Las cicatrices de una tregua: cuerpos, memoria y política en la guerra entre Israel y Hamás
Una mirada profunda a los intercambios de restos humanos durante el cese al fuego, los desafíos diplomáticos y las heridas abiertas tras el ataque del 7 de octubre
Un cese al fuego sostenido por fragmentos de vidas
Desde la instauración de un delicado alto al fuego entre Israel y Hamás en octubre de 2024, se ha desarrollado un intercambio casi ritual: cuerpos por cuerpos. Los militantes palestinos liberan restos de rehenes israelíes mientras el Estado hebreo entrega cuerpos de palestinos. Entre el duelo y la diplomacia, el conflicto sigue tan latente como cuando comenzó el 7 de octubre de 2023, con un ataque sin precedentes por parte de Hamás en territorio israelí.
El reciente hallazgo y repatriación de los cuerpos de tres soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), asesinados durante el ataque inicial, ha conmovido al país. Se trata de el capitán Omer Neutra, ciudadano estadounidense-israelí, el sargento mayor Oz Daniel, y el coronel Assaf Hamami. Sus restos fueron recuperados de un túnel en el sur de la Franja de Gaza, según Hamás.
Un ataque que cambió la historia
El 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó una ofensiva que penetró las fronteras de Israel, dejando cerca de 1.200 muertos y secuestrando a 251 personas, según informes israelíes. La respuesta militar del Estado hebreo fue masiva y sostenida. Hasta la fecha, más de 68.800 palestinos han perdido la vida como resultado de la ofensiva israelí, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, que sigue operando bajo la administración de Hamás.
Este ataque detonó la guerra más sangrienta en la historia reciente entre ambas partes, provocando desplazamientos masivos, una crisis humanitaria sin precedentes en Gaza y una fuerte presión internacional para lograr un alto al fuego.
¿Quiénes eran los tres soldados?
- Capitán Omer Neutra (21 años): Ciudadano estadounidense-israelí, Neutra fue secuestrado junto con su escuadrón de tanque. Era hijo de padres inmigrantes que han sido muy activos en protestas exigiendo la liberación de los rehenes.
 - Sargento mayor Oz Daniel (19 años): Su cuerpo fue tomado directamente desde su tanque. Era hermano gemelo y vivía con su familia en el sur de Israel.
 - Coronel Assaf Hamami: Comandante de la brigada sur en Gaza. Fue una de las primeras personas en declarar que Israel estaba en guerra menos de 10 minutos después del ataque inicial. Murió defendiendo el Kibutz Nirim junto a dos de sus soldados.
 
Un intercambio desigual: cuerpos como fichas
Israel ha estado recibiendo los cuerpos de sus rehenes de manera pausada: uno o dos cada pocos días. El proceso ha sido desesperante para las familias. Al mismo tiempo, el gobierno israelí ha accedido a entregar 15 cuerpos palestinos por cada israelí.
Esta práctica ha generado críticas y cuestionamientos sobre la equidad y la moralidad del acuerdo. La dificultad para identificar los cuerpos palestinos es otra arista cruel: de los 225 cuerpos devueltos, solo 75 han podido ser identificados por el Ministerio de Salud de Gaza, debido a la falta de recursos como kits de pruebas de ADN.
En palabras del portavoz del ministerio de salud de Gaza: "No podemos dar digna sepultura a los fallecidos si no sabemos siquiera quiénes son. Las familias están desesperadas por la falta de información". Las imágenes de cadáveres son publicadas en redes sociales con la esperanza de ser reconocidos por alguien.
Un alto al fuego que pende de un hilo
El alto al fuego fue mediado por Estados Unidos y contempla un plan de 20 puntos. Uno de los aspectos más delicados es la creación de una fuerza de estabilización internacional conformada por países árabes aliados, Turquía y Egipto, encargados de controlar y asegurar las fronteras de Gaza y garantizar que se respete la tregua.
Sin embargo, la comunidad internacional aún no se pone de acuerdo en torno al mandato exacto que tendría esta fuerza. Muchos países solo están dispuestos a participar si media una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.
Otros temas delicados incluyen el desarme de Hamás, la gobernanza de una Gaza postconflicto y el aumento de ayuda humanitaria para los más de 2.2 millones de civiles atrapados en la Franja.
Un balance atroz
Según el Jerusalem Institute for Strategy and Security (JISS), desde octubre de 2023 hasta mediados de 2024, el número total de muertos palestinos asciende a más de 68.800—una cifra sin precedentes. Miles de estos podrían ser combatientes de Hamás, pero también se incluyen civiles, mujeres y niños. Las Naciones Unidas y organizaciones como Human Rights Watch han solicitado investigaciones independientes sobre presuntos crímenes de guerra por ambas partes.
Israel niega rotundamente las acusaciones de genocidio y cuestiona la veracidad de los datos del Ministerio de Salud de Gaza. Sin embargo, analistas como Michael Schaeffer Omer-Man, del grupo israelí de derechos humanos B’Tselem, sostienen que: “El uso desproporcionado de la fuerza, especialmente en zonas densamente pobladas, expone a los civiles a un riesgo inaceptable”.
El rol de Estados Unidos
La Casa Blanca, bajo la administración de Joe Biden, ha desempeñado un papel clave como mediador, aunque enfrenta presiones internas. Las protestas de la comunidad judía en EE. UU., el lobby pro-Israel y las críticas de sectores progresistas por las muertes palestinas han situado a Biden en una delicada posición electoral de cara a 2024.
El presidente Biden expresó su pesar y solidaridad con las familias de los soldados muertos recientemente identificados, mencionando que habló con los padres de Neutra. “Fue una conversación emotiva; alivio y dolor mezclados. Ningún padre debería esperar tanto solo para enterrar a su hijo”, dijo.
¿Y ahora qué?
Con solo 8 cuerpos de rehenes israelíes que permanecen en Gaza y sin claridad sobre su paradero ni condiciones, el futuro del alto al fuego está lleno de incertidumbre. La tregua ha permitido un muy limitado alivio humanitario y, al menos por ahora, ha detenido el ciclo incesante de violencia. No obstante, cualquier provocación o error podría devolver a las partes al punto cero.
A medida que la comunidad internacional reflexiona sobre lo que significará la posguerra en Gaza, el conflicto deja una enseñanza tan cruda como evidente: las guerras modernas no terminan cuando callan las armas, sino cuando se saldan las deudas humanas, políticas y morales que dejan a su paso.
El caso de Neutra, Daniel y Hamami pone rostro a los números. Y también plantea preguntas urgentes: ¿cuántos más siguen esperando volver, aunque sea en un ataúd? ¿Qué significa ganar una guerra donde todos han perdido algo irrecuperable?
