Damon Jones, de estrella de la NBA a protagonista de un escándalo por apuestas ilegales
El exjugador y asistente de LeBron James enfrenta cargos por fraude y lavado de dinero tras participar en esquemas de póker amañado y apuestas deportivas con información privilegiada
De la gloria en la cancha a los tribunales
En un giro inesperado que sacude al mundo del deporte, Damon Jones —exjugador de la NBA y asistente técnico en el pasado reciente— enfrenta graves cargos federales en Estados Unidos. Su nombre ha saltado nuevamente a los titulares, pero esta vez no por su destreza en el perímetro, sino por su presunta implicación en una red de apuestas ilegales, filtración de información confidencial sobre jugadores como LeBron James y Anthony Davis, y hasta participación en juegos de póker amañados financiados por la mafia neoyorquina.
El caso: apuestas, trampa y conexiones peligrosas
Jones, de 49 años, fue arrestado junto a más de 30 personas en una redada federal que ha revelado lo que parece sacado de una película de Scorsese: antiguos jugadores de la NBA, apostadores profesionales, mafiosos y organizaciones criminales como los Gambino y Genovese involucrados en operaciones de juego ilegal. Damon Jones se declaró no culpable de los cargos de conspiración para fraude electrónico y conspiración para lavado de dinero.
Según los documentos judiciales, el exjugador vendió información privilegiada sobre lesiones antes de que se hicieran públicas. En un caso específico, alertó a un socio para que apostara por los Milwaukee Bucks al saber que LeBron James no jugaría el 9 de febrero de 2023. La información aún no había sido difundida y, efectivamente, los Lakers perdieron ese partido.
El uso de la información confidencial: un mercado oscuro
El caso de Jones recuerda lo frágil que puede ser la integridad deportiva ante la tentación del dinero fácil. La supuesta venta de datos internos sobre lesiones es una violación directa a la política de transparencia de la NBA, que requiere que se reporte cualquier condición física que afecte la disponibilidad del jugador.
Otro apostador, Marves Fairley, pagó a Jones por adelantarle que Anthony Davis tendría minutos limitados por una lesión. Sin embargo, el dato fue erróneo: Davis jugó con normalidad, encestó 27 puntos y atrapó 15 rebotes, provocando que Fairley exigiera el reembolso de su "inversión": $2,500 dólares.
Jones: una carrera marcada por altibajos
Jones se convirtió en un jugador conocido por su tiro de tres puntos. En sus palabras, llegó a decir que era "el mejor tirador del mundo". Pasó por 10 equipos en 11 temporadas entre 1999 y 2009, sumando más de $20 millones en ingresos. Fue titular en todas las temporadas entre 2003 y 2006 y compartió vestuario con LeBron James en los Cleveland Cavaliers de 2005 a 2008.
Tras su retiro, volvieron a reencontrarse en los Los Angeles Lakers, donde Jones fue asistente no oficial. En 2016 fue parte del cuerpo técnico que llevó a los Cavaliers al anillo de la NBA, un campeonato histórico para la ciudad de Cleveland. Sin embargo, su carrera tras la duela tomó otros rumbos.
El fraude de póker: rayos X y lentes especiales
Más allá de las apuestas deportivas, Jones también está implicado en un complejo esquema de juegos de póker amañados. Según la acusación, utilizaban máquinas alteradas, lentes con tecnología especial, cámaras ocultas y hasta tablas con rayos X incorporados para identificar las cartas de los demás jugadores.
Jones habría recibido $2,500 por participar en una de estas partidas en los Hamptons, siendo instruido para colaborar con otros conspiradores y perder o ganar estratégicamente dependiendo del desarrollo de cada juego. En un momento, incluso envió un mensaje de texto diciendo: “¡Ustedes saben que yo sé lo que estoy haciendo!”.
El papel de las familias mafiosas en el fraude
Lo más alarmante quizá es la implicación de las principales familias del crimen organizado de Nueva York: Gambino, Genovese y Bonnano. Estas organizaciones no solo recibían parte de los beneficios generados por los juegos, sino que también eran los garantes del orden en estas operaciones, cometiendo actos de violencia para asegurar pagos de deudas y mantener el funcionamiento del negocio.
La acusación menciona casos de extorsión, palizas y asaltos cometidos en nombre de la continuidad del negocio de apuestas ilegales.
Implicaciones para la NBA y el deporte profesional
Este escándalo abre una ola de interrogantes sobre la vigilancia interna en organizaciones como la NBA. Las ligas profesionales tienen políticas estrictas para prevenir la infiltración de apuestas ilegales, pero casos como el de Jones muestran vacíos preocupantes.
Aunque no hay indicios de que LeBron James o Anthony Davis estuvieran al tanto de las filtraciones, la cercanía de Jones con James —quien ha sido una figura icónica dentro y fuera de la cancha— hace que el caso tenga una dimensión pública e institucional aún mayor.
Las apuestas ilegales: un problema en expansión
Desde la legalización del juego deportivo en varios estados de EE.UU., la industria de las apuestas ha explotado en popularidad. Según Statista, el mercado estadounidense generó más de $60 mil millones en apuestas deportivas legales en 2023, un incremento del 75% respecto al año anterior. Sin embargo, paralelamente ha crecido el mercado gris, que opera sin regulación y se presta a fraudes, adicciones y manipulaciones.
Los deportistas retirados —con acceso a información privilegiada y muchas veces desconectados del resplandor mediático— son un blanco frecuente para redes de apostadores. Damon Jones, con su historial en la NBA y su rol como asistente, encajaba perfectamente en dicho perfil.
¿Qué sigue para Jones?
De momento, permanece en libertad bajo fianza de $200,000, garantizada con la propiedad de su madre y su padrastro en Texas. Su próximo paso procesal será el 24 de noviembre, cuando tendrá una audiencia preliminar. Su abogado ha sugerido que podrían iniciar procesos de negociación para un posible acuerdo de culpabilidad.
Mientras tanto, su reputación —antes construida sobre triples irreprochables y aires de confianza— queda gravemente comprometida. La historia de Damon Jones ejemplifica cómo el deporte profesional puede ser también la antesala de escándalos que revelan las grietas donde el dinero, la fama y la ilegalidad se cruzan.
Una advertencia para el deporte moderno
Este caso no es solo un relato más de caída en desgracia. Plantea dilemas profundos sobre la seguridad, la transparencia y la ética en el deporte de élite. En un momento donde el fanático tiene más acceso que nunca a datos, estadísticas y fantasías deportivas, lo mínimo que puede esperarse es que los torneos no estén contaminados por el crimen organizado ni manipulaciones tras bambalinas.
Y aunque Damon Jones probablemente no sea el único ni el último implicado en un caso así, sí se ha convertido en una figura simbólica de cómo la corrupción puede colarse por las rendijas más brillantes del espectáculo deportivo.
El baloncesto, una industria con millones en juego
La NBA genera miles de millones de dólares al año. Solo en la temporada 2022-2023, obtuvo aproximadamente $10 mil millones en ingresos, una cifra histórica. Cualquier manipulación o deterioro de su integridad competitiva no solo afecta a los fanáticos, sino a decenas de marcas internacionales, acuerdos televisivos y la economía del entretenimiento en general.
Lo ocurrido con Damon Jones no es solo un problema penal. Es una amenaza a la percepción del deporte y evidencia de que incluso los sistemas mejor diseñados necesitan vigilancia, educación ética e intervención temprana.
