¿Quién quiere ser alcalde?: El drama oculto detrás de las elecciones sin competencia en EE. UU.

La creciente hostilidad política, el desinterés cívico y el miedo a la violencia están vaciando las boletas de candidatos locales en Connecticut y en todo Estados Unidos

Una democracia sin candidatos

En las pasadas elecciones municipales en Connecticut, el 71% de las carreras locales no contaron con competencia alguna. Cuarenta municipios vieron a sus alcaldes o intendentes ser reelectos automáticamente por falta de opositores. A nivel nacional, la tendencia es igual de preocupante: el 70% de las elecciones locales fueron sin oposición en 2024, según un estudio de Ballotpedia. ¿Dónde están los candidatos? ¿Por qué nadie quiere postularse para liderar sus comunidades?

Más que desinterés: un miedo real

La ausencia de competencia electoral no se debe simplemente al desinterés ciudadano. La violencia política se ha convertido en una amenaza tangible para quienes consideran entrar en la arena política. Casos como el asesinato de la senadora estatal de Minnesota, Melissa Hortman, y su esposo, o el atentado incendiario en la casa del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, son ejemplos que han dejado una marca profunda.

“Me pregunté, ¿qué pierdo al postularme? ¿Pierdo mi seguridad?”, expresó Jeremy Geller, candidato a alcalde en Vernon, Connecticut, al narrar sus temores antes de lanzarse a la política local.

Un análisis de Princeton University y CivicPulse reveló que más del 50% de los funcionarios locales han sufrido acoso o amenazas, y el primer semestre de 2025 registró un aumento del 9% en estos incidentes.

¿Por qué postularse no es atractivo?

Más allá del miedo, hay razones funcionales. Ocupar un cargo local ya no es una labor voluntaria ligera; es un compromiso 24/7. Reuniones tardías, presión social, y una ciudadanía que exige cada vez más, hacen que el trabajo sea poco atractivo.

“Los funcionarios municipales sienten que están bajo ataque en su propia comunidad”, señala Elizabeth Gara, directora ejecutiva del Consejo de Pequeños Municipios de Connecticut.

El problema no termina ahí: la falta de gobiernos intermedios en estados como Connecticut deja a cada ciudad la responsabilidad completa de servicios públicos: policía, educación, bomberos, servicios sanitarios... todo sin personal de apoyo significativo en muchas ocasiones.

Desinformación y falta de educación cívica

Otra causa del vacío de candidatos es más silenciosa: muchas personas simplemente no saben qué hace un alcalde o cómo postularse. “Lo que he aprendido es que la gente se preocupa profundamente por sus comunidades, pero no saben cómo empezar”, explicó Stephanie Thomas, Secretaria de Estado de Connecticut, durante el lanzamiento de una nueva plataforma educativa digital llamada Power of Civics.

La iniciativa busca formar ciudadanía, explicar pasos para postularse, qué responsabilidades implica un cargo local y motivar una participación más activa.

El precio del anonimato político

Para algunas figuras, mantenerse al margen ha significado evitar el escarnio público. “La gente irá tras tu cónyuge o tus hijos”, declaró Benjamin Proto, presidente del Partido Republicano en Connecticut. Esa presión ha llevado a muchos ciudadanos comprometidos a decidir no participar.

Los partidos tampoco se esfuerzan igual en algunas contiendas. “A veces las comisiones locales no invierten energía en elecciones que parecen imposibles de ganar”, dice Nancy DiNardo, exlíder del Partido Demócrata estatal.

El legado perdido del servicio público

Windsor, Connecticut, es un ejemplo claro. La alcaldesa Nuchette Black-Burke lamenta que ya ni siquiera se encuentre gente dispuesta a formar parte de la Junta Escolar o ejercer como alguaciles municipales. Según afirma: “Antes, el servicio público era respetado. Ahora ya no”.

Black-Burke intenta cambiar esa narrativa. “Le digo a la gente que esto es sobre construir un legado, generar un cambio, intentar marcar la diferencia. Y eso sigue valiendo la pena”.

Cuando la política local se convierte en sacrificio personal

El salto a la política no solo genera estrés público, sino que consume cada minuto libre. Elizabeth Gara comenta que las regulaciones estatales y federales obligan a las autoridades locales a gastar más tiempo en papeleo, inspecciones o informes. Por ejemplo, la gestión legal del agua pluvial requiere documentar, inspeccionar y presentar pruebas de cumplimiento ambiental.

En muchos hogares donde ambos padres trabajan tiempo completo, simplemente no hay tiempo para liderar una ciudad. Y quienes alguna vez lo hicieron, están cansados.

¿Y si los partidos no hacen su parte?

Maresa Strano, subdirectora del programa de reformas políticas del think tank New America, cuestiona la falta de inclusión en el reclutamiento político. “Los presidentes de partidos tienden a reclutar menos mujeres y minorías porque los consideran menos elegibles”, señala. “Y eso perpetúa el problema. Muchos de los hombres blancos mayores que solían ocupar estos puestos están muriendo o retirándose... ¿quién tomará ahora el relevo?”

Aunque la estructura tradicional de los partidos no cambie, estos espacios sin competencia podrían convertirse en una oportunidad histórica para partidos minoritarios o grupos juveniles. “Es una oportunidad perdida si no lo hacen”, añade Strano.

Un tipo cualquiera: el improbable caso de Vernon

Jeremy Geller es el ejemplo ideal del ciudadano común que se convierte en candidato. Jubilado, amante del ciclismo y la jardinería, Geller nunca pensó postularse. Fue buscado por el comité demócrata de Vernon tras fallar decenas de intentos previos.

“Estaba disfrutando mi anonimato”, confesó. “Pero me preocupaba ver la violencia política. Me pregunté... ¿qué tan mal puede ir?”

A pesar de sus temores, Geller se ha convertido en una figura cercana para muchos votantes. Se ha enfocado en temas como vivienda asequible y cobertura médica, y no ha recibido ningún ataque, hasta ahora.

“Lo bueno de tocar puertas y hablar con la gente es que descubres que todos quieren lo mismo: cuidarse entre ellos”, dice Geller.

El futuro democrático está en los barrios

Salvar la democracia local exige más que reformas nacionales. Debe partir desde las comunidades. Desde voluntarios impulsando jóvenes a postularse hasta plataformas cívicas que educan y empoderan.

Kevin Brown, representante estatal de Vernon, lo resume de forma clave: “El poder está en manos de los que se presentan”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press