El nuevo tablero geopolítico del Pacífico: ¿Está China ganando la partida frente a EE.UU. en Asia?
Entre acuerdos comerciales, avances diplomáticos y el retroceso del multilateralismo, Xi Jinping aprovecha el vacío que deja Estados Unidos en el escenario internacional del APEC
Por décadas, la región Asia-Pacífico ha sido un hervidero de intereses económicos y ambiciones políticas. Pero en la actualidad, muchas señales apuntan a una reconfiguración clave: el ascenso estratégico de China frente al repliegue de Estados Unidos, especialmente bajo el mandato de Donald Trump.
Una cumbre marcada por la tensión: el APEC 2025
El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), realizado en Gyeongju, Corea del Sur, tuvo como telón de fondo un clima de cambio estructural: la rivalidad entre Estados Unidos y China alcanzó una pausa temporal tras una esperada reunión entre sus mandatarios que robó protagonismo al evento en sí.
Esta cumbre, que agrupa a 21 economías que representan aproximadamente el 60% del PIB mundial y casi el 50% del comercio global, se convirtió este año en más que un foro económico. Fue también un escenario donde quedó en evidencia el viraje global hacia un nuevo orden multipolar, y en particular, el ascenso diplomático de Xi Jinping como líder global frente a una postura más aislacionista por parte de Estados Unidos.
Trump deja el escenario; Xi lo capitaliza
Mientras el presidente chino realizaba tours diplomáticos con líderes de Japón, Canadá y Tailandia, el mandatario estadounidense Donald Trump abandonaba apresuradamente Corea del Sur tras llegar a un débil "acuerdo de paz comercial" con China. De ese modo, dejaba el campo abierto para que Xi Jinping se convirtiera en la figura central del encuentro.
Xi no perdió tiempo. En su discurso durante la sesión inaugural del APEC, planteó con firmeza que "invertir en China es invertir en el futuro", una declaración que buscó consolidar a su país como bandera del libre comercio y la estabilidad de las cadenas de suministros, en contraposición abierta al proteccionismo del gobierno estadounidense.
¿El nuevo líder del multilateralismo?
Mientras Trump ha minimizado durante años el papel de los foros multilaterales (como la ONU, la OTAN y el APEC mismo), Xi Jinping busca aprovechar ese repliegue. De hecho, el mensaje enviado al CEO Summit de APEC sirvió no solo para reafirmar la postura pro-mercado abierto de China, sino para ofrecer una alternativa al actual liderazgo estadounidense debilitado:
“El mundo necesita una economía abierta y conectada, no más barreras ni disputas. China está aquí para liderar esa nueva era del comercio global.” – Xi Jinping
América, en modo "America First"
Desde que Trump relanzó sus políticas proteccionistas bajo el lema “America First”, su país ha sido percibido como un actor poco confiable en los acuerdos internacionales. Según datos del Peterson Institute for International Economics, las exportaciones estadounidenses de carbón cayeron un 40% entre 2018 y 2020 precisamente por el impacto de la guerra comercial con Pekín.
Mientras tanto, China seguía firmando tratados de libre comercio con otros países del Pacífico e incluso promoviendo nuevas asociaciones regionales como la RCEP (Regional Comprehensive Economic Partnership), que excluyen a EE.UU. pero incluyen a socios tradicionales como Japón y Australia.
Norteamérica debilitada, Asia fortalecida
Uno de los datos más reveladores tras esta cumbre es que, por segundo año consecutivo, los países miembros de APEC no lograron un consenso para emitir una declaración conjunta. Algo que, en parte, se debe a que Estados Unidos, bajo Trump, sigue viendo a China más como un competidor económico que como un socio multilateral confiable.
Esta fractura geopolítica fue evidente también en la bilateral entre Xi y el presidente surcoreano Lee Jae Myung, donde ambos líderes discutieron temas de seguridad regional, inteligencia artificial e intercambios culturales. Corea del Norte manifestó de inmediato su descontento, señalando que cualquier intento de desarmar su programa nuclear era una “fantasía”.
La batalla blanda por la región: inversión e influencia
Con el retiro gradual de Estados Unidos del papel de garante del orden global, países como Indonesia, Vietnam y Malasia están girando cada vez más hacia Pekín. China ha aumentado entre 2018 y 2023 su inversión extranjera directa en el sudeste asiático en más del 60%, según el Banco Asiático de Desarrollo.
- China lidera proyectos emblemáticos como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (Belt & Road Initiative), que ya tiene acciones en 11 de los 21 países APEC.
 - En paralelo, EE.UU. ha reducido su involucramiento financiero multilateral, saliendo del TPP y otras iniciativas clave en la última década.
 
El contraste no podría ser más llamativo: mientras Trump recorta presupuestos a organizaciones internacionales, Xi promete más integración con declaraciones como "China no construye muros, construye puentes".
¿Estamos ante el nuevo líder del mundo?
Si el siglo XX estuvo definido por el poder estadounidense, muchos analistas consideran que el siglo XXI puede ser el de una China dominante, al menos en el hemisferio oriental. La pregunta ya no es si China quiere liderar el sistema internacional abierto, sino si tiene la capacidad (y la intención diplomática) para hacerlo sin convertirse en una nueva potencia opresora.
Como lo expresó el politólogo John Ikenberry en una conferencia reciente sobre el orden liberal internacional:
“El multilateralismo sobrevive no por convicción, sino por conveniencia. Y hoy, quien más parece entender eso es China.”
¿Y América Latina?
Curiosamente, mientras Pekín avanza en Asia, también se está arraigando cada vez más en América del Sur. En los últimos cinco años, ha invertido más de $120 mil millones en infraestructura, minería y energía en países latinoamericanos, lo que fortalece su posición como contrapeso global a EE.UU.
Con aliados ideológicos como el argentino Javier Milei mostrando una clara preferencia por Estados Unidos, se abren interrogantes sobre el margen de maniobra que países como Brasil, Chile y Perú tendrán para equilibrar su política exterior entre ambas potencias.
¿Un mundo sin declaración conjunta?
El APEC 2025 cerró sin acuerdo final. Pero eso es también un símbolo del mundo actual: cada vez más desfragmentado, menos institucionalizado y profundamente marcado por el realineamiento global que provocan las tensiones entre las dos mayores economías del planeta.
China avanza diplomáticamente. Estados Unidos resiste. La región Asia-Pacífico observa en silencio... aunque cada vez más inclinada hacia un nuevo líder.