Leo XIV: Seis meses con el primer papa estadounidense al timón del Vaticano

Análisis del pontificado de Leo XIV, su estilo, prioridades sociales, apertura con conservadores y su camino propio más allá de Francisco

Desde su elección en mayo de 2025 como el primer Papa estadounidense, Leo XIV ha dado señales claras de hacia dónde quiere llevar a la Iglesia Católica. Con seis meses en el cargo, el Vaticano vuelve a ser escenario de debates doctrinales, reformas sociales e incluso litúrgicas que reflejan tanto continuidad con su predecesor, Francisco, como un estilo más tradicional que ha seducido a los sectores conservadores.

Un papa que se instala en el cargo con paso firme

El comentario informal —“uno se acostumbra”— que Leo XIV hizo al rey Carlos III, cuando éste le preguntó sobre el asedio mediático tras su llegada al Vaticano, demuestra una adaptación sorprendente para alguien que tomó el timón en circunstancias excepcionales. Tras la sorpresiva muerte de Francisco, Leo recibió una Iglesia globalizada, marcada por luchas internas, desafíos doctrinales e impactos de crisis pasadas como los escándalos de abusos sexuales.

Pero Leo, lejos de paralizarse, ha mostrado una combinación de aplomo mediático, claridad en sus objetivos y una mezcla peculiar: ideología progresista en temas sociales con estética y rigor tradicionalista en su imagen y gestión litúrgica.

Continuidad con Francisco: tierra, techo y trabajo

El documento clave de su incipiente pontificado es una encíclica sobre la “opción preferencial por los pobres”, iniciada por el Papa Francisco antes de fallecer y completada por Leo XIV. En ella no sólo reafirma la necesidad urgente de abordar las causas estructurales de la pobreza, sino que lanza fuertes críticas al estilo de vida de las élites económicas, a quienes acusa de vivir en una “burbuja de confort y lujo” mientras millones sobreviven sin vivienda digna ni acceso a los recursos básicos.

Este documento y sus homilías reiteran la famosa tríada que Francisco popularizó: tierra, techo y trabajo. En una audiencia con movimientos sociales e indígenas, Leo agregó un sustento histórico a estas palabras, recordando a su tocayo del siglo XIX, León XIII, el papa que escribió la encíclica Rerum Novarum, que dio inicio a la Doctrina Social de la Iglesia:“La tierra, el techo y el trabajo son derechos sagrados.

Ecología y sostenibilidad: la huella verde continúa

En consonancia con la encíclica Laudato Si’ de Francisco, Leo XIV presidió la primera misa con una nueva oración dedicada específicamente “al cuidado de la creación”. Pero más allá del simbolismo litúrgico, el papa autorizó una megainiciativa: convertir una propiedad vaticana en las afueras de Roma en una gigantesca planta de energía solar. El objetivo es ambicioso: hacer de Ciudad del Vaticano el primer estado del mundo con una huella completamente neutral de carbono.

Aplausos desde el sector conservador

Pese a la coincidencia ideológica en temas sociales, el estilo de Leo XIV ha reconciliado a amplios sectores del catolicismo conservador que se sentían desplazados por la informalidad de Francisco. El nuevo Papa viste más seguido la majestuosa mozzetta roja y la estola bordada, sigue liturgias con estricta formalidad y rara vez se permite improvisaciones durante sus discursos.

Patrick Reilly, presidente de la conservadora Cardinal Newman Society, declaró: “Hay una alegría real dentro del sector tradicionalista por la madurez y disciplina que Leo XIV ha devuelto al papado. Es una bocanada de respeto por la tradición.

El regreso de la misa en latín a San Pedro

Otro punto que ha generado entusiasmo entre los sectores tradicionalistas ha sido el regreso de la misa en latín al altar posterior de la Basílica de San Pedro. La liturgia fue celebrada por el cardenal Raymond Burke, figura destacada del ala conservadora estadounidense. Francisco había limitado severamente su uso en 2021, al considerar que generaba divisiones.

Al permitir nuevamente esta forma extraordinaria de la misa, Leo XIV ha enviado una señal de apertura al diálogo sin romper completamente con la línea franciscana. “Amamos a nuestro Papa y rezamos por él”, dijo Christina Tignot, una feligresa que asistió con su hija, ambas portando velos de encaje al estilo tradicional.

Un liderazgo que también marcha por cuenta propia

Leo XIV ha mostrado que no teme apartarse del camino trazado por su antecesor si lo considera necesario. Así lo demostró al derogar una ley financiera de 2022 que centralizaba todo el poder de inversión en el llamado IOR (Instituto para las Obras de Religión, o Banco Vaticano). Leo reintrodujo una política que permite realizar inversiones a través de otras entidades financieras si resulta beneficioso para la Santa Sede.

Además, ha accedido a reuniones con grupos organizados de víctimas de abusos sexuales por parte del clero, algo que Francisco raramente hacía. Los sobrevivientes señalaron que el Papa se comprometió a avanzar hacia una política universal de “tolerancia cero”. Una medida que podría tener enorme impacto si se implementa sin concesiones.

Una rutina semanal marcada por el equilibrio

A diferencia de la rutina completamente centrada en el Vaticano de Francisco, Leo XIV ha comenzado a pasar sus lunes por la tarde y los martes en Castel Gandolfo, la histórica residencia papal a las afueras de Roma. Allí, según testigos, juega tenis con su secretario, aprovecha para leer y descansar. Su humor más relajado le ha hecho ganar simpatía entre la prensa, que lo espera afuera cada martes para un breve diálogo abierto.

En esas “ruedas de prensa espontáneas” ha ofrecido opiniones sobre el conflicto en Gaza, la inmigración en Chicago —su ciudad natal— y, para sorpresa de muchos, sobre el aborto. En una intervención particularmente comentada, Leo XIV desafió a quienes se autodenominan “provida” en EE.UU. a reflexionar si realmente están comprometidos con todas las formas de vida, incluyendo las vidas de los trabajadores pobres, inmigrantes y mujeres sin recursos.

Ese comentario provocó un revuelo inmediato entre sectores provida más estrictos, aunque fue relativamente breve. Más allá de las reacciones, fue evidente que Leo XIV busca posicionarse en el debate desde un compromiso cristiano integral y no meramente ideológico.

Preparando su primer viaje internacional

Su primer viaje oficial al extranjero está programado para finales de noviembre, con destino a Líbano y Turquía. La elección no es casual: dos países en el corazón del cristianismo oriental y con profundos desafíos políticos y religiosos.

Durante una audiencia protocolaria con la reina Rania de Jordania, se captaron micrófonos abiertos cuando ella le preguntó si realmente era seguro viajar a Beirut. Leo respondió sonriente: “Bueno, vamos”, demostrando una mezcla de determinación y serenidad que empieza a definir su estilo.

¿Quién es Leo XIV: reformista progresista o restaurador disciplinado?

Ambas cosas. Leo XIV ha demostrado que es posible mantener una fidelidad doctrinal cercana al Evangelio social de Francisco mientras recupera las formas litúrgicas y discursivas que tantos extrañaban desde los pontificados de Benedicto XVI y Juan Pablo II. Su estadounidense desenvoltura, su naturalidad mediática y su visión global prometen un papado rico en matices, con la capacidad —y los riesgos— de contentar a varios y desagradar a todos al mismo tiempo.

Al cumplirse apenas seis meses de su elección, el Papa Leo XIV se muestra más asentado que nunca. Su tono mesurado, sus decisiones firmes —aunque no rupturistas— y su voluntad de escucha le están permitiendo consolidarse como un líder espiritual global, dispuesto tanto a arriesgar como a dialogar.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press