El choque en Evanston: represión, comunidad y la creciente tensión migratoria en EE.UU.
Un choque vehicular desata un violento arresto por parte de agentes fronterizos en Illinois, avivando el debate sobre el papel de ICE y los derechos civiles en las ciudades santuario
Una tarde caótica en Evanston
El pasado viernes al mediodía, la ciudad de Evanston, un suburbio al norte de Chicago, fue escenario de un episodio que ha resonado a nivel nacional en Estados Unidos. Un choque vehicular entre un sedán y una unidad de la Patrulla Fronteriza derivó en la violenta detención de tres personas por parte de agentes federales. La intervención degeneró rápidamente en una confrontación con miembros de la comunidad local que presenciaban la escena.
Videos difundidos en redes sociales muestran a un agente federal golpeando repetidamente en la cabeza a un hombre que ya estaba sujetado en el suelo. Otro fragmento muestra a agentes utilizando gas pimienta contra personas del público y dirigiendo armas hacia quienes intentaban intervenir. La ciudad, sus residentes y funcionarios públicos no tardaron en reaccionar.
ICE en Evanston: tensión creciente
Según informes de varios residentes, en días previos al incidente se había detectado una fuerte presencia de agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) recorriendo Evanston como parte del reforzamiento de medidas migratorias impulsadas por el expresidente Donald Trump en la región de Chicago. Esto generó un contexto de alerta entre los residentes, muchos de los cuales han formado grupos de “respuesta rápida” para monitorear y documentar la presencia y las acciones de los agentes.
El alcalde de la ciudad, Daniel Biss, condenó rotundamente el uso de la fuerza por parte de los agentes. “Golpearon personas y las secuestraron”, declaró en una rueda de prensa. Su mensaje para ICE fue claro: “Salgan de Evanston.”
La versión oficial y el testimonio de los testigos
El Departamento de Seguridad Nacional defendió la actuación de sus agentes, afirmando que el vehículo federal fue impactado por el sedán cuando intentaban hacer una maniobra en U tras haber sido perseguidos agresivamente. Según voceros de ICE, la multitud rodeó el vehículo agrediendo verbalmente a los agentes y escupiéndoles. Además, aseguran que un hombre pateó a uno de los uniformados y luego le agarró los genitales, por lo que el agente “lanzó golpes defensivos para liberarse”.
Sin embargo, testigos presenciales ofrecen una narrativa distinta. Allie Harned, trabajadora social en la escuela media Chute y presente en la escena, declaró: “Fue aterrador. Los agentes apuntaban armas a civiles y rociaban gas pimienta a personas que simplemente observaban”. Agregó que un estudiante que pasaba en auto presenció el suceso y quedó profundamente traumatizado.
El choque: ¿culpa de quién?
Las circunstancias del choque inicial no están del todo claras. Algunos miembros del público aseguran que los agentes de la Patrulla Fronteriza frenaron bruscamente sin motivo alguno, lo que provocó el impacto del sedán. “Pareció una maniobra premeditada”, dijo un residente a un medio local. Sin embargo, sin pruebas concluyentes al momento, queda en manos de los investigadores determinar qué ocurrió realmente.
La Policía de Evanston ha respondido enviando supervisores a cada incidente migratorio reportado, con el objetivo de documentar las actuaciones del ICE y preservar pruebas para la División de Derechos Civiles de la Fiscalía General de Illinois.
Evanston: ciudad santuario en resistencia
Desde hace varios años, Evanston se ha declarado ciudad santuario, apoyando políticas locales que limitan la cooperación de las autoridades locales con los agentes federales de inmigración. Recientemente, el gobierno local decretó que todas las propiedades municipales sean “Zonas Libres de ICE”.
Estas acciones responden a episodios recientes de detenciones agresivas por parte de ICE y CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza) en zonas tradicionalmente amigables con inmigrantes. Organizaciones como Evanston Rapid Response han tomado un rol protagónico, alertando mediante sistemas de mensajería y redes sociales cada vez que los agentes se mueven por la ciudad.
Datos duros sobre ICE y uso de la fuerza
No es la primera vez que agentes de inmigración son acusados de uso excesivo de la fuerza. Según datos del Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), en el año fiscal 2022 se registraron más de 14,000 detenciones por parte de ICE, muchas de las cuales incluyeron denuncias formales sobre procedimientos violentos y prácticas abusivas.
Un estudio de American Immigration Council señaló que 1 de cada 5 detenciones incluyó uso de fuerza potencialmente excesiva entre 2018 y 2022. Por otra parte, la ACLU ha documentado múltiples casos de abuso por parte de CBP, tanto en la frontera sur como en operaciones internas.
¿Fuerzas del orden o fuerzas de choque?
La actuación de agentes armados que operan sin identificación visible o en vehículos sin marcar ha sido un eje central del debate sobre la legitimidad y los límites de ICE. Como ocurrió en Portland en 2020 y más recientemente en ciudades como Atlanta y Nueva York, los ciudadanos denuncian una política de “militarización de la inmigración”.
En Evanston, lo que parece haber sido un incidente de tráfico se convirtió en una muestra cruda de estas tensiones acumuladas. La aparición de armas, el uso de gas pimienta y los golpes dirigidos hacia individuos desarmados provocaron una indignación generalizada.
El futuro de la vigilancia migratoria en Chicago y el resto de EE.UU.
Con los años, el papel de los gobiernos locales ha cobrado más peso frente a las políticas migratorias federales. Illinois, al igual que California y Nueva York, ha aprobado legislaciones que limitan activamente el área de acción de ICE en sus comunidades.
No obstante, estas medidas chocan con operativos sorpresivos y muchas veces sin coordinación con las policías locales. En palabras del jefe de policía Evanston, Ryan Glew: “Cuando respondimos, las prioridades eran desescalar la situación y evitar más enfrentamientos entre ICE y los vecinos”.
Los próximos días serán decisivos para saber si se producirán sanciones, disculpas oficiales, o una reevaluación del despliegue de ICE en zonas urbanas. Lo cierto es que la comunidad de Evanston seguirá en pie de alerta.
Una comunidad organizada y vigilante
El incidente no solo fue captado y difundido por redes sociales, sino que motivó a más ciudadanos a integrarse a las redes de respuesta y acompañamiento a familias en riesgo de deportación. También se organizaron vigilias, marchas pacíficas y sesiones ante el consejo municipal.
Tal como expresó una activista local: “No nos vamos a callar. Nuestra comunidad es diversa, es humana, y no permitiremos este terror estatal en nuestro vecindario.”
¿Un catalizador para el cambio?
Frente a la creciente presión ciudadana, legisladores estatales han anunciado que evaluarán iniciativas para fortalecer la transparencia en las operaciones federales dentro del territorio de Illinois. Entre las medidas propuestas se incluye la obligación de grabación de todas las detenciones con cámaras corporales, así como la notificación obligatoria a las autoridades municipales antes de cualquier despliegue federal masivo.
El debate está instalado: ¿hasta qué punto se puede permitir que ICE actúe sin rendir cuentas en comunidades locales? ¿Y cuál es el costo humano de estas políticas para los migrantes y para el tejido social de ciudades como Evanston?
Por ahora, la respuesta parece estar en la resistencia ciudadana. Porque cuando las víctimas quedan tendidas en el asfalto, solo el valor de quienes documentan y denuncian puede escribir la historia desde otra perspectiva.
