Craig Albernaz toma las riendas de los Orioles y enciende la esperanza en Baltimore
El nuevo mánager llega con una visión fresca y la promesa de devolver a los Orioles al protagonismo de la MLB tras una temporada decepcionante
Un nuevo comienzo desde el banquillo de los Orioles
La temporada 2025 fue un golpe duro para los Baltimore Orioles. Tras haber alcanzado los playoffs en 2023 y 2024, su caída a 75 victorias y el sótano del Este de la Liga Americana desilusionó a una afición que creía estar presenciando el ascenso de una nueva era dorada del equipo. Pero las oficinas del club no han tardado en moverse para corregir el rumbo, y su apuesta es clara: Craig Albernaz como nuevo mánager.
Su presentación oficial se dio en un ambiente inusual para este tipo de anuncios: Albernaz fue acompañado por Stephen Vogt, actual mánager de los Cleveland Guardians y amigo cercano, con quien compartió banquillo recientemente. El gesto fue tan inesperado como revelador del carácter de Albernaz: cercanía, autenticidad y liderazgo natural. Valores que Baltimore parece estar necesitando urgentemente.
Una amistad de dugout a rivales en el diamante
Albernaz trabajó junto a Vogt en Cleveland, primero como bench coach y luego como associate manager. Durante sus dos temporadas juntos, los Guardians ganaron el título de la División Central de la Liga Americana, destacando su histórica remontada en 2025 tras estar 15.5 juegos por debajo. Fue ahí donde el ahora estratega de los Orioles demostró su capacidad de liderazgo en situaciones adversas.
“Va a haber muchas bromas y desafíos amistosos entre nosotros, pero no hay nadie mejor para este puesto”, aseguró Vogt, aludiendo al compañerismo que ahora se convertirá en una competencia directa entre ambos equipos.
Construyendo sobre una base joven prometedora
Aunque el 2025 fue un retroceso, el talento joven que luce el uniforme de los Orioles sigue siendo uno de los más emocionantes en todas las Grandes Ligas.
- Gunnar Henderson (SS): Novato del Año en 2023, ya consolidado como una estrella ofensiva y defensiva.
- Jackson Holliday (IF): Hijo de Matt Holliday, con un talento natural y proyección All-Star.
- Adley Rutschman (C): Líder emocional y cerebral detrás del plato.
- Samuel Basallo (C): Uno de los prospectos más prometedores en su posición.
“No puedo esperar por ver a los fanáticos animando a nuestros muchachos mientras juegan un béisbol emocionante”, afirmó Albernaz. El mánager dejó clara su intención de revitalizar la conexión entre fanáticos y jugadores, prometer acción en el campo y actitud desde el banco.
Del bullpen a la cima: la trayectoria de Albernaz
Natural de Massachusetts y con un marcado acento, Craig Albernaz no es precisamente una figura imponente a primera vista. Mide apenas 5 pies 8 pulgadas y nunca jugó en las Grandes Ligas. Sin embargo, eso no lo detuvo. Al igual que Earl Weaver, legendario dirigente de los Orioles, Albernaz ha demostrado que el conocimiento, liderazgo y pasión por el juego superan cualquier limitación física o de experiencia como jugador.
Su carrera incluye pasos clave como coach de bullpen y receptores para los San Francisco Giants (2020-23) y también un paso exitoso como manager en Clase A dentro de la organización de los Rays de Tampa Bay, donde fue reconocido como Manager del Año en la Liga del Medio Oeste en 2018.
Un reto con historia y presión
Ser el timonel de un equipo histórico como los Orioles no es cualquier cosa. La franquicia ha ganado tres Series Mundiales y ha criado leyendas como Cal Ripken Jr., Brooks Robinson y Jim Palmer. Pero en la última década y media, ha habido más decepciones que gloria. Volver al primer plano en una división tan competitiva como la del Este de la Liga Americana —donde los Yankees, Blue Jays y Rays son contendientes regulares— es un reto de múltiples capas.
Albernaz, sin embargo, no es de los que huyen ante la presión: “Voy a ser yo mismo. Eso es todo lo que sé. Los jugadores quieren saber quién está realmente en su esquina”, dejó en claro.
Una de sus frases más poderosas la tomó del también respetado manager Joe Maddon: “Di la verdad al jugador. Puede enojarse un día. Pero si le mientes, lo pierdes para siempre”. Esta filosofía de honestidad radical será clave en la reconstrucción del vestuario y la cultura del equipo.
Más allá del banquillo: el factor Rubenstein
La presentación de Albernaz no solo fue una vitrina para el nuevo mánager, también sirvió para mostrar el compromiso del nuevo dueño mayoritario, David Rubenstein. El empresario se mostró animado sobre el futuro del equipo, haciendo incluso bromas sobre el acento de Albernaz, con la esperanza de que aprenda a hablar “Baltimore-ese”. Pero más allá del humor, Rubenstein dejó claro que busca devolverle orgullo a una ciudad que respira béisbol.
Las inversiones en el equipo dan señales claras de una gestión que no quiere depender solo del talento joven. El equipo cerró el mismo día la contratación del relevista Andrew Kittredge, mostrando que también se reforzará el bullpen para apuntalar un cuerpo de lanzadores que quedó corto en 2025.
Conexión con los fanáticos
Para una ciudad como Baltimore, donde los Orioles no solo son un equipo sino un símbolo cultural, es vital que el nuevo mánager se identifique con la afición. Albernaz parece entender esto mejor que nadie. “Estoy emocionado por salir al campo, pero también por ser parte de esta comunidad”, declaró.
Este tipo de conexión fue esencial cuando figuras como Buck Showalter dirigieron el equipo en la década pasada. Showalter había logrado reencender una pasión dormida con su carisma y carácter. ¿Puede Craig repetir la hazaña?
Mirando hacia 2026
Con las expectativas alejadas de una reconstrucción completa, Baltimore busca volver a la contienda rápidamente. Los playoffs ya no son un sueño lejano, sino una exigencia de corto plazo respaldada por talento emergente y ahora, por un liderazgo renovado.
“Vamos a tener un gran año de regreso”, prometió Albernaz. El calendario de 2026 marcará rápidamente si la apuesta fue acertada, especialmente al enfrentarse en repetidas ocasiones a los Blue Jays —quienes casi ganan la Serie Mundial tras haber ocupado el último lugar del Este apenas un año antes— y a su viejo conocido, Vogt y sus Guardians.
La pelota está en juego. Y en Baltimore, la esperanza comienza a rodar, esta vez, desde el banquillo.
