Claudia Sheinbaum y la tormenta diplomática con Perú: ¿intervencionismo o derecho internacional?
La declaración de persona non grata y la ruptura de relaciones revelan tensiones crecientes entre México y Perú tras la concesión de asilo a Betssy Chávez
La política latinoamericana siempre ha estado cargada de tensiones diplomáticas, pero pocas veces se rompe el protocolo de la diplomacia tan abruptamente como ha sucedido entre Perú y México en noviembre de 2025. La reciente decisión del Congreso peruano de declarar persona non grata a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum ha desatado una crisis que mezcla lo político, lo jurídico y lo simbólico.
¿Qué pasó entre Perú y México?
El detonante de esta crisis fue la concesión de asilo político por parte del gobierno mexicano a Betssy Chávez, ex primera ministra de Perú durante el mandato de Pedro Castillo. Chávez está actualmente procesada por su participación en lo que el Ministerio Público de Perú califica como un intento de golpe de Estado en 2022, tras el intento de disolución del Congreso impulsado por Castillo.
La respuesta peruana ha sido tajante: el Congreso aprobó con 63 votos a favor y 34 en contra la moción de rechazo hacia Sheinbaum, acusándola de mantener una actitud hostil desde que asumió la presidencia mexicana en 2024. Además, el presidente interino del Perú, José Jerí, anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con México, una medida drástica que remite a los momentos más ásperos de la historia diplomática latinoamericana.
¿Quién es Betssy Chávez y por qué es clave en esta crisis?
Betssy Chávez fue una figura central en el gobierno de Pedro Castillo, ocupando el cargo de primera ministra en medio del agitado proceso político que vivió Perú con la tentativa de disolver el Parlamento en diciembre de 2022. Este hecho llevó a la destitución de Castillo, actualmente detenido y procesado por presunta rebelión y conspiración.
Chávez, acusada de haber colaborado activamente con esa intentona, se enfrentaba a una petición fiscal que alcanza los 25 años de prisión. Su solicitud de asilo a México se da mientras permanece refugiada en la residencia diplomática mexicana en Lima, a la espera de que se le conceda el salvoconducto que le permita salir legalmente del país, lo cual el gobierno peruano aún está evaluando.
México se defiende: asilo como herramienta del derecho internacional
El gobierno mexicano, por su parte, sostiene que su decisión de conceder el asilo a Chávez responde al estricto cumplimiento del derecho internacional, en particular al principio de no devolución y a la tradición latinoamericana del asilo político.
En un comunicado, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México advirtió que la reacción de Perú es "excesiva y desproporcionada", asegurando que el asilo no constituye una intervención en los asuntos internos de la nación andina. Hasta ahora, la presidenta Sheinbaum no ha emitido declaraciones personales al respecto.
Contexto histórico: Perú, México y el legado de Pedro Castillo
Para entender la profundidad de esta crisis, debemos recordar que Pedro Castillo fue una figura polarizadora desde su ascenso a la presidencia en 2021. Maestro rural y líder sindical, representó una figura disruptiva en la tradicional élite peruana. Sin embargo, su mandato estuvo plagado de acusaciones de corrupción, tensiones con el Congreso y un intento de cerrar el Parlamento que lo llevó al colapso político.
La comunidad internacional, incluyendo organismos como la OEA, observó con preocupación estos eventos, pero reconoció la legalidad del proceso de sucesión que llevó a Dina Boluarte al poder. No obstante, para muchos simpatizantes de Castillo —en Perú y en el exterior—, su caída fue fruto de un complot político-judicial, una visión con la que Claudia Sheinbaum ha mostrado cierta cercanía ideológica.
Diplomacia latinoamericana: ¿en retroceso?
La decisión de declarar persona non grata a un jefe de Estado es altamente inusual y puede tener consecuencias diplomáticas de largo alcance. Aunque algunos analistas la consideran más simbólica que efectiva, otros advierten que puede entorpecer seriamente los canales de diálogo entre ambos países.
Según el internacionalista Darío Macías, “Perú ha cruzado una línea al politizar la figura presidencial de México, rompiendo con principios básicos del derecho internacional, como el respeto a la soberanía y la no injerencia”. Por otro lado, el politólogo peruano Ricardo Cuenca sostiene que “México ha optado por un alineamiento ideológico que pone en riesgo las reglas de la diplomacia tradicional”.
El rol del Congreso peruano
El actual Congreso peruano, de mayoría derechista y con un historial de enfrentar tanto a Castillo como a Boluarte, reafirma su poder político al erigirse como actor primario en la política exterior peruana. El presidente del Parlamento, Fernando Rospigliosi, expresó tras la votación: "Apoyamos plenamente al gobierno que ha roto relaciones con México, y seguiremos defendiendo la soberanía del Perú".
Además, se anunció el inicio de un debate para inhabilitar a Betssy Chávez de ejercer cualquier cargo público en el futuro, lo que agrava aún más la tensión interna.
¿Un caso similar al de Evo Morales o Julian Assange?
Si bien cada caso tiene sus particularidades jurídicas y políticas, algunos analistas han comparado este episodio con otros sonados conflictos de asilo diplomático. El más cercano fue el de Evo Morales en 2019, cuando renunció a la presidencia boliviana y recibió asilo en México tras denunciar un golpe de Estado.
Otro ejemplo contemporáneo y paradigmático es el de Julian Assange, refugiado durante casi siete años en la embajada de Ecuador en Londres. En ambos casos, el otorgamiento de asilo provocó medidas diplomáticas tensas aunque no se llegó al extremo de declarar persona non grata a un jefe de Estado.
El fantasma del anticomunismo
Muchos de los discursos en el Congreso peruano aludieron al supuesto “intervencionismo progresista” de México. Y es que, desde su llegada a la política nacional, Claudia Sheinbaum ha sido identificada con la izquierda latinoamericana. En este sentido, para sectores conservadores de Perú, su respaldo a Pedro Castillo y sus aliados es visto como una provocación.
“No es casual que sea Sheinbaum quien otorga el asilo. Es parte de ese frente que pretende deslegitimar los gobiernos liberales y respaldar a líderes populistas acusados de corrupción o autoritarismo”, dijo la congresista peruana Patricia Juárez durante un acalorado discurso en el pleno.
Reacciones internacionales y el papel de la OEA
Hasta el momento, la Organización de Estados Americanos (OEA) no ha emitido un comunicado oficial sobre el enfrentamiento entre los dos países. Sin embargo, diplomáticos consultados han expresado preocupación de que esta escalada pueda afectar otros procesos regionales donde tanto México como Perú han desempeñado roles clave.
Organizaciones de derechos humanos e instancias de observación internacional han recordado que el asilo es un mecanismo amparado por la Convención de Caracas sobre Asilo Diplomático de 1954, de la cual ambos países son firmantes.
¿Qué sigue para Betssy Chávez?
Mientras tanto, la figura de Betssy Chávez permanece atrapada en una especie de limbo legal. Perú no concede todavía el salvoconducto de salida, argumentando que está evaluando las implicancias jurídicas nacionales e internacionales del caso. Si esta situación se prolonga, podría derivar en un incidente de carácter humanitario y agudizar aún más la fricción con el gobierno de Sheinbaum.
Claudia Sheinbaum: la dimensión simbólica de su figura
La presidenta mexicana ha sido hasta ahora cautelosa en sus declaraciones sobre temas internacionales. Sin embargo, su decisión de conceder asilo a Chávez marca un punto de inflexión donde su liderazgo asume una dimensión política regional. Esta jugada, considerada por muchos como arriesgada, la posiciona no solo como mandataria de México, sino como una voz resonante en la arquitectura del progresismo latinoamericano.
“Sheinbaum representa hoy una izquierda que no teme confrontar, que hace política exterior con valores ideológicos”, señala la analista internacional Lucila Serrano. Pero también advierte: “Eso tiene un costo; no todos los países están listos para una diplomacia que rompa con los patrones clásicos.”
¿Se está reconfigurando la geopolítica latinoamericana?
En un momento donde la región enfrenta desafíos crecientes —desde economías inestables hasta amenazas autoritarias—, las decisiones en política exterior se vuelven terreno de disputa ideológica. El caso entre Perú y México podría significar el anuncio de una latinoamérica más dividida que unida.
Lo que antes eran gestos diplomáticos ahora se convierten en declaraciones simbólicas y sanciones cruzadas. Si la situación no se resuelve, podríamos estar ingresando en una nueva etapa de relaciones exteriores, donde la política interna y la internacional ya no se distinguen claramente, y donde el asilo, una figura humanitaria, puede convertirse en dinamita diplomática.