Jamaica enfrenta la cuenta regresiva: reconstrucción exprés tras el paso del huracán Melissa

Con una temporada turística a punto de despegar, la isla lucha contrarreloj para salvar una industria clave de su economía

El huracán Melissa y su impacto catastrófico

El pasado 28 de octubre, Jamaica vivió uno de los episodios más devastadores de su historia reciente con la llegada del huracán Melissa, una imponente tormenta de categoría 5 que arrasó la franja occidental del país. Con vientos sostenidos de más de 260 km/h, Melissa no solo dejó un rastro de destrucción material, sino también profundas heridas en la economía, especialmente en el sector turístico, que representa la columna vertebral de los ingresos jamaicanos.

Turismo: el motor económico que tambalea

Antes del impacto del huracán, Jamaica contemplaba expectativas de crecimiento alentadoras: un incremento del 7% en la temporada turística invernal y la llegada de 4.3 millones de visitantes. Estos números consolidaban al país como una de las joyas del Caribe. Sin embargo, con los hoteles dañados y la infraestructura comprometida, el panorama ha cambiado radicalmente.

"Estamos en plena evaluación de los daños, pero sabemos que las áreas más afectadas fueron el noroeste y suroeste de la isla", declaró Christopher Jarrett, presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de Jamaica. Aunque zonas como Negril, en Westmoreland, sufrieron daños menores, regiones como Hanover aún permanecen incomunicadas debido a cortes de electricidad y telecomunicaciones.

Un esfuerzo titánico para reconstruir

Todas las terminales aéreas internacionales reabrieron en menos de una semana, lo que demuestra el nivel de urgencia y organización del gobierno y entidades privadas para no perder la temporada alta, que comienza oficialmente el 15 de diciembre. El ministro de Turismo, Edmund Bartlett, ha declarado que espera restablecer completamente la operatividad para esa fecha. "Es posible para algunos, pero no para todos", advirtió Jarrett, destacando que las grandes cadenas hoteles tienen más capacidad de recuperación que los pequeños emprendimientos locales.

Jarrett, quien también opera hoteles en Kingston y Montego Bay, confirmó que propiedades como el Altamont Court Hotel ya están siendo reparadas, tras sufrir daños en los techos. Algunos establecimientos incluso ofrecen descuentos entre el 25% y 50% o noches de estadía gratis para atraer o mantener a los visitantes.

Una industria que emplea a miles

El turismo representa, directamente e indirectamente, el 30% del PIB jamaiquino y da empleo a aproximadamente 175,000 personas. Además, estimula sectores como la construcción, los servicios financieros, la agricultura y los servicios públicos. La parálisis parcial del sector impacta no solo a los empleados directos de hoteles y resorts, sino también a artesanos, transportistas, agricultores y comerciantes cuyos productos alimentan la cadena de valor turística.

Patricia Mighten, camarera de un hotel en Hanover, explica el dilema: “Con algunos hoteles cerrados y la mayoría de turistas ausentes, muchos quedamos sin trabajo. Esta tormenta no solo destruyó edificios, sino también nuestro sustento”.

Desrine Smith, vendedora artesanal en Falmouth, expresó sentimientos similares: “Pasar días sin turistas significa no vender, no ganar. Vivimos de los ingresos diarios y ahora todo es incertidumbre. El huracán golpeó fuerte nuestros bolsillos”.

El lado humano del desastre

Más allá de cifras e infraestructuras, lo que destaca es la resiliencia del pueblo jamaiquino. Comerciantes, empleados de hotel, pescadores y agricultores se organizan con ayuda de cooperativas locales y ONG para colaborar con las tareas de limpieza, distribución de alimentos y reparaciones básicas.

En algunos casos, hoteles que han logrado mantener operaciones han sido reconvertidos temporalmente en centros logísticos para el alojamiento de trabajadores humanitarios y técnicos de restauración. "Tenemos habitaciones ocupadas por voluntarios y personal de emergencia. Es un salvavidas económico para nosotros también", comenta Margaret Davis, administradora de un hotel boutique en Ocho Ríos.

Perspectivas: ¿una temporada de oportunidades?

A pesar del caos que deja Melissa, algunos expertos creen que esta crisis puede ser una oportunidad para optimizar la infraestructura, acelerar la diversificación en la oferta turística e incluso reforzar modelos de turismo sostenible menos dependientes del gran volumen de visitantes.

Jamaica ha logrado recuperarse de desastres naturales en el pasado, como el huracán Gilbert en 1988 o Dean en 2007. En cada ocasión, el turismo ha sido parte integral de la revitalización económica. Lo que diferencia esta nueva prueba es el contexto global pospandemia y los desafíos del cambio climático, que hacen que cada huracán represente una amenaza más peligrosa que la anterior.

Reactivar sin olvidar: justicia climática y planificación urbana

Varios urbanistas y expertos en medio ambiente señalan que parte del problema reside en la falta de desarrollo urbano resiliente. Zonas costeras muy desarrolladas, sin defensas naturales como manglares o arrecifes, sufrieron daños mayores. El llamado es a repensar cómo se expande la industria turística en la isla.

Además, numerosas voces internacionales exigen justicia climática. Jamaica aporta menos del 0.05% a las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero sufre de forma desproporcionada los efectos del calentamiento global. Una paradoja que debería fortalecer las exigencias del Caribe ante foros multilaterales como la COP.

Solidaridad en marcha: el apoyo internacional

Países vecinos, organismos multilaterales y ONG ya movilizan recursos. Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá han anunciado paquetes de ayuda de emergencia. También se ha desplegado asistencia técnica desde la Organización de Turismo del Caribe (CTO, por sus siglas en inglés), con diagnóstico de daños, capacitación y fondos para pequeños empresarios.

Se espera que estas iniciativas alivien parcialmente la carga del gobierno y brinden oxígeno a cientos de pequeños comerciantes y prestadores de servicios que sostienen al país día a día.

Fechas clave en el horizonte

  • 15 de diciembre: inicio de la temporada turística alta. Fecha objetivo para reapertura total del sistema turístico.
  • Enero de 2026: se espera un informe consolidado de daños del gobierno y un paquete fiscal de recuperación turística.
  • Verano de 2026: Jamaica proyecta un relanzamiento internacional de su oferta turística, centrándose en sostenibilidad y resiliencia.

“Los retos son inmensos, pero como isleños, sabemos cómo resistir y cómo renacer”, concluyó Jarrett, con una mezcla de determinación y esperanza.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press