Elecciones en Estados Unidos: ¿Qué está en juego realmente en 2025?
Más allá de las urnas, lo que se juega es el alma política de una nación polarizada
El 4 de noviembre de 2025, millones de personas acudirán a las urnas en Estados Unidos. Aunque se pueda percibir como un evento democrático más, las elecciones intermedias en este país suelen definir no solo la composición del Congreso, sino también los rumbos que tomará la política interna, la economía, los derechos civiles y las relaciones internacionales de una de las mayores potencias mundiales.
Una nación polarizada
Según una encuesta del Pew Research Center de enero de 2024, el 84% de los votantes registrados considera que los partidos políticos reflejan una ruptura profunda en la sociedad estadounidense. Esta cifra resalta el grado extremo de polarización que se vive actualmente y cómo esto podría reflejarse en las urnas.
La elección de 2025 no se limita a decidir entre demócratas y republicanos. En cambio, representa una disyuntiva entre visiones diametralmente opuestas del país. Los temas que predominan en los debates —desde el cambio climático hasta el aborto, pasando por la inmigración y la educación— muestran posturas cada vez más extremas de ambos lados.
¿Qué se elige en realidad?
Las elecciones del 4 de noviembre de 2025 son intermedias, es decir, se celebran a mitad del mandato presidencial. A pesar de ello, su relevancia es trascendental. Se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado, y se votará por gobernadores en 12 estados, además de decenas de cargos estatales y locales. Más allá de los números, lo que se disputa es el control político del Congreso, lo que puede impulsar o frenar totalmente la agenda presidencial.
Temas que dominarán la elección
- Inflación y economía: La elevada inflación de los últimos años y el temor a una recesión continúan siendo temas prioritarios. En marzo de 2025, la inflación anual en EE.UU. se ubicó en 3.9%, una mejora en comparación con 2022, pero aún preocupa a los votantes.
- Aborto: Desde la decisión de la Corte Suprema que revocó el precedente de Roe v. Wade, los derechos reproductivos se han convertido en un tema candente. En estados como Florida, Tennessee y Ohio, se llevarán a cabo referendos vinculados al aborto.
- Inmigración: La situación en la frontera sur vuelve a acaparar titulares entre republicanos, quienes prometen medidas más estrictas, mientras que los demócratas apelan a una reforma migratoria más integral.
- Control de armas: Tras los tiroteos masivos registrados en 2024 en Texas y Michigan, el tema resurge con fuerza, aunque sin mucho avance legislativo hasta la fecha.
El factor Trump: ¿Presente en 2025?
Donald Trump sigue siendo la figura más polarizadora del espectro político estadounidense. Aunque no se postula en estas elecciones, su influencia es palpable. Sus aliados dominan muchas de las primarias republicanas, y su retórica sigue alimentando tanto a sus simpatizantes como a sus detractores. Esta elección servirá como termómetro para medir la influencia del exmandatario en un posible regreso electoral en 2028.
En palabras del politólogo Thomas Mann, "las elecciones intermedias a menudo actúan como un referéndum sobre la administración actual, pero en 2025 también miden cómo se sigue delineando la huella del trumpismo".
La batalla por el Congreso
Actualmente, los demócratas controlan el Senado con una delgada mayoría de 51-49, mientras que los republicanos dominan la Cámara de Representantes con 222 escaños frente a 213. Estos números podrían invertirse fácilmente con apenas una docena de distritos clave.
Los estados pendiente de definir —como Georgia, Pennsylvania, Arizona y Wisconsin— son nuevamente el objetivo de ambas campañas. Según datos del Cook Political Report, al menos 30 distritos de la Cámara están considerados como "competitivos".
Campañas con récord de inversión
En cuanto a gasto electoral, la Comisión Federal Electoral (FEC, por sus siglas en inglés) anticipa que las campañas de 2025 podrían superar los $9.000 millones de dólares en inversiones, rompiendo nuevamente récords. Parte de este gasto proviene de contribuciones de súper PACs —grupos de interés que pueden recibir donaciones ilimitadas—, lo cual ha sido duramente criticado por influir desproporcionadamente en las decisiones democráticas.
¿Un sistema democrático en crisis?
El sistema electoral estadounidense ha enfrentado cuestionamientos crecientes tras las denuncias (infundadas) de fraude en 2020. A partir de ello, muchos estados —liderados por legislaturas republicanas— han aprobado o intentado aprobar leyes que restringen el voto por correo, reducen los horarios de votación anticipada y modifican la estructura de los colegios electorales.
Un informe del Brennan Center for Justice indica que entre 2021 y 2024 se introdujeron más de 400 proyectos de ley en 49 estados para modificar el acceso al voto, lo cual genera enorme preocupación entre grupos de derechos civiles.
Voto joven: la nueva esperanza democrática
Los votantes entre 18 y 29 años se perfilan como potencialmente decisivos. En las elecciones intermedias de 2022, participaron en un 27% del total, la segunda cifra más alta en unas elecciones de medio término. Movementos como March for Our Lives (contra la violencia de armas) y Sunrise Movement (ambientalista) están movilizando a una generación más comprometida que nunca.
Como afirma Alexandria Ocasio-Cortez: “Nosotros no estaremos solo votando por representantes, sino por nuestro futuro educativo, laboral y climático”.
Conclusión anticipada: ¿quién gana si todos pierden?
Independientemente del resultado, el 4 de noviembre será recordado como un día clave en la historia democrática de Estados Unidos. Más que sumar bancas o conquistar gobernaciones, lo que estará en juego será la dirección moral, económica y social de la nación.
Con desconfianza institucional, polarización ideológica y desinformación digital en aumento, estas elecciones intermedias podrían representar no solo un viraje de ciclo político, sino una redefinición del modelo democrático estadounidense. ¿Podrá el país recomponerse o seguirá fragmentándose irreversiblemente?
Una cosa es segura: todos están mirando hacia noviembre… y lo que ocurra ahí, repercutirá en cada rincón del mundo.
