Escándalos de apuestas sacuden la NBA: ¿puede la liga controlar el juego fuera de la cancha?

Acusaciones federales, investigaciones en el Congreso e intereses económicos ponen en jaque la integridad de la NBA

Una tormenta ética sacude la NBA

En las últimas semanas, la NBA ha estado en el ojo del huracán por razones que van mucho más allá de las canchas. Jugadores y entrenadores han sido vinculados a escándalos de apuestas ilegales, lo que ha intensificado el escrutinio público y político sobre la liga más poderosa del baloncesto mundial. Tal es el caso de Terry Rozier, actual jugador de los Miami Heat, y Chauncey Billups, entrenador de los Portland Trail Blazers, quienes enfrentan acusaciones federales por su supuesta participación en un esquema de apuestas amañadas.

La posibilidad de que jugadores u otros integrantes de la liga manipulen estadísticas o decisiones dentro del juego en beneficio de actividades de apuestas es un tema extremadamente delicado. El baloncesto profesional se sostiene sobre un contrato implícito de integridad entre los aficionados y la liga: si los resultados están manipulados, la esencia del deporte se destruye. La situación ha generado reuniones urgentes, incluyendo encuentros entre ejecutivos de la NBA y asesores del Congreso de EE. UU. para abordar este creciente problema.

Reunión en Washington: ¿transparencia o maquillaje?

El pasado miércoles, representantes de la liga NBA se reunieron con miembros del staff del Congreso en Washington, en lo que fue definido como una “sesión de investigación” para discutir las políticas actuales de la liga relacionadas con las apuestas deportivas. El comisionado Adam Silver no estuvo presente, y tampoco participaron legisladores activos. Sin embargo, el interés político crece rápidamente, especialmente luego de que importantes figuras como el senador republicano Ted Cruz y la demócrata Maria Cantwell exigieran mayor transparencia sobre cómo la liga maneja estos casos.

Ambos senadores han focalizado su interés en el caso de Rozier. El 23 de marzo de 2023, mientras jugaba con los Charlotte Hornets, se detectaron patrones inusuales de apuestas relacionadas con su rendimiento, lo que puso en alerta a varias casas de apuestas. No obstante, la NBA permitió que Rozier continuara jugando. “Este Comité necesita entender los detalles de la investigación interna de la NBA y por qué Terry Rozier fue autorizado para continuar,” escribieron Cruz y Cantwell de forma conjunta.

El caso Rozier: ¿una jugada ensayada?

Según informes federales, Rozier habría conspirado con terceros para beneficiar apuestas realizadas sobre su desempeño individual en uno o más partidos. Este comportamiento, de comprobarse, podría violar múltiples reglamentos de la NBA, así como leyes federales relacionadas con fraude y asociaciones para delinquir. Es importante recordar que Jontay Porter, exjugador de los Toronto Raptors, fue suspendido de por vida en 2024 por hechos similares.

La gran preocupación aquí no es únicamente el caso Rozier, sino si existen fallas estructurales en la NBA para detectar y prevenir estos esquemas. Hasta el momento, la liga no ha revelado de forma abierta el contenido completo de sus investigaciones internas, lo que ha alimentado las sospechas y ha generado malestar tanto entre legisladores como analistas deportivos.

El precedente de Jontay Porter: advertencia con nombre y apellido

Porter fue acusado de filtrar su estado físico a conocidos apostadores, quienes lucraban haciendo apuestas especiales (prop bets) sobre si el jugador alcanzaría ciertos umbrales estadísticos. Porter fingió lesiones para no cumplir con esos objetivos, facilitando el pago de apuestas convenidas. Este modus operandi es el mismo que ahora se sospecha habría sido replicado —al menos en parte— por Rozier.

¿Qué efecto tuvo el caso Porter? Además de la suspensión permanente, dejó una marca indeleble sobre la vulnerabilidad de la NBA frente al mundo de las apuestas. Aunque la liga ha prometido endurecer sus mecanismos de monitoreo, la recurrencia de nuevos incidentes deja a la vista que las medidas actuales no son suficientes.

Chauncey Billups bajo la lupa

Quizá lo más impactante para muchos fanáticos ha sido el involucramiento del entrenador de los Trail Blazers, Chauncey Billups, un nombre respetado en la historia reciente del baloncesto profesional. Billups fue induido al Salón de la Fama en 2024, siendo celebrado como un ejemplo dentro y fuera de la cancha. La acusación en su contra, si se confirma, sería un golpe moral y simbólico letal para la imagen de la liga.

La implicación directa de entrenadores —figuras de autoridad en los equipos— llevaría el problema a un nivel aún más crítico. Si quienes deben dar el ejemplo también están involucrados en esquemas ilegales, ¿cómo puede la NBA garantizar que la competencia es limpia?

El papel de las casas de apuestas

Irónicamente, muchas de las alarmas sobre posibles manipulaciones provienen de las propias casas de apuestas. Gracias a sistemas avanzados de monitoreo, las casas pueden detectar comportamientos irregulares como apuestas desproporcionadas sobre eventos estadísticos específicos o sobre jugadores en particular. Estos sistemas, similares a los utilizados para detectar lavado de dinero, sirven como primera barrera de alerta.

No obstante, esto genera una paradoja: la NBA ha establecido relaciones comerciales importantes con distintas casas de apuestas. De hecho, es común ver publicidad de estas plataformas durante transmisiones oficiales o en las páginas de internet de los equipos. Esta relación simbiótica entre la liga y los sportsbooks plantea un dilema ético evidente: ¿hasta dónde puede llegar la liga en su lucha contra las apuestas ilegales si mantiene lazos financieros con quienes lucran de las apuestas legales?

¿Es viable una regulación federal?

Desde que la Corte Suprema de EE. UU. permitió en 2018 que cada estado regulase las apuestas deportivas, muchos analistas han señalado la necesidad de una regulación federal más uniforme. El propio Adam Silver, comisionado de la NBA, ha afirmado en varias ocasiones que preferiría un marco regulatorio federal sobre apuestas deportivas a la actual dispersión legal entre estados.

“La integridad del juego es lo más importante. Lo que menos queremos es una percepción de manipulación,” dijo Silver en entrevistas pasadas. Sin embargo, hasta ahora el Congreso no ha aprobado una legislación integral sobre el tema. La creciente preocupación sobre estos escándalos podría ser el catalizador de una nueva legislación federal destinada a proteger el deporte profesional.

Perspectiva futura: ¿queda tiempo para salvar la integridad?

La NBA se encuentra en una encrucijada. Por un lado, tiene el imperativo comercial de maximizar ingresos, incluyendo los provenientes de acuerdos con operadores de apuestas. Por otro, está la obligación moral y práctica de proteger el carácter competitivo de sus juegos.

Si la liga no actúa con rapidez y transparencia, corre el riesgo de perder la confianza de jugadores, entrenadores y fanáticos, tal como ocurrió con otros grandes escándalos deportivos en la historia como el caso de Pete Rose en el beisbol o el amaño de partidos en el fútbol europeo. No estamos hablando solo de una cuestión legal, sino de un tema de credibilidad institucional.

Datos clave:

  • El mercado de apuestas deportivas en EE. UU. superó los $93,000 millones de dólares en 2023 (AGA).
  • Actualmente, más de 30 estados permiten algún tipo de apuesta legalizada.
  • La NBA tiene acuerdos con casas como DraftKings y FanDuel, que ofrecen apuestas especiales sobre jugadores, incluyendo puntos, rebotes y asistencias.

La gran pregunta sigue siendo: ¿cuándo pasará de simples reuniones privadas a verdaderas reformas públicas que cambien el juego para siempre?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press