¿Tu coche te espía? La inquietante verdad sobre los datos que recopilan los autos modernos

Conectividad, comodidad... y vigilancia: cómo los vehículos actuales están recopilando enormes cantidades de información personal sin que lo sepas

Un espía con ruedas

Imagina que asciendes a tu nuevo SUV de lujo. El head-up display se enciende automáticamente, la navegación por satélite te señala tu destino favorito y el espejo retrovisor muestra una advertencia parpadeante: “Vehículo en punto ciego”. Todo parece sacado del futuro. Pero, ¿sabías que tu auto te está espiando?

Hoy en día, los vehículos son supercomputadoras sobre ruedas. Ofrecen tecnologías revolucionarias pensadas para hacer tu experiencia de manejo más segura y conveniente. Sin embargo, debajo de esa capa de eficiencia y conectividad, se esconde una realidad inquietante: los autos modernos recolectan enormes cantidades de datos personales, muchas veces sin que sus ocupantes lo noten del todo.

¿Qué tipo de información recopilan?

Según un estudio realizado por la Fundación Mozilla en 2023, los autos son la peor categoría de productos jamás analizada en cuanto a privacidad. El informe analizó 25 marcas y denunció severas deficiencias en transparencia, uso indebido de datos y prácticas de consentimiento.

  • Movimientos del conductor: cada giro del volante, frenada o aceleración es registrado.
  • Datos biométricos: cámaras internas pueden seguir el movimiento de tu rostro y ojos.
  • Localización constante: los sistemas GPS, combinados con la telemática, saben dónde estás, a dónde vas y a qué velocidad viajas.
  • Comportamientos y hábitos: usando sensores, el vehículo puede saber cuándo desabrochas el cinturón, si escuchas cierto tipo de música o si conduces de noche.

Todo esto se almacena y, muchas veces, se comparte con terceros como aseguradoras, empresas de marketing o intermediarios de datos desconocidos para ti. ¿Te suena exagerado? En marzo de 2024, la Federal Trade Commission (FTC) prohibió a General Motors compartir con aseguradoras datos sobre velocidad y horarios de conducción, tras descubrir que lo hacían sin consentimiento explícito de los conductores.

¿Quién accede a tus datos?

La gran pregunta no es solo qué datos se recaban, sino quién los recibe y para qué. En muchos casos, los fabricantes de automóviles venden la información recopilada a:

  • Aseguradoras: para ajustar tus primas
  • Empresas de publicidad: para bombardearte con anuncios personalizados
  • Agencias gubernamentales: quizás sin necesidad de una orden judicial
  • Brokers de datos: empresas que revenden la información sin que sepas nada al respecto

La privacidad automotriz se ha convertido en un tema de derechos civiles. Andrea Amico, fundador de Privacy4Cars, lo resume así: “Estamos llevando una supercomputadora pública a todos lados y entregándola con llave en mano al fabricante”.

¿Cómo puedes proteger tu privacidad?

Si estás preocupado (¡y deberías estarlo!), aquí tienes pasos concretos para limitar el espionaje digital de tu vehículo:

1. Investiga antes de comprar

Antes de adquirir un nuevo coche, visita el portal de Privacy4Cars. Introduciendo el número de identificación vehicular (VIN), puedes obtener un informe sobre qué datos recopila ese modelo y con quién los comparten.

2. Revisa y modifica los ajustes de privacidad

Una vez que tienes tu auto, muchas marcas permiten modificar permisos que se aceptaron inicialmente (y casi siempre sin leer) al encender por primera vez el vehículo:

  • Toyota: puedes desactivar el "Master Data Consent" desde la aplicación Toyota App.
  • Ford: permite dejar de compartir datos usando el menú de configuración en el sistema del vehículo o en su app FordPass.
  • BMW: ofrece una escala de privacidad desde total apertura hasta modo “avión”, sin transmisión alguna a su sistema backend.

Laura Hendry Parsons, investigadora de Mozilla, recomienda hacer un repaso granulado de todos los menús del sistema y cambiar cada permiso manualmente. No basta con aceptar la configuración por defecto.

3. Usa las leyes de privacidad a tu favor

Si resides en EE.UU., Canadá, la Unión Europea, Reino Unido o Australia, puedes solicitar a los fabricantes que no usen tus datos o que los eliminen por completo. Algunas marcas permiten enviar esas solicitudes desde su app móvil o formularios en línea. Otras las restringen solo a residentes de estados donde la legislación lo exige.

Privacy4Cars también facilita ese proceso, actuando como intermediario para borrar o limitar datos personales.

4. Haz un reinicio total antes de vender tu auto

Simple pero vital. Si vas a vender o cambiar tu coche, asegúrate de ejecutar un reinicio de fábrica. Esto eliminará cuentas sincronizadas, datos biométricos, rutas frecuentes e incluso tus conexiones Bluetooth o Wi-Fi. Además, debes notificar a la marca del cambio de dueño. De no hacerlo, puedes seguir estando vinculado con el comportamiento del nuevo conductor... y eso podría afectar tu historial ante aseguradoras.

Limitaciones si decides «no compartir»

Claro, dejar de compartir información tiene consecuencias. Al desactivar la recopilación de datos puedes perder acceso a funciones:

  • Navegación en tiempo real
  • Asistencia en carretera
  • Aplicaciones remotas para controlar el auto (ej. cerrar puertas desde el teléfono)

BMW, por ejemplo, advierte que con “privacidad total activada”, el auto operará como un smartphone en modo avión. ¿Vale la pena el sacrificio? Para muchos usuarios, sí. Pero no es una solución única.

El futuro del coche privado

Los expertos prevén que, al igual que ocurrió con los smartphones, la batalla será dura. La legislación va por detrás de la tecnología y, frecuentemente, no considera al vehículo como un entorno tan íntimo como realmente lo es.

Según Consumer Reports, la solución no es atacar los avances tecnológicos, sino exigir a los fabricantes:

  • Más transparencia desde el primer momento
  • Permisos específicos y no genéricos
  • El derecho a decir NO sin penalizaciones

¿Qué dice la industria?

Los fabricantes justifican la recolección de datos como una forma de mejorar la experiencia del usuario, prevenir fraudes y actualizar los vehículos de forma segura. Sin embargo, el problema no es lo que dicen hacer, sino lo que podrían estar haciendo sin que los usuarios lo sepan.

Andrea Amico lo resume de forma irónica pero certera: “La gente tiene más privacidad viendo Netflix en la cama que conduciendo su propio auto”.

¿Y tú, ya revisaste qué sabe tu coche sobre ti?

No se trata de paranoia. Hay una diferencia abismal entre usar la tecnología para beneficiarse y permitir que esa tecnología se convierta en una herramienta de vigilancia pasiva. Si antes nos preocupaba que nuestros teléfonos nos espiaran, ahora también debemos preocuparnos por lo que sucede dentro de nuestra cabina.

El auto conectado ha llegado para quedarse. Dependerá de nosotros exigir que venga acompañado de derechos, transparencia y respeto por nuestra privacidad.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press