El caos aéreo en EE.UU. por el cierre del gobierno: vuelos cancelados, aeropuertos saturados y pasajeros frustrados
Las consecuencias del cierre del gobierno afectan gravemente al sistema aéreo de Estados Unidos, mientras controladores sin sueldo y aerolíneas en crisis intentan sostener la operación
¿Un país sin cielos seguros?: La FAA ordena una reducción histórica de vuelos
La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos emitió una orden sin precedentes: reducir en un 10% los vuelos comerciales en los principales aeropuertos del país a raíz del prolongado cierre del gobierno. Aeropuertos clave como Atlanta, Dallas, Denver, Los Ángeles y Charlotte comenzaron a aplicar esta disposición desde el viernes, afectando sustancialmente miles de itinerarios.
El objetivo, según la FAA, es reducir la presión sobre los controladores aéreos, quienes han trabajado sin remuneración durante más de un mes. Muchos enfrentan jornadas laborales extenuantes de seis días, con horas extra obligatorias, mientras que un creciente número de ellos ha comenzado a reportarse enfermo, incapaz de sostener el ritmo sin ingresos.
Una reacción en cadena: del shutdown a la saturación de aeropuertos
La medida tomada por la administración Trump es parte de una estrategia para presionar al Congreso a dar fin al impasse presupuestario, pero sus consecuencias ya impactan a millones de pasajeros. De acuerdo con FlightAware, más de 780 vuelos fueron cancelados tan solo en el primer día. Delta Air Lines y American Airlines encabezaron esta ola de cancelaciones, retirando del calendario 170 y 220 vuelos respectivamente.
El recorte progresivo de operaciones, que comenzó con un 4% y se extenderá hasta alcanzar el 10% el 14 de noviembre, se aplica entre las 06:00 y las 22:00 horas, impactando a todas las aerolíneas comerciales. Además, mercados metropolitanos con múltiples aeropuertos como Nueva York, Chicago, Houston y Washington han sido particularmente afectados.
El lado humano del caos: empleados sin salario, familias sin vuelos
Kelly Matthews, una viajera frecuente de Michigan, canceló sus futuros viajes. “No puedes esperar que las personas trabajen sin que se les pague”, expresó. Y no se trata solo de pasajeros: la falta de fondos ha obligado a miles de trabajadores del sistema aéreo a replantearse cómo sobrevivir sin ingresos estables donde, como en palabras de la FAA, el compromiso sobrepasó el límite del sacrificio.
“La seguridad aérea depende del capital humano. Y ahora mismo, ese capital está en bancarrota emocional y económica”, advirtió Henry Harteveldt, analista del sector.
Impacto logístico: no solo vuelos, también paquetes y comercio
Además de los pasajeros, empresas de paquetería como FedEx y UPS han sido severamente afectadas, ya que sus principales centros logísticos —Memphis (Tennessee) y Louisville (Kentucky)— están entre los aeropuertos con restricciones. Esto amenaza cadenas de suministro y envíos de última milla en una temporada crítica previa a las fiestas.
El Departamento de Transporte ha reiterado que si bien los clientes afectados por cancelaciones tienen derecho a reembolsos, las aerolíneas no están obligadas a cubrir gastos adicionales como hospedaje o alimentación, a menos que la causa esté bajo su control directo.
La batalla política detrás del shutdown
La Casa Blanca, bajo la dirección de Trump, ha utilizado estas disrupciones como parte de una estrategia de presión sobre los demócratas, culpándolos de la crisis presupuestaria. Mientras tanto, el propio Trump ha intentado cambiar el enfoque político hacia la “asequibilidad”, prometiendo recortes de impuestos y acuerdos para reducir los precios de medicamentos, como los fármacos para la obesidad de Eli Lilly y Novo Nordisk.
"Somos nosotros, los republicanos, los que nos hemos enfocado en la asequibilidad, no los demócratas", afirmó Trump en una rueda de prensa.
¿Es efectiva esta narrativa frente al panorama económico?
La inflación tiene un comportamiento ambiguo. Según la encuesta AP Voter Poll, el costo de vida es la principal preocupación de los estadounidenses. Aunque Trump ha afirmado que los precios de gasolina y productos básicos están cayendo, los datos muestran que la gasolina promedia $3.08 por galón, apenas dos centavos menos que el año anterior.
Además, la producción laboral ha disminuido en un 23% respecto al año anterior, y el crecimiento salarial desacelera, afectando la percepción ciudadana sobre el bienestar económico.
Política tarifaria: ¿una causa de la inflación?
Un estudio liderado por Alberto Cavallo de Harvard University revela que los aranceles impuestos a las importaciones bajo la administración Trump han contribuido significativamente a la inflación nacional. De no haberse aplicado, la inflación podría haber sido de apenas el 2.2%.
No obstante, Trump insiste en que “los americanos están ganando enormemente” a pesar de que ahora reconoce que “puede que estén pagando algo” por los aranceles. La situación está actualmente bajo revisión en la Corte Suprema, que analiza si el presidente tiene la autoridad para imponer estos gravámenes sin aprobación legislativa.
La FAA, un sistema en tensión
La administración de Trump se enfrenta a un dilema sin precedentes con la FAA, un organismo cuya estabilidad depende altamente de fondos federales continuos. En una entrevista reciente, un funcionario de alto nivel indicó que “el sistema de aviación es demasiado complejo para operar sin mantenimiento constante.”
A medida que se acerca el invierno y con altas temporadas de viaje como el Día de Acción de Gracias y Navidad en el horizonte, el riesgo de un colapso sistémico en la red aérea de EE.UU. crece exponencialmente.
¿Lecciones aprendidas?: El precedente de 2019 y lo que está en juego
No es la primera vez que un cierre prolongado amenaza la seguridad aérea. En 2019, ya se vieron interrupciones similares que costaron miles de millones en pérdidas para el sector turismo, además de episodios de peligro por comunicaciones fallidas y sobrecarga del sistema de radar y control.
Esta vez, con una economía más golpeada por factores externos como el precio de los alimentos, los aranceles y una inflación creciente, las aerolíneas podrían tomar decisiones más drásticas como el cese temporal de operaciones internacionales o el retiro de flotas enteras para reducir costos.
¿Quién pierde? Todos
Este no es un problema solo de viajeros ni de la industria aeronáutica: es un reflejo de cómo decisiones políticas pueden azotar infraestructuras esenciales. El verdadero costo de un shutdown no está solo en boletos perdidos o vacaciones canceladas, sino en la desconfianza creciente hacia un gobierno que pone la estabilidad aérea como ficha en una partida política.
Mientras tanto, millones de pasajeros tendrán que reprogramar sus vuelos, cambiar planes familiares y esperar largas filas en aeropuertos desbordados, con la incertidumbre como único acompañante de viaje.
