Rockefeller Center: El árbol de Navidad que nació de una tradición y hoy ilumina a todo un país
Desde sus humildes orígenes en la Gran Depresión hasta convertirse en un ícono navideño global: la historia del emblemático árbol de Nueva York
Cada diciembre, miles de personas se congregan en el corazón de Manhattan frente al Rockefeller Center, no solo para patinar sobre su famosa pista de hielo, sino para ver una de las imágenes más icónicas de la Navidad moderna: un gigantesco árbol iluminado con miles de luces que simboliza la perseverancia, la esperanza y el espíritu comunitario de Nueva York y de todo Estados Unidos.
Un pino que une generaciones
Este año, el protagonista es un abeto noruego (Norway spruce) de 75 pies de altura (unos 23 metros), cortado en East Greenbush, un suburbio de Albany, a unas 150 millas al norte de Manhattan. El árbol fue donado por Judy Russ y su familia, quienes compartieron que la especie fue plantada por los bisabuelos de su esposo en la década de 1920.
“Para ahora convertirse en el centro de la Navidad de la ciudad de Nueva York es increíble”, declaró emocionada Judy Russ a la estación 1010 WINS, remarcando la resonancia emocional que conlleva ver un legado familiar aportar belleza y calidez a millones de visitantes y espectadores.
Un ritual con raíces en la adversidad
La primera vez que un árbol fue colocado en este sitio ocurrió en 1931, durante la Gran Depresión. Trabajadores de la construcción decidieron colocar un modesto abeto de unos 6 metros adornado con guirnaldas hechas a mano por sus familias. Era un gesto de unión, esperanza y fe en tiempos sumamente duros.
Dos años después, en 1933, se realizó la primera ceremonia oficial de iluminación. Desde entonces, ningún año ha sido excepción, ni siquiera durante la Segunda Guerra Mundial o la pandemia de COVID-19. El árbol navideño del Rockefeller Center se ha convertido en un símbolo cultural sólido y duradero que va más allá del entretenimiento: representa tenacidad frente a la adversidad.
El espectáculo moderno
El árbol de este año viajará en una plataforma de 31 metros de largo hasta la ciudad, donde será colocado frente al Art Deco del 30 Rockefeller Plaza, justo encima de la pista de hielo.
Como es tradición, el árbol será decorado con más de 50,000 luces LED multicolores de alta eficiencia energética y coronado con una espectacular estrella de Swarovski de 408 kilogramos (900 libras), diseñada por el artista alemán Michael Hammers. Esta estrella, introducida en 2018, incluye 3 millones de cristales distribuidos en 70 puntas, una auténtica obra de arte de la ingeniería.
La iluminación oficial será el 3 de diciembre durante una transmisión televisiva en vivo que contará este año con la participación especial de la cantante country Reba McEntire, quien se encargará de presentar el evento.
Impacto cultural y mediático
Millones sintonizan el evento cada año a través de NBC, consolidando su influencia cultural como uno de los rituales televisados más esperados de la temporada navideña. En tiempos de redes sociales, el poder de la imagen del árbol iluminado no ha hecho más que multiplicarse, convirtiéndose en fondo para miles de fotos y contenido viral cada temporada.
Desde selecciones editoriales hasta escenas en películas como Mi Pobre Angelito 2 (Home Alone 2), Elf y Rockettes Christmas Spectacular, el árbol ha gozado de su espacio en el imaginario colectivo tanto nacional como internacional.
Sostenibilidad en una tradición centenaria
Contrario a lo que podría pensarse, el destino final del árbol es profundamente sustentable: luego de que termine su exhibición en enero, será procesado como madera y donado a la fundación Habitat for Humanity, que la utiliza en la construcción de viviendas para familias necesitadas.
Este enfoque ecológico fue adoptado oficialmente en 2007 y desde entonces se repite religiosamente cada año, combinando la tradición con la conciencia ambiental.
¿Cómo se elige el árbol?
La selección del árbol dura meses: un equipo del Rockefeller Center, liderado por el jefe de jardineros Erik Pauze, se encarga de recorrer áreas de Nueva Inglaterra, Pensilvania y el norte del estado de Nueva York para encontrar un ejemplar que cumpla ciertos requisitos:
- Altura mínima de 65 pies (unos 20 metros)
- Forma simétrica y frondosa
- Resistencia al transporte y reubicación
- Accesibilidad para el proceso de tala y transporte
Una vez elegido, Pauze mantiene contacto con la familia propietaria del árbol durante semanas antes de proceder con la logística de extracción, traslado y cuidado.
Un símbolo frente a los desafíos del presente
En un año lleno de tensiones políticas, conflictos internacionales y retos económicos, el árbol del Rockefeller Center emerge otra vez como símbolo de esperanza y unidad. Su origen centenario, cargado de significado histórico, se actualiza cada año al iluminar los corazones de millones.
La tradición del árbol no solo resalta la importancia de los rituales navideños en el imaginario estadounidense, sino que también es un recordatorio de que los pequeños actos de comunidad pueden crecer hasta convertirse en faros de inspiración para el mundo entero.
Así que si tienes la oportunidad de ver el árbol este año, ya sea en persona o desde la comodidad de tu hogar, dedica un momento a apreciar todo lo que significa: una historia de casi 100 años que sigue creciendo desde las raíces del corazón de una familia hasta el cielo de Manhattan.
