Gaza bajo fuego: la frágil tregua rota y sus consecuencias humanas

Más de 60 muertos en una sola noche tras nuevos bombardeos israelíes, la mayoría niños y mujeres. ¿Está al borde del colapso el cese al fuego?

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La violencia ha vuelto a golpear con fuerza la Franja de Gaza. En horas de la madrugada, una serie de ataques aéreos israelíes dejaron al menos 60 muertos, incluidos más de 30 niños y mujeres, según informes de hospitales en la región. Este nuevo episodio de horror se presenta como la mayor ruptura del frágil alto al fuego establecido a principios de este mes, sumiendo nuevamente a los civiles en una crisis humanitaria sin precedentes.

Una noche de terror en Deir al-Balah y Khan Younis

Los informes médicos obtenidos desde Gaza destacan el carácter catastrófico de los bombardeos. El Hospital Al Aqsa, ubicado en Deir al-Balah, recibió los cuerpos de al menos diez personas, entre ellas tres mujeres y seis niños, producto de dos impactos directos en la zona. Más al sur, en Khan Younis, el Hospital Nasser reportó la llegada de 20 cuerpos sin vida, trece de ellos niños y dos mujeres, víctimas de cinco ataques aéreos coordinados.

En el Hospital Al-Awda del centro de Gaza, 30 cuerpos fueron ingresados, de los cuales 14 eran menores de edad. Las imágenes provenientes del lugar muestran escenas de devastación: escombros, gritos desesperados y hospitales desbordados.

Netanyahu ordena "golpes poderosos": ¿el fin del cese al fuego?

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu justificó el relanzamiento de los ataques acusando a Hamas de violar el alto al fuego. En específico, Israel denunció que sus tropas fueron atacadas en el sur de Gaza y que Hamas habría entregado restos humanos pertenecientes a un rehén israelí sin identificar completamente.

En respuesta, Netanyahu ordenó al ejército ejecutar lo que denominó como “golpes poderosos”, lo que generó un bombardeo inmediato en diferentes puntos de la Franja. Esta acción amenaza con poner punto final a la ya endeble tregua alcanzada con mediación internacional a principios del mes. Hamas, por su parte, anunció que retrasará la entrega del cuerpo de otro rehén en represalia por los bombardeos.

Niños, las principales víctimas del recrudecimiento

Lo más trágico de este nuevo capítulo es que, en una tendencia que se ha vuelto habitual en los conflictos de la región, los más afectados son los niños. Más del 50% de los fallecidos fueron menores de edad en este último ataque nocturno. De acuerdo con UNICEF, desde el inicio de la guerra actual, más de 5,000 niños han muerto en Gaza.

Muchos analistas internacionales catalogan lo ocurrido como una catástrofe humanitaria en curso. Los hospitales, ya colapsados por la infraestructura dañada y la falta de suministros médicos básicos, batallan por sobrevivir. El personal sanitario trabaja turnos de 24 horas, mientras las ambulancias no dan abasto para cubrir el número de heridos.

Reacciones internacionales y el silencio incómodo de Estados Unidos

Mientras la comunidad internacional observa con preocupación el deterioro de la situación en Gaza, la respuesta del gobierno estadounidense ha sido, cuando menos, tibia. El vicepresidente JD Vance, intentó aminorar el impacto político de los ataques, caracterizándolos como “escaramuzas” que “probablemente se disiparán pronto”. Estas declaraciones han sido criticadas por organismos de derechos humanos y medios independientes como insensibles.

Human Rights Watch y Amnistía Internacional han exigido una investigación independiente sobre los recientes ataques y han reiterado que los civiles, especialmente niños, deben estar protegidos bajo la legislación internacional humanitaria, algo que actualmente no se está cumpliendo.

El papel de Hamas y el discurso del conflicto prolongado

Hamas, por su parte, sostiene que Israel rompió primero el acuerdo de alto al fuego y denuncia una campaña sistemática de provocación. También se ha negado a entregar nuevos cuerpos de rehenes, lo cual agrava aún más las tensiones diplomáticas en la región.

Este nuevo repunte de violencia fortalece la narrativa del conflicto interminable, donde treguas suelen durar días o semanas y luego vuelven a estallar hostilidades. La inestabilidad resultante no solo golpea a Gaza, sino que complica las relaciones en toda la región, incluyendo Egipto, Jordania e Irán.

¿Una nueva ofensiva o un mensaje interno?

Más allá de la respuesta a Hamas, algunos analistas interpretan los bombardeos como un mensaje de Netanyahu hacia su propio electorado. En un momento donde su popularidad se ha visto erosionada, el uso de la fuerza suele convertirse en un recurso político. Según un análisis del periódico Haaretz, “Netanyahu enfrenta críticas internas por la gestión de la seguridad y las negociaciones con Hamas. Un ataque de este calibre sirve tanto para calmar a los halcones conservadores como para recuperar control de la narrativa nacional”.

Implicaciones humanitarias: Gaza al borde del colapso

La Franja de Gaza, con una población de alrededor de 2.2 millones de personas en apenas 360 km², es uno de los territorios con mayor densidad poblacional del mundo. Tras 16 años de bloqueo terrestre, aéreo y marítimo impuesto por Israel y Egipto, Gaza ha visto colapsar prácticamente todos sus sectores vitales: salud, educación, vivienda, agua potable y energía.

Los últimos ataques solo agravan una situación desesperada:

  • El 90% del agua distribuida no es apta para el consumo humano (UNICEF).
  • Más del 60% de los hogares han sufrido daños severos desde el inicio del conflicto.
  • El 70% de las familias vive con menos de $1.90 al día.
  • Al menos 1.800 escuelas han sido afectadas o cerradas por daños estructurales.

La ONU ha advertido repetidamente sobre el riesgo de colapso total de la infraestructura civil. En declaraciones recientes, el comisionado de la UNRWA (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina) afirmó: “Gaza se está apagando lentamente. No es solo un conflicto: es una disolución total de la esperanza”.

¿Hay salida al espiral? Una tregua frágil y preguntas sin resolver

Con cada nuevo ataque, el camino hacia una solución sostenible parece más lejano. La diplomacia internacional se activa de forma reactiva, sin mecanismos sólidos para mantener los acuerdos de paz. La pregunta de fondo sigue pendiente: ¿quién protegerá a los civiles, especialmente a los niños?

Si no se reformulan los términos del cese al fuego con supervisión internacional efectiva, y si no se abordan las causas estructurales del conflicto —que incluyen el bloqueo, la ocupación y el desplazamiento forzado—, cada tregua será simplemente el preámbulo de una nueva tragedia.

Mientras tanto, en las calles destruidas de Gaza, madres sepultan a sus hijos bajo los escombros de viviendas que ayer eran su refugio. Y el mundo, nuevamente, parece mirar hacia otro lado.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press