Zohran Mamdani: El Primer Alcalde Musulmán de Nueva York y la Evolución del Poder Político Migrante

Cómo la histórica victoria de Mamdani no solo desafía la islamofobia, sino que redefine el papel de los musulmanes en la vida política de Estados Unidos

Un hito en la historia política estadounidense

La elección de Zohran Mamdani como el primer alcalde musulmán de la ciudad de Nueva York no solo marca un acontecimiento sin precedentes en una de las metrópolis más influyentes del mundo, sino que también representa un punto de inflexión para la política de representación y diversidad en Estados Unidos.

Originario de Uganda, hijo de madre india y padre musulmán, Mamdani logró una victoria electoral que parecía impensable hace apenas unas décadas. No solo es el primer alcalde musulmán de Nueva York, sino también el primer alcalde de origen surasiático e inmigrante africano en alcanzar este cargo. Su triunfo, logrado frente a un rival de peso como el exgobernador Andrew Cuomo, es una señal contundente de que Nuevos Yorkinos están dispuestos a apoyar nuevas voces audaces, incluso cuando estas sean atacadas por su religión, raza o ideología política.

Islamofobia más allá del 11S: un pasado con peso

En palabras de Sylvia Chan-Malik, profesora de estudios islámicos en Rutgers University, “la vida de una generación entera de musulmanes estadounidenses ha estado marcada por la herencia del 11 de septiembre y la Guerra contra el Terror”. Desde perfiles raciales en aeropuertos hasta sospechas silenciosas en espacios laborales, los musulmanes han vivido una vigilancia constante.

La figura de Mamdani desafía esa narrativa. Es un político abierto sobre su identidad religiosa y cultural, y ha sido objeto de fuertes ataques por su postura pro-palestina. A pesar de ello —o quizás debido a la forma en que enfrentó los ataques sin pedir disculpas— encontró un apoyo inquebrantable en direcciones antes impensadas.

Una elección impulsada por propuestas para las clases trabajadoras

A diferencia de muchos candidatos que suavizan sus posturas para mantenerse “viables”, Mamdani hizo campaña como un socialista democrático. Su programa incluyó propuestas audaces como:

  • Transporte público gratuito
  • Cuidado infantil subsidiado por el gobierno
  • Congelación de rentas para viviendas con alquileres regulados

Estas iniciativas resonaron fuertemente, no solo en las comunidades musulmanas, sino también entre trabajadores latinos, afroamericanos y asiáticos, así como entre sectores progresistas blancos.

Un repudio a la intolerancia

Durante su discurso de victoria, Mamdani no se anduvo con rodeos: “No más será Nueva York una ciudad donde puedas traficar con islamofobia y ganar una elección”.

Estas palabras fueron aplaudidas más allá de la comunidad musulmana. Wa’el Alzayat, director general de Emgage Action, una organización de defensa de los derechos civiles musulmana, señaló que la elección de Mamdani es “una victoria contra quienes alimentan el odio y el miedo para avanzar políticamente”.

Migrantes que ya no son solo votantes, sino líderes

Según el Pew Research Center, alrededor del 1.1% de la población estadounidense era musulmana en 2021, y ese porcentaje está creciendo rápidamente. En Nueva York, representan cerca del 4% del electorado. Aunque esta cifra puede parecer baja, concentra un poder simbólico enorme.

Youssef Chouhoud, profesor de ciencias políticas, lo explica así: “Mamdani está mostrando que no solo pertenecemos al tejido cívico de esta nación, sino que también podemos liderarla”.

La estrategia más allá de la identidad

Resulta llamativo que el voto musulmán, aunque rotundamente a favor de Mamdani (9 de cada 10 musulmanes lo respaldaron), no fue el único motor de su victoria. Una gran parte de su apoyo provino de personas que 'no se parecen a él', como dijo el votante indio-americano Ismail Pathan.

Eso representa una nueva era en la política progresista estadounidense, donde la lucha ya no es por la inclusión simbólica sino por la representación sustantiva. La gente no votó a Mamdani simplemente porque es musulmán, sino porque se comprometió con sus problemas y mostró soluciones audaces.

La política en tiempos de conflicto global

El ascenso de Mamdani se dio en un contexto internacional especialmente complejo: la guerra entre Israel y Hamas. Las posturas del nuevo alcalde, críticas al gobierno israelí y en apoyo a los derechos de los palestinos, lo pusieron en el centro de un debate nacional.

Lejos de perjudicarlo, su franqueza movilizó aún más a una generación de votantes jóvenes que ven los derechos humanos como un valor político esencial. Takiya Khan, una joven activista, resumió así su apoyo: “No me importa la religión ni el color de piel de un candidato, me importan sus valores y sus políticas de justicia social”.

Una ola creciente de representación musulmana

Mamdani no está solo. El mismo día que él ganó, en Virginia, Ghazala Hashmi se convirtió en la primera musulmana e india-estadounidense en ganar un cargo estatal.

Este tipo de avances son señales esperanzadoras. Como dijo Khan: “Puede ser un catalizador para más alcaldes musulmanes, más políticos diversos. Y necesitamos esa representación porque Estados Unidos es un país para todos”.

Desafiando el miedo con presencia

“Con cada avance, viene el rechazo”, advirtió Chouhoud. Y es cierto: Mamdani no solo enfrentó campañas difamatorias por parte de opositores, sino amenazas personales. Pero lo significativo de su victoria es que, a pesar del miedo, la hostilidad y los intentos por reducir su identidad a un estereotipo peligroso, su candidatura triunfó.

Su triunfo no es solo un triunfo político; es cultural, simbólico y emocional. Como dijo la doctora paquistaní-americana Bukhtawar Waqas, “por primera vez en mucho tiempo, siento esperanza. Como musulmana. Como demócrata. Como estadounidense. Como inmigrante”. Y eso es algo que ningún título político puede cuantificar.

El desafío del cumplimiento

Ahora comienza una etapa distinta. Mamdani, con apenas 34 años, tiene la tarea titánica de cumplir sus ambiciosas promesas. El escepticismo sobre su experiencia —una crítica constante durante su campaña— será una barrera con la que tendrá que lidiar cada día.

Pero él lo sabe. “Me despertaré cada mañana con un único propósito: hacer de esta ciudad un lugar mejor para ti que el día anterior”, afirmó en su discurso de victoria. Y miles —musulmanes, trabajadores, progresistas, madres y muchos más— estarán vigilando que así sea.

Reimaginando el futuro político desde el margen

La historia de Mamdani aún se está escribiendo, pero hay algo claro: el margen ya no es periferia, es el centro. Comunidades históricamente marginadas están encontrando nuevos caminos hacia el poder. Y lo hacen no solamente para ‘ser incluidos’, sino para transformar radicalmente las prioridades políticas.

La victoria del primer alcalde musulmán de Nueva York no es un final feliz, sino el primer capítulo de una nueva narrativa en la historia sociopolítica de Estados Unidos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press