Centro de Datos de Más de $7 Mil Millones en Míchigan: ¿Fiebre tecnológica o Riesgo para el Futuro?

OpenAI, Oracle y Related Digital impulsan un megaproyecto de inteligencia artificial en Saline Township, pero no todo el mundo está entusiasmado.

Un salto monumental en la infraestructura digital de Míchigan

Míchigan ha dado un paso colosal en su búsqueda por convertirse en un centro neurálgico de innovación tecnológica: OpenAI, Oracle y Related Digital construirán uno de los centros de datos más grandes en la historia del estado, con una capacidad superior a 1 gigavatio y una inversión de más de $7 mil millones. El campus, ubicado en Saline Township, albergará tecnología avanzada para potenciar operaciones de inteligencia artificial a través de su iniciativa conjunta Stargate.

¿Qué es un "centro de datos hiperescalado" y por qué importa?

Un centro de datos hiperescalado es una instalación enorme que aloja grandes volúmenes de servidores y equipos de redes diseñados para escalar de forma masiva y eficiente. Son pilares fundamentales para el funcionamiento de IA, motores de búsqueda, redes sociales, servicios en la nube y mucho más.

Google, Meta, Amazon y Microsoft lideran este tipo de estructuras a nivel global, y ahora, Míchigan entra a la competencia con su participación directa en la revolución digital.

Detalles del proyecto: dimensiones, socios y plan energético

  • Inversión inicial: $7 mil millones.
  • Empresas involucradas: OpenAI, Oracle y Related Digital.
  • Ubicación: Saline Township, en el condado de Washtenaw.
  • Inicio de construcción: 2026.
  • Área ocupada: 250 acres con tres edificios de 550,000 pies cuadrados cada uno.
  • Empleos directos estimados: más de 450, sin contar los empleos indirectos y de apoyo.

El centro utilizará un sistema de enfriamiento en ciclo cerrado para minimizar el uso de agua, y será alimentado por 1.4 gigavatios de energía, proporcionados por DTE Energy, lo que eleva en un 25% la demanda actual de la red eléctrica.

La inversión pública y acuerdos fiscales

El proyecto se beneficiará de exenciones de impuestos estatales sobre ventas y uso de equipo, así como de una reducción del 50% en impuestos locales durante un periodo de 12 años. Además, las empresas destinarán $14 millones a la comunidad local para apoyar infraestructura y bienestar vecinal.

Reacción pública: división entre innovación y preocupación ambiental

Aunque la gobernadora Gretchen Whitmer considera que este es "el mayor proyecto económico en la historia de Míchigan", no todos comparten su entusiasmo. Las protestas y demandas por parte de residentes preocupados por el impacto ambiental y el uso del suelo agrícola han sido notables.

Ronald Kohler, comisionado de planificación del municipio, inicialmente se opuso al proyecto, pero cambió su opinión tras conocer los compromisos ambientales de los desarrolladores, como la monitorización de aguas subterráneas.

La activista Regina Kudla, de la zona de Ypsilanti, expresó: “¿Cuántos centros de datos necesitamos, y cuán cercanos deberían estar entre sí? El uso excesivo de agua y energía pone en peligro a toda la comunidad”.

Preocupaciones energéticas a largo plazo

El aumento de demanda energética por parte de los centros de datos preocupa a varios sectores. DTE Energy y Consumers Energy ya tienen planes de construir nuevas plantas de gas natural para suplir esta carga, lo que podría ir en contra de las leyes estatales de energía limpia al 100% para 2040.

Las compañías eléctricas argumentan que usarán tecnologías de captura y almacenamiento de carbono para mantener la compatibilidad con la ley climática, pero grupos ambientalistas como el Michigan Environmental Council critican esta estrategia.

“Eso es algo que definitivamente vamos a combatir,” afirmó Charlotte Jameson, directora de políticas de la organización.

¿Realmente beneficia a los ciudadanos?

Uno de los argumentos más frecuentes en contra del proyecto es el temor de que los residentes terminen pagando el precio si los desarrolladores reducen o cancelan sus operaciones a medio plazo. Por lo tanto, Consumers Energy propone contratos de 15 años con cláusulas de penalización si los centros se retiran antes de tiempo.

En paralelo, el nuevo boom de data centers podría sobrecargar la red, reducir la disponibilidad de agua en regiones rurales y aumentar los precios de electricidad para usuarios comunes si no se distribuyen adecuadamente los costos.

Se trata de una apuesta costosa y arriesgada, cuyo éxito dependerá de la continuidad plena de los desarrolladores en el sitio y del desarrollo concomitante de energías verdaderamente limpias.

Una ola de interés tecnológico en Míchigan

El centro en Saline no es el único. Se han anunciado otros proyectos similares con capacidades de hasta 3 gigavatios adicionales. Microsoft, por ejemplo, ya ha adquirido terrenos en los condados de Allegan y Kent para nuevos campus tecnológicos.

Hay planes y conversaciones en otras áreas como Ann Arbor, Monroe, Howell y Kalamazoo, lo que sugiere que Míchigan podría convertirse en uno de los mayores polos de infraestructura digital de Estados Unidos si consigue gestionar bien crecimiento e impacto.

¿Autos eléctricos, chips y ahora inteligencia artificial?

Este megaproyecto se suma a la apuesta de Míchigan por atraer industrias del futuro. En 2022, General Motors anunció una inversión de $7 mil millones para fabricar autos eléctricos, y ahora, Stargate está en el mismo rango económico.

Sin embargo, no todo ha salido según lo planeado: recientemente, Sandisk canceló un acuerdo de $63 mil millones cerca de Flint y el Legislativo eliminó un fondo de incentivos de $2 mil millones que respaldaba este tipo de inversiones.

Aun así, la calidad de sus universidades, la disponibilidad de tierra y mano de obra técnica podrían mantener a Míchigan en la cima de la transformación digital si logra mantener el equilibrio entre inversión y sostenibilidad.

Conclusión implícita: ¿riesgo calculado o apuesta incierta?

El nacimiento del centro de datos Stargate podría ser recordado como un parteaguas en la historia económica de Míchigan: una apuesta audaz por liderar la infraestructura de Inteligencia Artificial de EE. UU.. Sin embargo, sus implicaciones ecológicas, sociales y económicas aún están por verse.

Como señaló Phil Santer, COO de Ann Arbor SPARK: "Este centro de datos a esta escala, en nuestro patio trasero, es un activo tangible que redefine nuestro potencial competitivo".

La gran pregunta, entonces, no es si Míchigan puede ser una potencia tecnológica, sino si puede llegar a serlo sin perder lo más valioso: la estabilidad ambiental, la equidad social y la sostenibilidad energética.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press