Tanzania en crisis: ¿Democracia en decadencia o renacimiento democrático?
El país africano enfrenta su momento político más tenso en décadas con una elección marcada por represión, protestas y señales de cambio generacional
Una nación paralizada por la incertidumbre electoral
Desde el pasado miércoles, la tranquilidad por la que Tanzania es conocida se ha visto sepultada por oleadas de protestas, cierre de comercios, disparos esporádicos y la presencia del ejército en las calles. ¿La causa? Una elección presidencial empañada por denuncias de represión, falta de competencia real y una creciente desconfianza en las instituciones democráticas del país.
La presidenta Samia Suluhu Hassan, la primera mujer en ocupar el cargo en Tanzania desde la independencia en 1961, busca quedarse cinco años más al frente del país tras unos comicios que muchos describen como un simulacro de democracia.
Una supuesta democracia sin oposición real
De los principales candidatos opositores, uno fue encarcelado (Tundu Lissu del partido Chadema, acusado de traición por exigir reformas electorales) y otro, Luhaga Mpina de ACT-Wazalendo, simplemente fue inhabilitado para participar. En su lugar, Hassan se enfrentó a 16 aspirantes de partidos pequeños sin posibilidades reales de triunfo.
Los críticos lo resumen con una frase lapidaria: "no fue una elección, fue una coronación".
Las redes sociales han sido clave para ilustrar el descontento popular, con caricaturas virales de Hassan representándola como una autócrata temerosa de la competencia. La censura digital no se ha hecho esperar: cortes de internet intermitentes desde el día de las elecciones han alimentado la desconfianza.
El legado del partido hegemónico
El partido en el poder, Chama cha Mapinduzi (CCM), gobierna desde la independencia en 1961. Sus raíces como movimiento de liberación siguen dándole prestigio, especialmente en zonas rurales. Pero su monopolio político ha estado sostenido, según denuncias de organizaciones como Amnistía Internacional, por métodos autoritarios: detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y asesinatos extrajudiciales.
Un informe de junio de una comisión de derechos humanos de la ONU reveló más de 200 desapariciones desde 2019 en Tanzania. La organización ACLED (Armed Conflict Location & Event Data) también ha documentado este patrón autoritario, alertando que el CCM se mantiene en el poder bloqueando a la oposición por medios legales y extralegales.
Samia Suluhu Hassan: ¿discreta continuadora o autócrata moderna?
La presidenta Hassan llegó al poder tras la repentina muerte del expresidente John Magufuli en 2021, quien también fue criticado por un gobierno cada vez más represivo. Pero mientras Magufuli era conocido por su estilo populista y abierto desprecio por los derechos humanos, Hassan fue inicialmente vista como una figura más moderada. Esto no duró mucho.
Según el International Crisis Group, Hassan ha supervisado una "represión sin precedentes de los opositores políticos", especialmente a través de medidas digitales: bloqueo de plataformas como X (antes Twitter) y draconianas restricciones en foros como JamiiForums, donde la disidencia era habitual.
Incluso, la policía ha comenzado a aplicar “patrullas digitales” para vigilar publicaciones críticas en redes sociales.
¿Un aislamiento deliberado o estrategia política?
La decisión de la presidenta de marginar a sus competidores no es sólo un rechazo a la pluralidad democrática, sino una respuesta al dinamismo de una juventud que en otros países de África del Este está cobrando fuerza como motor de cambio político.
Países vecinos muestran signos de desgaste del autoritarismo:
- Uganda: El carismático Bobi Wine generó un poderoso movimiento juvenil contra los 40 años de mandato de Yoweri Museveni.
 - Kenia: Manifestaciones multitudinarias contra el presidente William Ruto por corrupción lo forzaron a desplegar el ejército en Nairobi.
 - Mozambique: El dirigente opositor Venâncio Mondlane movilizó a miles tras elecciones disputadas.
 - Madagascar: Manifestaciones estudiantiles derrocaron al presidente Andry Rajoelina en octubre, apoyadas incluso por sectores del ejército.
 
¿Qué tienen en común estas rebeliones? Todas muestran una clara fatiga social con las élites perpetuas y una preferencia por voces nuevas y descentralizadas.
Tanzania: ¿excepción o el próximo país en cambiar?
Aunque Tanzania ha sido vista históricamente como “un oasis de estabilidad” en África, con transiciones pacíficas y ausencia de grandes conflictos internos, los eventos recientes han levantado dudas sobre la sostenibilidad de ese modelo. El mismo CCM mantiene vínculos estrechos con el Partido Comunista Chino, una relación que suscita críticas ante quienes abogan por mayor apertura democrática.
En una región marcada por el impulso del cambio, Tanzania podría ser la próxima en vivir una ola de renovación política. Pero también está en riesgo de consolidar un modelo de autoritarismo híbrido: con apariencia democrática, elecciones regulares, pero sin competencia real.
La juventud como amenaza al statu quo
Más del 60% de la población tanzana tiene menos de 25 años. Son ellos quienes están liderando las protestas, desafiando a una clase política envejecida y arraigada. Hassan, antes vista como una figura maternal, se ha convertido en símbolo del inmovilismo institucional contra el que luchan jóvenes con acceso a redes sociales, ideas liberales y contactos regionales.
El sociólogo ugandés Joshua Kato lo expresa así: “Mientras más se reprima el deseo de cambio en la juventud, más combustible se acumula en el depósito de la revolución”.
Lo que está en juego
El futuro de Tanzania no sólo definirá el rumbo de su democracia sino podría marcar un punto de inflexión para toda la región oriental de África. Si Hassan logra mantenerse en el poder ignorando demandas de apertura, podría reforzar las tácticas autoritarias en otros países. Si la presión popular logra abrir espacio a un multipartidismo real, establecería un nuevo estándar para la emancipación democrática africana.
Los próximos días y semanas serán decisivos. ¿Escuchará el gobierno las demandas de su gente o redoblará la represión? Tras décadas de estabilidad aparente, Tanzania enfrenta su hora más crítica: redefinir su democracia o resignarse al autoritarismo.
Fuentes adicionales:
- Amnistía Internacional. Informe sobre represión en Tanzania, 2023.
 - ACLED. Base de datos de conflictos en África Oriental, 2024.
 - International Crisis Group. Informe sobre gobernabilidad en África del Este, 2024.
 - World Bank. Teenage Demographics in East Africa, 2023.
 
