Trey Yesavage y la noche legendaria que cambió la Serie Mundial 2025
El novato de los Blue Jays firmó una joya de pitcheo para la historia y dejó a los Dodgers al borde del abismo con un recital de dominio y madurez
Una promesa que maduró en el momento más grande
La Serie Mundial 2025 ya es histórica gracias a un nombre que nadie tenía en su quiniela al inicio de octubre: Trey Yesavage. El joven lanzador derecho de 22 años, que inició el año lanzando ante apenas 300 personas en Clase A, silenció a todo el Dodger Stadium con un recital extraordinario en el Juego 5 entre los Toronto Blue Jays y los campeones defensores, Los Angeles Dodgers.
Con un splitter venenoso, un slider desconcertante y una recta que cortaba el aire, Yesavage ponchó a 12 bateadores sin dar una sola base por bolas, estableciendo un nuevo récord para un novato en la historia de la Serie Mundial. Toronto se impuso 6-1, y ahora lidera la serie 3-2 con la posibilidad de consagrarse campeones en casa, el próximo viernes.
Inicio explosivo: tres lanzamientos, dos jonrones
El juego comenzó a una velocidad que parecía sacada de un videojuego. Davis Schneider y Vladimir Guerrero Jr. castigaron al legendario Snellzilla, Blake Snell, con vuelacercas en el primer y tercer lanzamiento del juego. Fue la primera vez en la historia de la Serie Mundial que se conectan cuadrangulares consecutivos para iniciar un duelo. Sí, ni Babe Ruth ni Derek Jeter vivieron algo así.
"Sabíamos que Snell venía agresivo en la zona con la recta... y le saltamos encima", dijo después Vladimir Guerrero Jr., quien sumó su octavo jonrón de la postemporada.
Yesavage, del anonimato a la élite en un mes
Pero el verdadero protagonista del juego fue Yesavage. De no ser parte del roster principal hasta 15 de septiembre, pasó a ser el primer pitcher en la historia de la Serie Mundial en registrar 12 ponches sin caminar a nadie. Eliminó a seis bateadores con el splitter y otros seis con el slider.
“Estoy asombrado con lo que hizo”, afirmó el manager John Schneider. “No solo por su repertorio, sino porque en ningún momento pareció nervioso. Nunca había visto a un novato controlar así un juego tan grande”.
Lo más impresionante es que provocó 23 swings fallidos, la mayor cantidad registrada en una Serie Mundial desde que se implementó el rastreo de lanzamientos en 2008. Superó incluso al legendario Tim Lincecum en 2010.
Snell pasa de héroe a villano en una semana
El caso de Blake Snell es uno de los más desconcertantes de esta Serie Mundial. Tras firmar un contrato de $182 millones por cinco años con los Dodgers, Snell parecía justificar cada centavo durante los primeros días de octubre. Llegó al Clásico de Otoño con una ERA de 0.86 en tres salidas y actuaciones dominantes ante Filadelfia y Milwaukee.
Pero ante Toronto, todo cambió. El Juego 1 fue una pesadilla: cinco jonrones permitidos y una paliza de 11-4. En el Juego 5, inició permitiendo dos cuadrangulares en sus tres primeros lanzamientos y fue derrumbándose lentamente. Dejó el juego en el séptimo con el marcador 3-1 y corredores en las esquinas, y vio cómo su relevo agravó todavía más la situación.
Los Dodgers se apagan con Ohtani, Betts y Freeman desaparecidos
Pero no todo fue culpa del pitcheo californiano. La ofensiva de los Dodgers ha sido fantasmagórica. En el Juego 5 apenas conectaron cuatro hits y una carrera. Grandes nombres como Shohei Ohtani, Will Smith y Mookie Betts se combinaron para sumar cuatro ponches. Freeman tuvo tres más él solo.
El equipo de Dave Roberts batea para .202 en la serie, y en los últimos 29 innings han anotado apenas cuatro carreras. Además, de sus ocho jonrones, siete han sido solitarios. Un dato que refleja la falta total de producción con hombres en base.
El pitcheo de Toronto: una sinfonía en tres actos
Al recital magistral de Yesavage se sumaron Seranthony Domínguez y Jeff Hoffman, quienes cerraron el juego permitiendo apenas un hit más. En total, el cuerpo monticular permitió cuatro imparables, ponchó a 14 y no dio bases por bolas.
Desde el montículo hasta la mentalidad colectiva, estos Blue Jays parecen diferentes. “Queremos ser los outs más difíciles posibles... somos un equipo, y haremos todo por ganar”, dijo el infielder Bo Bichette.
La ofensiva canadiense: versatilidad y sincronía
Además de los jonrones iniciales, Toronto puso presión constante. En el cuarto inning, Daulton Varsho conectó un triple tras un error de cálculo de Teoscar Hernández, lo que acabó en una carrera remolcada con elevado de sacrificio. En el séptimo, Addison Barger anotó tras wild pitch. Bichette y Isiah Kiner-Falefa sumaron hits productores más tarde.
Como dijo Guerrero Jr., “Este equipo es un tren en movimiento. Si yo no produzco, lo hará el de atrás. Y eso asusta al rival”.
El Juego 6: ¿final de una sequía o inicio de una remontada histórica?
El próximo viernes, la acción regresa al Rogers Centre, donde Toronto buscará su primer título desde 1993. Al montículo subirán dos protagonistas del Juego 2: Yoshinobu Yamamoto por los Dodgers y Kevin Gausman por los Blue Jays. En aquel enfrentamiento, Yamamoto lanzó el primer juego completo en Serie Mundial desde 2015.
¿Podrán los Dodgers extender la serie o caerán en el olvido como los campeones que no pudieron revalidar su corona?
Rating y atención mundial: cifras que importan
El interés por la Serie Mundial ha tenido altibajos. El maratónico Juego 3 de 18 innings, con victoria angelina, promedió 11.31 millones de espectadores en EE.UU., un 17% menos que en 2024. Aun así, al sumarse la audiencia canadiense, el total subió a 17.62 millones, 27% más que el año anterior.
Sin embargo, el partido fue superado ese mismo lunes por la NFL: el “Monday Night Football” entre los Commanders y los Chiefs alcanzó 17.6 millones en sus múltiples plataformas.
A pesar de ello, la MLB puede celebrar una cifra clave: la Serie hasta el Juego 3 promedió 18.73 millones combinados en EE.UU. y Canadá —un salto del 25%—, señal de que este drama entre dos ciudades separadas por más de 4600 km sigue capturando la atención global.
Toronto, al borde de una epopeya
Desde el talento explosivo de Guerrero Jr., la mentalidad silenciosa de Yesavage o la respuesta colectiva tras la lesión de George Springer, cada elemento de estos Blue Jays parece engranar como si estuvieran destinados a esto.
“Lo que más admiro de este grupo es que nunca se sienten cómodos. Siempre quieren más”, confesó John Schneider desde el dugout. Puede que el viernes veamos historia. Y si ese es el caso, recordaremos esta noche como la que cambió para siempre la Serie Mundial 2025.










