La guerra del streaming: ¿Estamos pagando más por menos contenido?

La disputa entre Disney y YouTube TV es solo la punta del iceberg de una industria en conflicto: ¿quién gana realmente en la era del contenido digital?

El apagón Disney en YouTube TV: ¿Qué está pasando?

El 15 de diciembre, los suscriptores de YouTube TV —el servicio de televisión en vivo propiedad de Google— despertaron con una desagradable sorpresa: se habían quedado sin acceso a los canales de Disney. Esto incluye nada menos que ESPN, ABC, FX, National Geographic, Disney Channel y más. La causa: el vencimiento de un contrato de distribución entre ambas compañías, sin que se haya alcanzado un nuevo acuerdo.

Disney acusó a YouTube TV de negarse a pagar una “tarifa justa” por sus canales, mientras que la plataforma de Google replicó que las condiciones impuestas por Disney son excesivas y obligarían a subir los precios a sus usuarios. El resultado fue un apagón de programación que afectó, entre otros eventos, varios partidos de fútbol americano universitario, NBA y NFL. Y aunque YouTube TV promete un reembolso gratuito de 20 dólares si el apagón se prolonga, eso poco consuela a quienes solo querían ver el deporte del fin de semana.

¿Cuáles canales se han perdido?

La siguiente es la lista completa de los canales de Disney afectados:

  • ESPN, ESPN2, ESPNU, ESPNews y ESPN Deportes
  • ABC y ABC News Live
  • Nat Geo, Nat Geo Wild y Nat Geo Mundo
  • Disney Channel, Disney Junior y Disney XD
  • FX, FXX y FXM
  • SEC Network y ACC Network
  • Freeform, Localish y Baby TV Español

Además, los paquetes complementarios como 4K Plus y Spanish Plus también se vieron impactados.

¿Una estrategia encubierta de Disney?

Desde YouTube TV sugieren que Disney tiene un interés oculto: promover sus propias plataformas de transmisión, como Hulu + Live TV y FuboTV. Ambas ofrecen gran parte del contenido perdido, pero a un precio adicional. Por ejemplo, el paquete combinado de Disney+, Hulu y ESPN+ cuesta $35.99 al mes; por separado, solo ESPN+ tiene un costo base de $29.99/mes.

El mensaje parece claro: si no puedes ver nuestro contenido en YouTube TV, ven a verlo a nuestra casa. ¿Una jugada corporativa brillante o una estrategia vengativa?

Una historia que se repite

No es la primera vez que esto sucede: en 2021, YouTube TV ya había perdido temporalmente los canales de Disney por la misma razón. En aquella ocasión, el apagón duró apenas dos días. Pero en 2024 la arena es distinta: más competencia, más presión por aumentar ganancias y, lo más importante, más suscriptores hartos de estas disputas millonarias.

La industria del streaming: un nuevo monopolio disfrazado

Estas batallas por contratos revelan una verdad incómoda: el streaming se ha convertido en una maraña de contratos, exclusividades y aumentos de precios escondidos tras interfaces amigables.

Cuando comenzó la explosión del video por demanda, se prometía libertad: tú elegías qué ver y cuándo. Hoy, esa promesa deriva en confusión: múltiples suscripciones, programación fragmentada y costos ocultos.

Según un informe de Leichtman Research Group, el estadounidense promedio paga hoy $219 mensuales en servicios de contenido digital, entre streaming, internet, música y videojuegos. Este monto es superior al que muchos pagaban por televisión por cable hace una década.

Disney vs. Google: ¿quién tiene el poder real?

Ambas compañías juegan a ser víctimas, pero manejan cifras astronómicas. Para ponerlo en contexto:

  • Disney obtuvo $88.91 mil millones en ingresos durante el año fiscal 2023.
  • Alphabet (matriz de Google) reportó más de $282 mil millones, solo en 2023.

¿Es real entonces esta confrontación o simplemente parte del juego corporativo?

Según Disney, Google está usando su “dominancia de mercado” para presionar acuerdos injustos. Pero al mismo tiempo, Disney ha hecho movimientos explícitos para competir ferozmente en el mercado del contenido en línea, incluyendo la compra de 21st Century Fox por $71.3 mil millones y la integración de Hulu bajo su mando.

El gran perdedor: los usuarios

Al final del día, mientras Megacorp A acusa a Megacorp B de ser explotador, los suscriptores se quedan sin su programación favorita o se ven presionados a pagar aún más en nuevas plataformas u ofertas combinadas que prometen “ahorros” que nunca se concretan.

Por ejemplo, si un hogar desea tener acceso total a lo que perdió en YouTube TV desde este apagón, tendrá que suscribirse por separado a:

  • ESPN+: $29.99/mes
  • Disney+: $7.99/mes (plan con anuncios)
  • Hulu + Live TV: desde $76.99/mes

Sumando el costo original de YouTube TV ($82.99/mes), el usuario podría terminar pagando más de $150 mensuales, solo por acceder al mismo contenido que ya había contratado previamente.

Un modelo insostenible

Los expertos coinciden en que este modelo no es sostenible. El número de bajas o cancelaciones de suscripciones va en aumento, una tendencia conocida como "churn rate". Según el informe Digital Media Trends 2024 de Deloitte, el 48% de los jóvenes entre 18 y 29 años ha cancelado al menos una suscripción de streaming en los últimos seis meses.

Los consumidores están comenzando a preguntarse: "¿Vale la pena seguir pagando tanto?"

Alternativas y soluciones

Ante estos choques de titanes, algunos usuarios están migrando a opciones tradicionales, como:

  • TV antena HD: para recuperar canales como ABC sin pagar.
  • Servicios FAST (Free Ad-Supported TV): como Pluto TV, Tubi o Xumo, que ofrecen programación gratuita con anuncios.
  • Cancelación selectiva: rotar plataformas según lo que desees ver ese mes.

El futuro incierto del streaming

Lo que comenzó como una alternativa al cable se ha vuelto una nueva forma de este: dividido, caro, y peleado entre sí. Al igual que las guerras de las telecos en los 90 o las plataformas musicales de los 2000, el streaming vive hoy su momento de fragmentación máxima. Y eso no parece conveniente para nadie… salvo para las mega corporaciones.

Quizás la solución llegará con acuerdos globales, regulaciones o la creación de metas compartidas. O, más probable aún, con consumidores hartos que cierren sus billeteras y obliguen a replantear el modelo.

Pero mientras tanto, el único consejo sensato es este: elige con cuidado dónde inviertes tu suscripción mensual. Porque en el campo de batalla del entretenimiento, el bolsillo del usuario es el primero en salir herido.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press