Nueva York bajo el agua: lluvias récord, caos urbano y una tragedia en un sótano
Las lluvias torrenciales paralizan la Gran Manzana, exponen otra vez el riesgo de inundaciones y cobran una vida en Brooklyn
La tormenta perfecta: Nueva York colapsa bajo una lluvia sin precedentes
El pasado jueves, la ciudad de Nueva York se vio azotada por una intensa tormenta que desbordó las capacidades del sistema de alcantarillado, generó caos en los aeropuertos y cobró una víctima mortal. La ciudad, conocida por su infraestructura moderna y en constante evolución, mostró signos alarmantes de vulnerabilidad frente a fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes.
Una tragedia en Brooklyn: el precio más alto de la lluvia
A eso de las 4:30 p.m., un equipo de buceo recuperó el cuerpo sin vida de un hombre de 39 años del sótano inundado de una vivienda en Brooklyn. Según reportes policiales, el hombre quedó atrapado tras el rápido ascenso del nivel del agua. Aunque no se ha hecho público su nombre, esta tragedia pone nuevamente en evidencia el alto riesgo que viven quienes habitan en apartamentos semienterrados en la ciudad, sobre todo en ciertas zonas de Brooklyn, Queens y El Bronx.
"Cuando te das cuenta de la cantidad de agua que caía, entiendes que nuestro sistema de alcantarillado no está preparado para manejar eso. Fue una lluvia constante, sin descanso," comentó el alcalde Eric Adams a la emisora 1010 WINS. Su declaración subraya la fragilidad de una infraestructura antigua frente a un clima cada vez más extremo.
Nuevos récords de lluvia: alertas que no debemos ignorar
De acuerdo con reportes preliminares del Servicio Meteorológico Nacional (NWS), Central Park registró 1.8 pulgadas (4.57 centímetros) de lluvia en un solo día, rompiendo el récord anterior de 1.64 pulgadas (4.17 centímetros) establecido en 1917. LaGuardia, otro punto crítico, reportó 1.97 pulgadas (5 centímetros), superando fácilmente su récord de 1955 de 1.18 pulgadas (3 centímetros).
Estas cifras no sólo rompen récords, sino que apuntan a una tendencia climática preocupante. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), la intensidad y frecuencia de las precipitaciones extremas han aumentado significativamente en el noreste del país durante las últimas décadas.
Una ciudad sumergida: caos en el transporte y vida cotidiana interrumpida
Las imágenes compartidas en redes sociales mostraban calles convertidas en ríos, autos parcialmente sumergidos y estaciones de metro inundadas. Las principales vías de acceso hacia Manhattan se vieron temporalmente cerradas debido a condiciones peligrosas.
Los pasajeros de los aeropuertos LaGuardia y JFK enfrentaron retrasos masivos y cancelaciones, con un tráfico aéreo que tardó horas en normalizarse. El sistema de transporte subterráneo, esencial para más de cinco millones de personas diariamente, también sufrió interrupciones y alteraciones de ruta.
“Los trenes estaban completamente detenidos. Algunos pasajeros estuvieron atrapados durante casi una hora, sin luz y sin ventilación,” reveló Angela Ramos, usuaria del tren F en Queens. “Fue una experiencia claustrofóbica.”
El riesgo oculto de los sótanos: una amenaza urbana letal
No es la primera vez que las lluvias intensas exponen el peligro mortal que corren quienes viven en las más de 100,000 unidades habitacionales en sótanos y semisótanos en NYC. En septiembre de 2021, el huracán Ida dejó saldo trágico con 11 muertes en sótanos inundados.
Ese mismo año, el Departamento de Vivienda de la ciudad inició un programa piloto para evaluar y legalizar algunas de estas unidades, buscando regularlas y acondicionarlas con medidas de seguridad adecuadas. Sin embargo, el proceso ha sido lento y el presupuesto limitado.
“La tragedia de ayer nos recuerda la urgencia de una legislación integral que considere la realidad de las viviendas informales,” explicó Maria Toro, urbanista y analista de vivienda. “Decenas de miles de neoyorquinos viven en condiciones precarias precisamente por la falta de opciones económicas.”
Las lluvias, cada vez más destructivas, ya no son eventos aislados
Los expertos coinciden en que este tipo de situaciones se repetirán con más frecuencia si no se toman medidas estructurales. Un informe de la Oficina de Resiliencia Climática de Nueva York advierte que para 2050 la ciudad podría enfrentar entre un 30% y 50% más de precipitaciones intensas cada año.
Esto se debe al calentamiento global, que provoca una mayor evaporación y acumulación de humedad en la atmósfera, facilitando lluvias más intensas. Además, los suelos altamente urbanizados y las superficies pavimentadas dificultan la absorción del agua, lo que desencadena inundaciones rápidas y sorpresivas.
¿Está preparada Nueva York para la próxima tormenta?
En los últimos años, la ciudad ha invertido en proyectos de infraestructura verde como techos vegetales, parques que retienen agua de lluvia y más de 4,000 jardines pluviales. Sin embargo, expertos sugieren que hacen falta reformas de mayor envergadura.
La megaobra "East Side Coastal Resiliency Project", por ejemplo, busca proteger la costa este de Manhattan contra tormentas y subida del nivel del mar. Su inversión es de más de $1.4 mil millones, pero no estará finalizada hasta 2026.
“Nuestra ciudad debe priorizar la inversión en infraestructura resiliente ya,” afirmó Clarence Myrick, ingeniero civil y consultor de mitigación de riesgos climáticos. “Cada año tenemos advertencias que no estamos escuchando hasta que es demasiado tarde.”
Una oportunidad para actuar: urbanismo, equidad y clima
La crisis actual marca un punto de inflexión para el diseño urbano neoyorquino. No se trata solo de instalar bombas de agua más potentes, sino de repensar cómo construimos nuestras ciudades para los más vulnerables. Esto incluye reforma habitacional, drenaje inteligente y planes de evacuación eficaces.
Pero también es una conversación sobre justicia social. Los residentes afectados por estas catástrofes son, en su mayoría, inmigrantes, trabajadores de bajos ingresos y comunidades marginadas. Una política climática que no centre sus necesidades estaría condenada al fracaso.
Una llamada de atención
La lluvia del jueves dejará huella no solo por su récord meteorológico, sino por revelar lo mucho que hay por hacer. Ante el avance del cambio climático, ciudades como Nueva York deben adaptarse o sucumbir.
El agua no discrimina, pero nuestras políticas sí. Y eso debe cambiar.










