Tommy Rees toma el mando ofensivo en Cleveland: ¿rescate o último intento?
Los Browns entregan las riendas de las jugadas a un joven coordinador ofensivo con la esperanza de revivir una de las peores ofensivas de la NFL
Tommy Rees, a sus 33 años, ha recibido una de las tareas más complicadas de la temporada en la NFL: revitalizar una ofensiva de los Cleveland Browns que hasta ahora parece condenada al fracaso. El entrenador Kevin Stefanski hizo oficial la decisión de ceder el llamado de jugadas al joven coordinador ofensivo tras la semana de descanso. Y aunque el cambio llega en un momento crítico, representa tanto una apuesta de alto riesgo como una rara oportunidad de resucitar la campaña.
Un cambio necesario… y tardío
Cuando un equipo ocupa los puestos más bajos en casi todas las categorías ofensivas —penúltimo en yardas totales (263.5 por partido), 28° en terrestres (89.5), 29° en aéreas (174.0) y 30° en puntos (15.8)— las voces de cambio se vuelven imposibles de ignorar. Stefanski, quien asumió el cargo de coach en jefe en 2020 y ha estado mayormente encargado del play-calling desde entonces, admitió que la evaluación de mitad de temporada lo llevó a considerar que era hora de algo diferente.
“Tenemos que ser mejores en muchas facetas del lado ofensivo, y simplemente sentí que Tommy es alguien en quien creo mucho,” declaró Stefanski. “Siento que este es el momento correcto para esto.”
Rees tomó el control del llamado de jugadas desde el partido frente a los New York Jets, una franquicia igualmente en crisis pero con una defensa capaz de complicar a cualquier mariscal.
¿Quién es Tommy Rees?
Si bien su nombre no resuena tanto como algunos veteranos de las bandas, Tommy Rees ha tenido una carrera meteórica en los banquillos. Fue mariscal de campo en Notre Dame, donde rápidamente pasó de ser entrenador de mariscales (2017-2019) a coordinador ofensivo (2020). Luego, el legendario Nick Saban lo reclutó para continuar en las mismas funciones en Alabama durante su última temporada al frente del programa. Tras el retiro de Saban, Rees desembarcó en Cleveland como entrenador de alas cerradas y especialista en el juego aéreo, para luego ser promovido a coordinador ofensivo esta temporada.
Este ascenso habla de una confianza impresionante por parte de quienes han trabajado con él. Pero a nivel profesional, Rees todavía tiene que demostrar si puede traducir esas ideas ofensivas modernas a un equipo plagado de debilidades estructurales.
Una ofensiva disfuncional y sin identidad
Uno de los grandes problemas de los Browns este año ha sido la ausencia total de identidad ofensiva. Su línea ofensiva ha sido inconsistente debido a las lesiones, el juego terrestre se ha visto opacado por el bajo rendimiento de los corredores, y el juego aéreo ha sido una mezcla entre inefectividad y errores forzados.
Lo más alarmante quizás ha sido la situación en la posición más importante: el mariscal de campo. Joe Flacco, quien inició la temporada como titular, fue un desastre total. Con un rating de pasador de 60.3, la peor marca de la NFL en sus primeras cuatro aperturas, completó apenas el 58.1% de sus pases y lanzó seis intercepciones. Fue rápidamente enviado a Cincinnati.
Su reemplazo, Dillon Gabriel, tampoco ha cambiado el panorama. Tiene la tercera peor calificación como pasador (75.8) y ha lanzado solo cuatro touchdowns con dos intercepciones. Aunque Stefanski confirmó que Gabriel seguirá como titular, el futuro de la franquicia luce nublado.
Drake Maye y el éxito temprano de otros jóvenes mariscales
Mientras tanto, alrededor de la liga, otras franquicias están viendo frutos —parciales pero reales— al apostar por jóvenes talentos tras cambios estratégicos claves. Un ejemplo claro: Drake Maye, con los Patriots. En su segundo año, Maye lidera la liga con un 74.1% de pases completados, suma 2,285 yardas aéreas, 17 touchdowns y apenas 4 intercepciones. Su éxito se debe en gran parte a un esquema que juega a sus fortalezas y un cuerpo técnico que lo protege pese a fallas estructurales como la protección.
A diferencia de Cleveland, donde el mariscal es más bien víctima de un sistema roto en vez de protagonista de uno funcional, en New England se ha desarrollado un ecosistema mínimo para triunfar.
Un espejo complicado en Minnesota
La situación de los Minnesota Vikings también sirve como parámetro. Tras una racha de derrotas y lesiones, el equipo logró una impresionante victoria contra los Detroit Lions. Con un mariscal en desarrollo como J.J. McCarthy afectado por lesiones, fue el veterano Carson Wentz quien mantuvo firme el barco. El mérito recayó en Brian Flores, el coordinador defensivo, quien ajustó con presión constante sobre Jared Goff y obtuvo cinco capturas.
Cleveland podría inspirarse en este ejemplo: confiar en el cuerpo técnico nuevo y permitir que tomen el protagonismo antes que aferrarse a fórmulas que no rinden.
¿Qué puede hacer Rees diferente?
Rees arrastra consigo el sello de dos de los programas más exigentes del fútbol colegial: Notre Dame y Alabama. Su enfoque ofensivo en esos sistemas se caracterizó por lo siguiente:
- Formaciones múltiples con pre-snap motions.
 - Juego terrestre como base para play-action.
 - Uso extensivo de alas cerradas como armas ofensivas, no solo bloqueadores.
 - RPOs (Run Pass Options) que permiten decisiones rápidas del quarterback.
 
Esto podría ser ideal en Cleveland si decide maximizar a jugadores como David Njoku (TE) y crear rutas dinámicas para sus receptores sin depender exclusivamente del pase largo.
Apuesta de alto riesgo
Está claro que Stefanski no solo entrega el poder de decisiones tácticas, sino también gran parte de su futuro como entrenador. Si Rees fracasa, se acabará su aura como mente ofensiva. Pero si logra cambiar el rumbo de una cadena ofensiva que agoniza, será una reivindicación excepcional tanto para él como para la franquicia.
Perspectiva a futuro: ¿es suficiente?
Incluso si Rees realiza ajustes exitosos, los Browns están en una situación complicada a nivel divisional. En una AFC Norte donde los Ravens están enfilados hacia la postemporada y Steelers y Bengals siguen siendo competitivos, el margen de error es mínimo.
Pero si Rees logra sacar lo mejor de Gabriel, recuperar el nivel del juego terrestre (con o sin Nick Chubb) y hacer del ataque de Cleveland uno al menos intermedio en la NFL, su nombre entrará con fuerza entre las jóvenes promesas de la liga. El contexto lo tiene todo para consolidarse: una afición fiel, una defensa que ha demostrado momentos de brillantez esta temporada, y una franquicia que necesita con urgencia una narrativa positiva.
Por ahora, todos los ojos estarán sobre Tommy Rees. ¿Será el salvador ofensivo que los Browns necesitan, o un parche más sin éxito en una historia cíclica de mediocridad ofensiva?
