Zohran Mamdani: el inmigrante que desafía a Trump desde la alcaldía de Nueva York

El ascenso inesperado de un político socialista que promete convertir a Nueva York en un bastión contra el autoritarismo presidencial

Un alcalde con mensaje directo a la Casa Blanca

La noche del 4 de noviembre de 2025, desde el corazón de Brooklyn, Zohran Mamdani —recién electo alcalde de la ciudad de Nueva York— no tardó en decir lo que muchos neoyorquinos querían escuchar. "Donald Trump, since I know you're watching, I have four words for you: Turn the volume up", lanzó con audacia desde el escenario. No fue simplemente una celebración de victoria. Fue una declaración de guerra política, una promesa de resistencia y un grito de unidad ante un posible futuro de confrontación con la administración federal.

La elección de Mamdani no solo representa un cambio generacional y político para la ciudad más poblada del país. Simboliza también una nueva etapa en la resistencia abierta de líderes locales frente a los intentos del presidente Trump de centralizar poder y castigar a ciudades progresistas.

¿Quién es Zohran Mamdani?

Nacido en Uganda y naturalizado ciudadano estadounidense después de completar su educación universitaria, Mamdani es miembro del ala más progresista del Partido Demócrata. Representante del distrito 36 en la Asamblea Estatal y activista declarado por los derechos de los inmigrantes, Mamdani no es un político tradicional. Forma parte de los Democratic Socialists of America (DSA), y su agenda se basa en el fortalecimiento de servicios públicos, vivienda accesible, protección para inmigrantes y reformas policiales profundas.

Su discurso no tuvo lugar en el vacío. En los meses anteriores a la elección, el presidente Trump lo había ridiculizado en múltiples ocasiones, amenazando incluso con retirarle la ciudadanía y deportarlo si ganaba. El hecho de que Mamdani haya resultado electo bajo esa sombra es, en sí mismo, un acto de desafío democrático.

El ascenso de Mamdani: de la periferia al centro del poder

Hasta hace pocos años, Mamdani era un legislador estatal poco conocido fuera de los círculos activistas en Queens. Sin embargo, su campaña para la alcaldía no se basó en nombres conocidos, sino en propuestas audaces y un contacto directo con las comunidades más marginadas de la ciudad. “New York will remain a city of immigrants, built by immigrants, powered by immigrants, and, as of tonight, led by an immigrant”, proclamó durante su discurso de victoria.

La historia de Mamdani remite en algunos aspectos al propio Donald Trump: ambos surgieron de su entorno local para dominar el debate político nacional. Pero mientras Trump usó su plataforma para dividir y confrontar con un populismo de derecha, Mamdani propone unidad a través de la inclusión.

Trump y la amenaza de castigarlo

Desde la campaña hasta la elección, Trump criticó abiertamente a Mamdani y a sus seguidores, prometiendo que de resultar electo, retiraría fondos federales de la ciudad y enviaría a la Guardia Nacional. El expresidente incluso calificó a Mamdani de “comunista radical” en sus redes.

Esta no es la primera vez que Trump ha amenazado con medidas autoritarias contra gobiernos locales. Durante su administración anterior, tomó acciones similares contra ciudades como Portland y Seattle. Sin embargo, Nueva York representa algo especial para Trump: su ciudad natal y el escenario de sus primeros éxitos empresariales. Ver a un inmigrante socialista liderar la ciudad parece ser, para él, una afrenta personal.

El propio Andrew Cuomo, exgobernador de Nueva York, advirtió en el último debate antes de la elección que, si Mamdani ganaba, habría un “alcalde Trump” en la práctica, haciendo referencia a la posible intervención federal.

Un símbolo global del cambio

La victoria de Mamdani ha tenido repercusión más allá de las fronteras estadounidenses. En Uganda, activistas y periodistas llamaron su triunfo una beacon of hope, preguntándose si ese tipo de cambio democrático desde las bases puede ser replicado en otras partes del mundo. Como ejemplo de que los inmigrantes no solo pueden integrarse, sino liderar, Mamdani está redefiniendo el papel del migrante en la política de EUA.

El choque de visiones: progresismo urbano vs. nacionalismo conservador

Mamdani lidera una ciudad que históricamente ha sido faro de diversidad e innovación, pero que ahora se encuentra en la mira del gobierno federal. Los republicanos han acusado a Mamdani de querer “abolir ICE”, “defundir la policía” y “reemplazar el sentido común por el caos”.

Sin embargo, son precisamente esas posturas las que han galvanizado el apoyo de la base progresista demócrata. “Votamos por alguien que no solo nos representa, sino que nos defiende”, afirmó Wacef Chowdhury, voluntario de la campaña y trabajador en finanzas. “Si hicimos frente al establishment local, vamos a resistir también al presidente.”

El nuevo ciclo de confrontación

Donald Trump ya ha dado señales de que no está dispuesto a ignorar la amenaza simbólica que representa Mamdani. Desde bloqueos de fondos a infraestructura hasta sabotaje legislativo, la Casa Blanca de Trump puede convertirse en el principal obstáculo para implementar la agenda del nuevo alcalde neoyorquino.

Pero Mamdani no parece intimidado. Su estrategia está basada en la movilización ciudadana y la construcción de coaliciones municipales para defender los intereses locales. Ha prometido organizar asambleas públicas, fortalecer redes con otras ciudades progresistas y utilizar su figura como megáfono para denunciar abusos desde Washington.

Un nuevo rostro para el Partido Demócrata

Mientras gran parte del liderazgo del Partido Demócrata se percibe como ineficaz o tibio ante el avance del autoritarismo, la victoria de Mamdani infunde aire fresco a sus filas. Como símbolo de una nueva generación comprometida con valores de equidad, justicia racial, inclusión y derechos de los trabajadores, su ascenso podría marcar el principio de una renovación profunda.

“El Partido Demócrata necesita líderes como Mamdani”, afirma Celinda Lake, estratega política. “Personas que no tengan miedo de llamar al autoritarismo por su nombre y enfrentarlo desde las calles hasta los salones de poder.”

¿Puede sostenerse este movimiento?

Zohran Mamdani no tendrá un camino fácil. Los problemas reales de Nueva York, desde la crisis de vivienda hasta el transporte colapsado, requieren más que retórica. Estará bajo el escrutinio tanto de sus críticos conservadores como de los votantes progresistas que esperan cumplimiento inmediato de sus promesas.

Pero en tiempos donde las democracias se tambalean frente al autoritarismo, su elección representa algo más grande: un recordatorio de que individuos marginados por su etnia, religión o estatus migratorio pueden llegar al poder y cambiar la narrativa.

Como dijo Mamdani: “Para llegar a cualquiera de nosotros, tendrán que pasar por todos nosotros”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press