Errores costosos y lesiones evitables: ¿Deben los entrenadores de la NFL proteger más a sus estrellas?

Ante una ola de partidos desequilibrados en la NFL, las lesiones de Jayden Daniels y Marvin Mims Jr. vuelven a encender el debate sobre la gestión de minutos en partidos decididos

Una decisión que lo cambia todo

Con los Washington Commanders perdiendo 38-7 ante Seattle y solo 7:29 por jugar en el último cuarto, el head coach Dan Quinn mantuvo en el campo a su mariscal de campo franquicia, Jayden Daniels. El resultado: una dislocación de codo que puede cambiar el destino de toda la franquicia.

Daniels, nombrado Novato Ofensivo del Año la temporada pasada, sufrió la lesión al ser derribado y al intentar apoyarse con su brazo izquierdo. El impacto fue tal que inmediatamente se le colocó el brazo en una férula y fue retirado del juego. Era ya su tercera lesión en tres partidos consecutivos, sumadas previamente una distensión de isquiotibiales y un esguince de rodilla.

"Ahí fue donde fallé", dijo Quinn. "Jayden siempre puede improvisar, pero fue un error dejarlo en el campo en ese momento. Esa decisión es totalmente mía".

Este incidente reaviva un viejo debate en la NFL: ¿deben los entrenadores proteger más a sus jugadores clave cuando el partido ya está decidido?

El precedente de Marvin Mims Jr.

Una semana antes del accidente de Daniels, otro incidente similar ocurrió en Denver. El receptor y especialista en devoluciones Marvin Mims Jr. sufrió una conmoción cerebral cuando su equipo, los Broncos, ganaban 44-24 a Dallas con menos de cinco minutos restantes.

Según el entrenador Sean Payton, hubo un fallo de comunicación entre el cuerpo técnico, ya que se pretendía enviar a otro jugador para reemplazar a Mims. Sin embargo, este siguió en el campo, resultando lesionado y ausente en el siguiente partido contra los Texans. El reemplazo de Mims, Michael Bandy, cometió un error crucial al dejar escapar una patada, lo cual llevó a un gol de campo rival.

“Intentas ser inteligente en esas situaciones, pero, honestamente, es un error que no debo repetir”, comentó Payton en rueda de prensa.

¿Una tendencia inquietante?

En las últimas tres semanas de la NFL, los márgenes de victoria promedio se han incrementado notablemente. Hubo cinco partidos decididos por 20 o más puntos en la jornada anterior. Este fenómeno ha obligado a los entrenadores a tomar decisiones sensibles sobre la permanencia de sus titulares en campo. Y precisamente ahí es donde se están cometiendo los errores más graves.

La pregunta central continúa siendo: ¿vale la pena el riesgo? En la era de contratos multimillonarios y una competencia feroz por la postemporada, perder a un mariscal de campo franquicia o a un jugador All-Pro por minutos intrascendentes podría ser tan perjudicial como perder un partido.

Lecciones de la historia: el caso de RGIII

Esta situación recuerda lo ocurrido en 2013 con Robert Griffin III (RGIII). Después de llevar a los Washington Redskins a los playoffs, el head coach Mike Shanahan lo mantuvo jugando mientras sufría una lesión de rodilla que se agravó de tal forma que RGIII nunca volvió a ser el mismo jugador.

La decisión de mantenerlo en el campo en un partido que se perdió claramente quedó marcada como uno de los mayores errores estratégicos de aquella década.

El riesgo financiero y de franquicia

Lesiones como la de Daniels no solo afectan el desempeño inmediato del equipo. En esta era, un mariscal como Daniels podría tener un contrato potencial de más de $200 millones si mantiene su rendimiento. La franquicia invierte en su desarrollo, imagen, mercadeo y, por supuesto, su salud. ¿Tiene sentido arriesgar todo esto cuando no hay nada en juego en los últimos minutos de un partido ya perdido?

Además, las lesiones pueden ser detonantes en carreras cortas. Un estudio de la NFLPA indica que la duración promedio de una carrera en la NFL es de solo 3.3 temporadas. Una lesión grave en el momento equivocado puede acortar aún más esa ventana.

¿Están los entrenadores subestimando los escenarios "garbage time"?

El llamado "garbage time" —los momentos finales de un partido ya definido— suele ser usado para darle tiempo de juego a suplentes, probar formaciones o simplemente dejar correr el reloj. Sin embargo, muchos entrenadores cometen el error de mantener en juego a sus figuras bajo la excusa de "competitividad" o “acabar el partido con dignidad”.

Cada jugada conlleva contacto y riesgos. Como dijo una vez el excoach John Harbaugh: “Cada snap es un potencial boleto a la sala de emergencias”.

La conexión con el rendimiento y profundidad de plantel

Otro de los factores que incentiva estos errores es la falta de confianza en los suplentes. Muchos staff técnicos prefieren no alterar el ritmo ofensivo o temen que un mal desempeño de los relevos aumente las críticas. Es un problema de manejo de roster que también delata una falta de preparación o profundidad.

En el caso de los Broncos, la incapacidad de reemplazar a Mims de manera efectiva le costó puntos ante los Texans. En Washington, la posible ausencia prolongada de Daniels podría liquidar una temporada con pocas esperanzas tras un inicio 3-6.

El impacto psicológico y de moral del vestuario

Las lesiones de compañeros en escenarios evitables también generan efectos psicológicos sobre el equipo. Ver salir a Daniels del emparrillado con el brazo inmovilizado afectó profundamente al vestuario de los Commanders.

La confianza en el cuerpo técnico puede deteriorarse y muchos jugadores se preguntan: “¿Seré yo el próximo sacrificado por una decisión cuestionable?”

¿Debiera haber un protocolo de "protección de jugadores"?

Varios analistas apuntan a la necesidad de una norma interna o KPI (indicador clave de rendimiento) que establezca cuándo retirar a las estrellas en partidos definidos. Algo similar a lo que ocurre en la NBA con la "load management". Sean McVay de los Rams, por ejemplo, ha sido elogiado por su política de no arriesgar a jugadores claves en momentos irrelevantes del juego.

Quizá la NFL, como institución, debiera establecer recomendaciones basadas en análisis de riesgo e histórica de lesiones sobre los últimos minutos de encuentros con diferencia superior a tres anotaciones.

¿Qué dicen los datos?

  • Desde 2020, según ESPN Stats & Info, el 12.3% de las lesiones que provocaron más de 3 juegos de ausencia ocurrieron en los últimos cinco minutos con márgenes superiores a 17 puntos.
  • El 72% de los equipos que pierden a su mariscal principal por más de 4 partidos no llegan a playoffs.
  • Solo el 9% de los partidos con una diferencia superior a 21 puntos en el último cuarto se revierte.

Con estos números sobre la mesa, la lógica dicta que proteger a las figuras es una inversión, no un retroceso.

Conclusión (sin llamarla así)

La magia del fútbol americano radica en su intensidad y emoción. Pero la pasión no debe entorpecer la razón. Coaches como Dan Quinn y Sean Payton han aprendido lecciones dolorosas. Jayden Daniels y Marvin Mims Jr. son víctimas de decisiones mal calculadas. Y detrás de cada jersey hay inversiones, carreras, familias, temporadas y esperanzas en juego.

Tal vez ha llegado el momento de que los entrenadores, desde la vieja escuela hasta los más innovadores, incorporen la gestión inteligente del marcador como parte esencial de sus estrategias. Por la salud del deporte... y sus protagonistas.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press