La batalla por la Corte Suprema de Pensilvania: ¿Quién controla la democracia en el estado bisagra?

Una elección aparentemente rutinaria para la Corte Suprema se convierte en un enfrentamiento político clave con implicaciones nacionales

Por qué una elección judicial en un martes cualquiera puede alterar el equilibrio democrático de un estado entero. Esta no es una exageración. Lo que sucede en Pensilvania ante una elección de retención —una votación que normalmente pasa desapercibida— ha encendido todas las alarmas entre los estrategas políticos de ambos partidos. Y es que tras la fachada de una contienda sin adversarios directos, se libra una lucha feroz por el control de una institución crucial: la Corte Suprema estatal.

¿Qué se está votando exactamente?

Este martes, los electores de Pensilvania no eligen nuevos jueces, sino que deciden si tres jueces actuales del tribunal supremo estatal —Christine Donohue, Kevin Dougherty y David Wecht— se quedan en el cargo por un nuevo período de 10 años. Es un tipo de votación poco comprendida, conocida como “elección de retención”, donde cada nombre aparece sin afiliación partidaria y se responde ‘sí’ o ‘no’.

Pero aunque la boleta sea neutral, el ambiente está teñido de una profunda polarización. La Corte Suprema de Pensilvania mantiene actualmente una mayoría de 5-2 a favor del Partido Demócrata. Si los tres jueces no son retenidos, dicho equilibrio puede verse reducido a un empate 2-2 durante dos años, lo que puede afectar profundamente la toma de decisiones judiciales clave.

Una elección con implicaciones nacionales

¿Por qué importa tanto esta votación? Porque Pensilvania no es cualquier estado. Es el estado bisagra más grande del país, decisivo en todas las elecciones presidenciales recientes. Es también uno de los pocos estados en los que el poder político está claramente dividido, y cada vez más asuntos —desde las leyes electorales hasta los derechos reproductivos— acaban siendo decididos por los tribunales.

En palabras de Christine Donohue: “Esto es extraordinariamente inusual. Supuestamente es una elección no partidista, pero el nivel de politización es alarmante”.

La guerra del dinero: más de $15 millones en juego

El nivel de gasto en la campaña revela la importancia del enfrentamiento. Hasta la fecha, el gasto total ha superado los 15 millones de dólares, una cifra sin precedentes para una elección judicial de retención en Pensilvania. Aunque todavía lejos de los más de $100 millones que costó una elección judicial en Wisconsin este año, este monto deja claro que los partidos ven estas cortes como bastiones estratégicos.

  • Los demócratas, junto con sindicatos, agrupaciones de derechos civiles como ACLU y Planned Parenthood, invirtieron más de $7 millones en octubre solamente.
  • Los republicanos, con apoyo de redes asociadas al multimillonario Jeffrey Yass, destinaron alrededor de $2 millones, según AdImpact.

La proporción de gasto ha sido de hasta 4 a 1 a favor de los demócratas. Sin embargo, el temor aún persiste.

‘Terminar’ a los jueces: la narrativa republicana

Una de las tácticas más agresivas de los republicanos ha sido utilizar el mensaje de “limitar el mandato” de los jueces cuestionados, apelando con slogans como “sin reyes” y “defender la democracia”, frases tradicionalmente asociadas con la izquierda. El objetivo es claro: desinformar y confundir a votantes demócratas para que voten “no”, sin comprender del todo el mecanismo de retención.

El presidente del Partido Republicano estatal, Greg Rothman, explicó: “La retención no debe ser automática. Si no, ¿para qué siquiera tener esta votación?”.

Un gobernador en modo campaña

Josh Shapiro, gobernador demócrata de Pensilvania y con raíces fuertes como ex fiscal general, ha sido una de las caras más visibles en la batalla. En un spot televisivo dirigido a las ciudades de Filadelfia y Pittsburgh, expresó: “Estos jueces han demostrado que podemos contar con ellos para proteger el acceso al aborto y la anticoncepción, y para defender todas nuestras libertades”.

Además del gobernador, el presidente del Comité Nacional Demócrata, Ken Martin, se desplazó personalmente por el estado para asistir a eventos de campaña e infundir ánimos. En una reunión del Partido Demócrata del condado de Lancaster declaró: “Esto no se trata solo de Pensilvania. Porque si ganan aquí, lo replicarán en todos los estados. Esta elección es sobre nuestra democracia”.

Educación cívica sobre la marcha

Una de las preocupaciones principales de la campaña demócrata fue la falta de información de los votantes sobre qué es una elección de retención. Muchos no sabían que pueden despojar a tres jueces con un simple voto negativo. Tom O'Brien, presidente del Partido Demócrata en el condado de Lancaster, admitió: “Estábamos en estado de pánico al comienzo. Pero gracias a nuestros canvassers, los votantes están mejor informados”.

La influencia de temas candentes: aborto, sindicatos y derechos electorales

Los anuncios a favor de los jueces demócratas en televisión han vendido la idea de que son defensores de los derechos reproductivos, sindicales y electorales. En un estado donde el 60% de la población está a favor del aborto legal (según Pew Research), este mensaje tiene peso.

No es coincidencia que entre los mayores financiadores estén:

  • Sindicatos del sector público y privado
  • Grupos como Planned Parenthood
  • Organizaciones progresistas como ACLU

¿Dónde está Trump?

De manera sorpresiva, Donald Trump, el arma política más potente de los republicanos, no ha intervenido directamente. Aun así, su presencia es invocada en mensajes y campañas dirigidas a su electorado. Uno de los anuncios dice: “En noviembre, puedes ayudar al presidente Trump a imponer límites a tres jueces progresistas de la Corte Suprema estatal”.

¿Qué pasa si pierden los juicios demócratas?

Una pérdida total supondría una parálisis ideológica del tribunal por lo menos hasta 2027, cuando habría nuevas elecciones judiciales. Esto impactaría directamente en temas clave como la redistribución de distritos electorales tras el censo de 2030 y posibles litigios relacionados con la elección presidencial de 2028.

Y no debemos olvidar que, en 2020, la Corte Suprema estatal de Pensilvania fue clave para autorizar la contabilización de votos por correo recibidos después del día de la elección, lo cual fue criticado intensamente por los republicanos y por el propio Trump.

El peso simbólico de esta elección

Aunque muchas personas ignoran su existencia, las elecciones judiciales en estados swing como Pensilvania han alcanzado una relevancia casi equiparable a una senaduría. El control del poder judicial ya no es una lucha silenciosa entre togados: se ha convertido en otra arena del teatro político nacional.

Como dice Ken Martin: “El poder judicial debería ser un bastión de justicia, no una herramienta para imponer una agenda radical”.

De cara al martes, tanto republicanos como demócratas han movilizado todos sus recursos. La democracia está nuevamente en juego —esta vez, en los márgenes aparentemente técnicos de una elección judicial— y nadie se lo toma a la ligera.

Porque como advierte Donohue: “Si politizamos hasta el último espacio no partidista, lo único que lograremos será caos”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press