Los ataques de zopilotes negros a ganado ponen en alerta al campo estadounidense

Un visitante inesperado en las granjas: los zopilotes negros

En las regiones rurales del este de Estados Unidos, los granjeros enfrentan un problema inusual pero cada vez más frecuente: el ataque de zopilotes negros (también conocidos como buítres negros o black vultures en inglés) a terneros recién nacidos. Aunque estas aves son principalmente carroñeras, múltiples informes confirman que se han vuelto más agresivas, llegando incluso a matar animales debilitados o recién nacidos.

¿Por qué los zopilotes negros avanzan sobre el ganado?

Históricamente, estas aves habitaban zonas más cálidas del sureste de Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica. Sin embargo, los expertos aseguran que el cambio climático y la transformación del hábitat humano están facilitando su expansión hacia el norte y el oeste del país. Andrew Farnsworth, científico del Cornell Lab of Ornithology, explicó que los inviernos más suaves y la abundancia de presas fáciles están contribuyendo a esta expansión territorial.

"Si hay algo que hemos aprendido de muchas especies de aves es que son excelentes para aprovechar nuevas fuentes de alimento y recordar dónde encontrarlas", afirmó Farnsworth.

Testimonios desde el campo: miedo, pérdidas y nuevas estrategias

Allan Bryant, un ganadero de Kentucky, cuenta cómo ha tenido que montar un espantapájaros un tanto macabro: un zopilote negro muerto colgado cerca de su campo para disuadir a las bandadas. Este método, aunque no permanente, ha demostrado ser efectivo por una semana más o menos. La medida está amparada por un permiso de depredación que le permite matar a unos pocos ejemplares al año.

Por su parte, Tom Karr, un ganadero de Ohio, intentó cambiar el calendario de nacimientos de sus terneros, retrasándolos con la esperanza de evitar a los pájaros. Sin embargo, descubrió que, ahora, los zopilotes permanecen todo el año.

“Simplemente los devoran vivos. Es tan desagradable”, expresó con indignación.

Una amenaza creciente en números

• Los zopilotes negros han sido reportados en estados donde antes eran inusuales, como Ohio, Virginia Occidental, e incluso partes del desierto suroeste.
• Más de 15 años llevan algunos ganaderos como Joanie Grimes conviviendo con esta amenaza.
• El costo de un ternero perdido por ataque puede superar los $2,000 dólares, dependiendo del tipo de ganado.

¿Quién los protege y por qué?

Estos animales están protegidos por la Ley del Tratado de Aves Migratorias desde 1918, aunque irónicamente no son aves migratorias en el sentido estricto. Se reproducen e implantan sus colonias en nuevas regiones sin necesidad de migrar estacionalmente.

La función ecológica de estas aves no debe subestimarse: actúan como equipo de limpieza natural, consumiendo animales muertos y reduciendo el riesgo sanitario que representan los cadáveres.

La disyuntiva legislativa: ¿más permisos o más estudio?

En marzo de 2025, legisladores estadounidenses propusieron un proyecto de ley que permitiría a los ganaderos matar zopilotes negros sin tanto papeleo, si se considera que representan una amenaza inmediata al ganado.

Para organizaciones como la National Cattlemen’s Beef Association, la propuesta representa una solución muy esperada. “Los tiempos que toma conseguir un permiso hacen que, en ocasiones, el daño ya esté hecho”, lamentó Brian Shuter de la Asociación de Ganaderos de Indiana.

No obstante, científicos como Farnsworth advierten: "Simplemente matar a estas aves podría terminar abriendo espacio a depredadores aún peores". Además, no existen datos concluyentes que prueben que los zopilotes negros son los principales responsables de la muerte de terneros. Otros factores —como enfermedades, mal clima o negligencia— también juegan su papel.

Soluciones que están funcionando

Al buscar alternativas menos letales, algunos productores están implementando estrategias de protección que van desde el uso de perros guardianes, como en el caso de Annette Ericksen en Virginia Occidental, hasta cambios en la logística de manejo de los animales:

• Mantener a los terneros recién nacidos cerca de los graneros, más protegidos y supervisados.
• Utilizar perros como los grandes Pirineos para patrullar zonas y ahuyentar aves indeseadas.
• Monitorear con drones o cámaras la aparición de zopilotes en campos remotos.

La voz de los pequeños productores

Para operaciones familiares, como Twin Maples Farm, cada ternero cuenta. Ericksen lo expresó claramente: “Cualquier pérdida sería gravemente perjudicial para nuestro pequeño negocio”. Este es un punto clave: grandes empresas pueden absorber algunas pérdidas, pero los pequeños agricultores no tienen ese lujo.

Un fenómeno impulsado por el ser humano

No hay duda de que la actividad humana juega un papel clave en este fenómeno. Las carreteras han traído más atropellos (comida fácil para zopilotes), el desarrollo urbano ha reducido sus depredadores naturales, y el clima está cambiando más rápidamente de lo previsto.

Hoy en día es más común encontrar zopilotes negros formando grandes bandadas cerca de granjas o incluso en zonas suburbanas. A medida que continúan acostumbrándose al entorno humano, sus interacciones con la agricultura y la ganadería seguirán elevando el conflicto.

¿Hacia dónde vamos?

El desafío ahora es encontrar soluciones equilibradas que reconozcan el valor ecológico de estas aves sin dejar desprotegidos a los productores rurales. Desde políticas más ágiles para permisos hasta inversión en tecnologías disuasorias, la ciencia, la legislación y la experiencia del campo deben colaborar de forma urgente.

Como dice un refrán del campo: “No se puede criar ganado si uno vive en lucha constante con los cielos”.

Una cosa queda clara: el respeto por la naturaleza incluye entenderla, pero también defenderse de ella cuando se vuelve amenaza. El próximo capítulo de esta historia dependerá de cuánto sepamos equilibrar esos dos extremos.