“Christy”: Más allá del cuadrilátero y el dolor (Reseña)

La biopic de Christy Martin, con una magistral Sydney Sweeney, conmueve y golpea con la misma fuerza que una de sus icónicas derechas en el ring

Golpear para sobrevivir: La historia real detrás del personaje

Durante más de una década, Christy Martin fue sinónimo de fuerza en el mundo del boxeo femenino. Sin embargo, lo que muchos no sabían es que tras sus guantes se escondía una historia marcada por el dolor, la violencia doméstica y la resiliencia. El director David Michôd lleva esta historia al cine con la cinta “Christy”, protagonizada por una inolvidable Sydney Sweeney.

Con una duración de dos horas y cuarto, “Christy” no es solo una biopic de deportes. Es una película que se atreve a adentrarse en territorios emocionales escabrosos, con una heroína trágica que trasciende el ring. Desde su debut en un pequeño pueblo minero hasta la portada de Sports Illustrated —la primera mujer boxeadora en hacerlo, en 1996—, el viaje de Martin es una montaña rusa emocional que encuentra en esta película un retrato digno y estremecedor.

El silencio del ring frente al ruido del hogar

Una de las frases más impactantes del filme proviene directamente de la boca de Christy: “En el ring es donde encuentro silencio.” Es un comentario que parecería irónico, considerando el caos ensordecedor de una pelea de boxeo. Pero Michôd nos lleva a comprender que para Christy, el verdadero miedo y el caos emocional estaban fuera del cuadrilátero, en su vida personal, especialmente bajo la sombra de un matrimonio abusivo.

Esta dualidad entre el control físico dentro del cuadrilátero y la pérdida total de poder fuera de él es el eje emocional de la película. Las escenas de entrenamiento, las peleas y los vestigios de gloria deportiva están colocados con precisión para contrastar con los momentos oscuros, de encierro psicológico y físico, que vive con su entrenador y esposo Jim Martin.

Sydney Sweeney: Una transformación total

Para encarnar a la boxeadora, Sydney Sweeney se somete a un proceso de transformación que va más allá de lo físico. Con una impactante peluca tipo mullet, lentes de contacto marrones y una musculatura trabajada, Sweeney deja atrás cualquier imagen glamorosa que se tenga de ella. Ya acostumbrada al mundo marcial por su experiencia en MMA, la actriz se entrega por completo.

Su actuación no es solo física. Hay una vulnerabilidad latente incluso cuando está lanzando ganchos o tratando de convencer a Don King (interpretado con picardía por Chad L. Coleman) de que ella merece estar en la cima del boxeo. El equilibrio entre determinación, dulzura, ira y dolor que maneja Sweeney es monumental, recordando transformaciones históricas como la de Robert De Niro en “Raging Bull”.

Jim Martin, el villano que encarna la realidad

Ben Foster interpreta a Jim Martin, un personaje que pasa de ser un entrenador torpe a un manipulador cruel. Su evolución hacia la violencia emocional y finalmente física es escalofriante. El momento en el que le propone matrimonio a Christy es uno de los más incómodos y reveladores de la película, mostrando cómo el control que ejerce va más allá del entrenamiento y cómo la confusión entre amor, dependencia y miedo es parte de la trampa.

Jim no es solo el hombre que la entrena, también es quien manipula sus decisiones, sus contratos y hasta su identidad sexual, empujándola a un armario aún más doloroso del que ya no podía escapar debido a sus raíces conservadoras en West Virginia.

La violencia de la intimidad frente a la violencia deportiva

A partir de su segundo acto, “Christy” deja de ser una película deportiva. Lo que había comenzado como una historia de superación toma un giro brutal hacia el género del drama psicológico. La crudeza de las escenas de violencia doméstica es difícil de soportar, y es ahí donde la película muestra su valentía: no retirar la mirada.

No hay estilización de los golpes, ni de la sangre, ni de las heridas. Aquí la cámara de Michôd se vuelve testigo silencioso de las etapas del maltrato: control, aislamiento, represión, miedo y, finalmente, el acto de violencia culminante que casi termina con la vida de la boxeadora.

Sweeney, sin necesidad de diálogos, transmite el terror absoluto de no tener escapatoria, incluso siendo alguien que es capaz de tumbar a gigantes en un cuadrilátero.

Don King y la máquina del espectáculo

La aparición de Don King no solo le da un impulso a la narrativa, también sirve como metáfora sobre cómo el mundo del espectáculo consume incluso a quienes intentan alcanzar la libertad a través de un sueño. “¡Me encanta que use rosa!” dice en una escena, reduciendo a Christy a su imagen, cuando lo que realmente la sostiene es su historia.

Ese choque entre la imagen pública de una “ama de casa que golpea por dinero” y la privada de una mujer atrapada en una pesadilla resuena con fuerza. Así como su contrincante sobre el ring, su verdadero enemigo nunca fue otra boxeadora: fue un sistema que la objetivizó y un hombre que la encerró.

Resistencia: más allá del boxeo

Quizá lo más impactante de “Christy” es que no necesita inventar nada. Todo lo mostrado pasó. El intento de asesinato que casi la deja sin vida y la lucha por reconstruirse en el presente termina convirtiendo la cinta en algo más que una historia de superación; se transforma en una denuncia social pero también en una épica humana sobre el poder interno.

En palabras de Christy Martin, tras sobrevivir a una cuchillada, un disparo y el abandono del sistema legal: “Mi vida realmente comenzó el día que casi terminó.” Esa frase encierra el espíritu entero de la película.

Un cierre que golpea emociones

La recta final de la película deja al espectador exhausto no por la duración, sino por el peso emocional que conlleva. Hay una escena sin diálogos, solo con Sweeney mirando su reflejo mientras se vendan las manos, en la que entendemos: el combate más difícil de Christy no fue contra sus rivales en el boxeo, sino contra sus demonios personales.

“Christy” no tiene miedo de cambiar de tono: comienza como una historia inspiradora para terminar como una tragedia esperanzadora. No todos saldrán cómodos de la sala, pero muchos saldrán conmovidos, agradecidos de haber conocido una historia que merecía ser contada.

Datos curiosos sobre Christy Martin

  • Fue la primera mujer en aparecer en la portada de Sports Illustrated gracias a su carrera como boxeadora.
  • Ostenta un récord profesional de 49 victorias, 7 derrotas y 3 empates, con 31 nocauts.
  • Fue incluida en el Salón de la Fama del Boxeo Internacional en el año 2020.
  • Su historia inspiró no solo esta película, sino también múltiples documentales y artículos periodísticos.

Veredicto final

★★★★☆
“Christy” es una de esas películas que llegan al corazón inesperadamente. Lejos de ser solo “otra película de boxeo”, es el testimonio desgarrador de una superviviente. Con una Sydney Sweeney en su mejor momento actoral y una dirección valiente, la cinta se convierte en una de las grandes sorpresas del año. Imperdible.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press