidable en el Dodger Stadium. En un duelo de 18 entradas y más de seis horas y media de duración, los Dodgers de Los Ángeles derrotaron 6-5 a los Blue Jays de Toronto gracias a un jonrón de Freddie Freeman. Pero quien se robó los reflectores no fue otro que Shohei Ohtani, el fenómeno japonés que continúa dejando sin aliento a la comunidad deportiva global.
Ohtani se convirtió en el primer jugador en 119 años en conectar cuatro extrabases en un juego de Serie Mundial: dos jonrones y dos dobles. Además, recibió cinco bases por bolas—cuatro de ellas intencionales—y alcanzó base nueve veces, empatando un récord histórico en las Grandes Ligas.
En el mismo juego, fue atrapado robando en la novena entrada tras sufrir un calambre, pero se mantuvo en el encuentro. Su compromiso es tal que, menos de 17 horas después, subirá al montículo como abridor del Juego 4, también ocupando el primer turno en el orden al bat. ¿Quién hace eso? Sólo Ohtani.
Un superhumano sin comparación
Sus compañeros de equipo y figuras de talla mundial en otros deportes simplemente no pueden creer lo que ven. Freddie Freeman comentó entre risas: “A veces sólo quiero asegurarme de que no es una máquina ahí debajo”. Los Dodgers, a pesar del cansancio acumulado, confían ciegamente en su superestrella.
Tyler Glasnow, otro lanzador de los Dodgers, fue más directo: “Es una especie de superhombre”. Y es que Ohtani ha demostrado ser capaz de lanzar rectas de 100 mph y, acto seguido, batear jonrones cruciales. Es un unicornio, un fenómeno nunca visto en 150 años de historia de las Grandes Ligas.
La admiración desde otros deportes
El respeto hacia Ohtani trasciende los límites del béisbol. Estrellas de otros deportes expresan una mezcla de asombro y reverencia hacia lo que está logrando el nipón.
- Patrick Mahomes (NFL): “Es increíble. Domina como lanzador y como bateador. Cada jonrón era necesario. Es de los mejores a ambos lados del juego”.
- Kevin Durant (NBA): “Está cambiando el deporte en general. Es una leyenda viviente”.
- Deion Sanders (NFL y MLB): “Es genial. No es bueno, es genial. Pasarán décadas antes de que veamos algo así otra vez”.
- Dak Prescott: “Eso no se puede hacer ni en un videojuego”.
- Calvin Johnson: “Ohtani ha prendido fuego a un nuevo camino para los pitchers que quieren batear”.
Incluso entrenadores de baloncesto, como Tara VanDerveer, quien confesó no ser gran fan del béisbol, expresaron su admiración: “No sigo el béisbol, pero lo que ha hecho es increíble. Verlo es ver la excelencia en su máxima expresión”.
Un doble amenaza con estadísticas históricas
El récord de Ohtani en ambas facetas del juego es simplemente monstruoso:
- Promedio de bateo: .282
- Jonrones: 280
- Carreras impulsadas: 669
- Récord como lanzador: 39-20 con 3.00 ERA
- 670 ponches en 528.2 innings
Además, su velocidad promedio de pitcheo (98.4 mph) y la velocidad de salida de sus batazos (94.9 mph) lo sitúan entre los mejores en ambas categorías en la MLB. Ningún jugador en la historia había combinado ambos extremos con ese nivel de excelencia.
El efecto Ohtani en la cultura beisbolera
Ohtani ha revivido la conversación sobre los jugadores de doble vía, un perfil casi extinto en las Grandes Ligas modernas. Uno de los obstáculos ha sido la especialización extrema: relevistas que sólo lanzan una entrada, bateadores designados sin campo, y un sistema que muchas veces encasilla en lugar de permitir explorar múltiples talentos.
La propia MLB tiene el Premio John Olerud para el mejor jugador de doble vía en el béisbol universitario. Algunos ganadores como Paul Skenes renunciaron a batear profesionalmente para enfocarse en su carrera sobre la loma, haciendo que la figura de Ohtani, persistente y desafiante del sistema, brille aún más.
Una actuación para la eternidad
En el Juego 4 de la Serie de Campeonato Nacional ante Milwaukee, Ohtani no sólo lanzó seis entradas sin permitir carrera y ponchó a diez bateadores, también conectó tres jonrones. El comisionado de MLB, Rob Manfred, no dudó: “Probablemente el mejor juego de todos los tiempos”.
Ahora, en la Serie Mundial, está desafiando nuevamente los límites humanos y redefiniendo nuestro entendimiento del talento deportivo.
Un legado que ya inspira
En Japón, Ohtani ya es una figura mítica. Pero su inspiración se extiende más allá de Asia. Su presencia invita a niñas, niños y jóvenes de todo el mundo a soñar con romper paradigmas. Él lo ha dicho muchas veces:
“Quiero animar a los niños que intentan jugar en ambas posiciones a que lo sigan haciendo el mayor tiempo posible.”
Sus compañeros, sin embargo, son más realistas. Mookie Betts fue claro: “No cualquiera es Shohei Ohtani. Esto no es sólo deseo, es una mezcla de talento crudo, habilidad atlética y dedicación absurda”.
¿Un sueño irrepetible?
Mientras algunos idealistas sueñan con clones de Ohtani, otros aceptan que quizás estemos presenciando algo que no se repetirá en muchas décadas. Lo cierto es que su paso por los Dodgers y la MLB ha sacudido los cimientos del deporte. Como dijo Omar Minaya —ejecutivo con décadas de experiencia en la MLB— “El deporte se ha vuelto tan especializado que desincentiva la versatilidad. Ohtani es una excepción milagrosa”.
Pero qué bendición es poder verlo en acción. En juegos que duran 18 entradas, en hazañas imposibles que no pueden replicarse ni en videojuegos. Shohei Ohtani está escribiendo la historia otra vez, y nosotros somos testigos.