El drama silencioso de las lesiones en la NFL: ¿pueden los equipos sobrevivir a la plaga de bajas?
Lesiones en cadena, pérdidas clave y soluciones desesperadas: radiografía de una temporada con médicos a la ofensiva
La NFL en modo hospital: una epidemia que golpea a todas las franquicias
Una tendencia alarmante se ha apoderado de la temporada 2025 de la National Football League (NFL): las lesiones han alcanzado niveles epidémicos. En las últimas semanas, una oleada de bajas por molestias físicas ha transformado las plantillas de múltiples franquicias al punto de afectar profundamente el rendimiento potencial de muchos contendientes al título.
Tan solo en la semana 9, el reporte de lesionados incluía más de 90 jugadores oficialmente descartados o en duda, entre ellos algunos nombres clave como Nick Bosa (49ers), Kyler Murray (Cardinals), y Isiah Pacheco (Chiefs). ¿Qué está pasando en la liga más poderosa del deporte norteamericano? ¿Se puede competir al máximo nivel sin estar al 100%?
San Francisco 49ers: una defensa mermada
La situación crítica del front seven de los San Francisco 49ers es uno de los casos más notorios. La reciente baja de Yetur Gross-Matos, quien reagravó una lesión en los isquiotibiales, se suma a la ya conocida ausencia de Nick Bosa por rotura de ligamentos en la rodilla. Además, Bryce Huff también está fuera por molestias similares.
Dato clave: De acuerdo con Pro Football Focus, los Niners han logrado tan solo 5 capturas de mariscal de campo en sus últimos seis juegos, promediando 1.13 sacks por partido, el número más bajo de toda la NFL. Este desplome en la presión defensiva es dramático considerando que en 2022 fueron líderes en ese apartado.
Ante esa realidad, el equipo adquirió recientemente a Keion White desde New England y promovió al veterano Clelin Ferrell desde el equipo de prácticas para generar profundidad defensiva. Pero el verdadero problema es estructural: la base de la presión ha desaparecido, y eso en una liga de élite se paga caro.
Arizona Cardinals: el eterno interino Jacoby Brissett
En Arizona, la trama gira alrededor de Kyler Murray y su estancado proceso de recuperación. Desde que se lesionó el pie el 5 de octubre contra los Titans, no ha vuelto a disputar un solo snap. El coach Jonathan Gannon confirmó que Jacoby Brissett jugará su tercero consecutivo como titular este lunes en Dallas.
Brissett ha cumplido estadísticamente: 599 yardas, 4 touchdowns y solo 1 intercepción en dos encuentros. Sin embargo, los Cardinals perdieron ambos juegos, en gran parte debido a errores puntuales en momentos críticos.
“Hemos estado cerca, pero hay jugadas clave en situaciones críticas donde fallamos. Eso hay que cambiarlo”, declaró Brissett. Y tiene razón: Arizona ha perdido sus últimos cinco partidos por un margen colectivo de apenas 13 puntos. Están cerca, pero el talento de Murray como escapista y ejecutor vertical les hace falta enormemente.
¿Están preparados los equipos para una temporada tan exigente físicamente?
Cada año, los cuerpos técnicos intentan afinar cargas, mejorar superficies y fortalecer programas de prevención. Pero el 2025 está mostrando que quizá ese enfoque no es suficiente. Con estrellas como Joe Flacco, C.J. Ham, Jeff Okudah y D'Andre Swift también en la lista de bajas, el tema trasciende una franquicia.
¿La NFL jugará con fuego al mantener su calendario tan físico? ¿Llegará el punto donde el espectáculo se vea afectado por completo por la ausencia de estrellas?
El lado económico del dolor
Cada lesión representa más que una baja táctica. También hay una fuerte implicación económica. Según Spotrac, en lo que va de la temporada se han perdido más de $152 millones de dólares en salarios garantizados por los jugadores en la lista de lesionados.
Y no se trata solo del sueldo directo: las marcas pierden visibilidad publicitaria, los derechos televisivos se ven amenazados y las gradas resienten la falta de figuras. Un estudio de Nielsen en 2020 reveló que la ausencia de estrellas ofensivas como quarterbacks o wide receivers puede disminuir la audiencia televisiva hasta en un 11%.
Dallas vs Arizona: el partido de los que sobreviven
El encuentro de este lunes en Arlington enfrentará a dos equipos con enfoques distintos para sortear la crisis: Dallas apuesta por una rotación defensiva profunda, mientras que Arizona confía en el temple de Brissett y quizás en minutos limitados de Murray si existen mejoras exprés.
Aun así, varios nombres importantes estarán fuera también en Dallas: Donovan Wilson, Jack Sanborn, Shavon Revel, entre otros. A este ritmo, cualquier roster viable debe contar con tres elementos esenciales: profundidad, adaptabilidad y una dosis de suerte.
¿Bajo qué condiciones deberían reevaluarse los protocolos?
La NFL ha implementado nuevos estándares médicos desde 2018 en adelante, destacando el protocolo de conmociones y el reposo obligatorio post-lesión muscular. Sin embargo, la reaparición acelerada de jugadores (como Gross-Matos, quien se relesionó tras apenas un día de entrenamientos) plantea dudas serias.
- ¿Es suficiente una práctica limitada para definir si alguien está “listo”?
- ¿Deberían establecerse mínimos obligatorios de recuperación?
- ¿Vale la pena arriesgar un mes de baja por ganar un domingo?
El caso de San Francisco es paradigmático: su decisión de reincorporar al defensivo apenas días después de retomar el entrenamiento terminó en una recaída que lo saca por, al menos, un mes más.
El futuro inmediato: rotaciones, rookies y fichajes de emergencia
A medida que se acumulan semanas y el desgaste es visible, muchos equipos están echando mano de novatos que apenas iniciaban su proceso de adaptación. Algunas franquicias incluso han firmado jugadores de la liga XFL y reactivado veteranos en retiro parcial.
La NFL de 2025 es una liga donde el plan C se volvió plan A.
Connor Colby, un novato de séptima ronda con los 49ers, ahora es titular por la lesión del guardia Ben Bartch. Y varios practice squads han sido barridos para rearmar los rosters cada semana como si se tratara de una guerra estratégica más que de fútbol americano.
La resistencia como nuevo estándar
Finalizamos con una reflexión: si los años gloriosos de figuras legendarias como Tom Brady y Peyton Manning se destacaron por su arm talent e inteligencia táctica, en la NFL actual hay una nueva virtue indispensable: resistencia física constante.
No basta con brillar: hay que sobrevivir para seguir jugando. Y en 2025, esa puede ser la diferencia real entre un equipo que llega al Super Bowl y otro que apenas araña los .500.
Para los aficionados, esta nueva NFL es como un juego de ajedrez donde los alfiles y torres caen antes del tercer movimiento. No es cuestión solo de talento ni estrategia: es una batalla de cuerpos resistiendo 18 semanas de puro infierno físico.
