Crisis hídrica e impulso a los biocombustibles: ¿dos caras de la misma moneda ecológica?

Desde la amenaza de evacuación en Teherán por sequía extrema hasta el dilema del etanol en India, el mundo enfrenta un dilema urgente entre sostenibilidad energética y seguridad hídrica

La amenaza silenciosa: Teherán al borde de la sed

En Irán, la capital se enfrenta a una de las crisis ambientales más graves de su historia. El presidente Masoud Pezeshkian advirtió recientemente que si no llueve antes de finales de noviembre, se podría recurrir al racionamiento de agua, e incluso, a evacuar Teherán por completo. Con una población de más de 9,1 millones de habitantes en la ciudad y unos 14,5 millones en el área metropolitana, esta situación bordea lo catastrófico.

Las represas que abastecen de agua a Teherán han alcanzado los niveles más bajos en 60 años. Por ejemplo, la represa de Latyan, una de las cinco principales fuentes de almacenamiento de agua, se encuentra apenas al 9% de su capacidad, según cifras del viceministro de Energía, Mohammad Javanbakht.

Esta crisis no es aislada. Irán atraviesa su sexto año consecutivo de sequía, una tendencia que se agrava por el cambio climático global, pero también por décadas de políticas erradas. Industrias altamente consumidoras de agua como la del acero, el cemento y los petroquímicos se han establecido en regiones secas, alejadas de las costas donde el uso de agua desalinizada sería más viable.

El vínculo entre agua y energía, más fuerte que nunca

La hidroenergía representa una porción vital del suministro eléctrico de Irán. Sin embargo, la sequía ha impactado también la generación de electricidad, con plantas que se han apagado por falta de agua de enfriamiento. Esto ha hecho evidente la dependencia crítica entre la disponibilidad hídrica y la estabilidad del sistema eléctrico.

Asimismo, el 80% del agua dulce se destina a la agricultura, gran parte de la cual todavía depende de técnicas de riego ineficientes. “Debemos modernizarnos o enfrentaremos colapsos más graves”, advirtió Gholamreza Gol Mohammadi, funcionario del Ministerio de Agricultura.

El resultado ambiental ya es visible: tormentas de polvo fueron frecuentes este año y el Lago Urmia, uno de los mayores lagos salados del mundo, se ha secado casi por completo. Lo que queda son vastos terrenos salinos que contribuyen aún más a la polvareda.

India y el dilema del etanol: ¿solución o nuevo problema?

Mientras Teherán enfrenta una catástrofe hídrica, India ha acelerado otra estrategia para confrontar el cambio climático: el uso extensivo de etanol como alternativa al petróleo. Este año el gobierno anunció que alcanzó una mezcla del 20% de etanol con gasolina —denominada E20—, cinco años antes de lo previsto.

Este ambicioso objetivo forma parte del esfuerzo para reducir emisiones, abastecer la demanda energética con fuentes nacionales y ahorrar en importaciones de crudo. De hecho, el gobierno ha proclamado que se han ahorrado más de 12.000 millones de dólares en importaciones de petróleo y se han reducido las emisiones de carbono en 74.000 millones de kilogramos, equivalente a plantar 300 millones de árboles.

Impacto en los consumidores… y en los motores

Sin embargo, no todo es motivo de celebración. Conductores como Vijay Ramakrishnan, un empresario de Chennai, afirman que han notado una disminución en la rendimiento por litro de sus vehículos. “El combustible ya es caro, y ahora tengo que llenar el tanque más seguido. No tiene sentido”, dijo a medios locales.

Expertos como Ramya Natarajan del Center for Study of Science, Technology and Policy (CSTEP) señalan que, aunque el etanol es beneficioso en motores compatibles, muchas unidades antiguas en India no lo soportan bien. El youtuber automotriz Amit Khare también afirmó que recibe numerosas quejas sobre daños en motores con E20 y pérdida de rendimiento: “E5 es ideal, E10 es tolerable, pero E20 ha causado muchos problemas”.

¿Se sacrifica la comida por combustible?

La transición al etanol no solo afecta a los conductores. Agricultores como Ramandeep Mann, del estado de Punjab, critican la falta de claridad gubernamental en cuanto a las estrategias de compra para biocombustibles. Muchos sembraron maíz pensando que sería comprado a buen precio, pero la llegada masiva de arroz destinado a producción de etanol colapsó el mercado.

Tradicionalmente el etanol en India provenía de la caña de azúcar, pero en los últimos cinco años su fuente principal pasó a ser los granos, lo que empieza a generar preocupación sobre la sustitución de cultivos alimentarios por cultivos para energía, una práctica que puede agravar la inseguridad alimentaria.

Diversos estudios también señalan que el cultivo de granos para etanol puede ser más contaminante de lo que parece, debido al alto uso de fertilizantes y combustibles fósiles durante toda la cadena de producción. En comparación, un estudio de 2022 del Institute for Energy Economics and Financial Analysis concluyó que instalar estaciones de carga para vehículos eléctricos alimentadas por energía solar es un uso mucho más eficiente de tierra que sembrar cultivos para biocombustibles.

¿Es posible una transición “verde” sin agua?

Tanto en Irán como en India, los esfuerzos por adaptarse a la crisis climática han mostrado las complejidades de equilibrar agendas energéticas y sostenibilidad ambiental. Irán depende todavía en gran medida del agua para producir electricidad, mientras que India tropieza al sustituir un combustible fósil por uno “verde” sin considerar plenamente las consecuencias en el sistema agrícola o la compatibilidad tecnológica.

“Los biocombustibles pueden ser una herramienta útil en la transición energética, pero deben integrarse con racionalidad y previsión”, explicó Purva Jain, especialista en energía. “En vez de mezclas masivas como E20, quizás una política de E10 acompañada de incentivos para vehículos eléctricos sea más realista en este momento”.

La necesidad de una perspectiva integrada

Ambos casos ponen sobre la mesa una importante lección: la transición energética no puede separarse de la gestión inteligente del agua ni del bienestar socioeconómico. Ya sea en forma de embalses secos en Teherán o motores averiados en India, los caminos apresurados sin planificación conducen a más problemas que soluciones.

Enfrentamos una encrucijada global. La sostenibilidad exige más que buenas intenciones: requiere políticas integrales, inclusivas y respaldadas en ciencia. El futuro no solo se define por qué tipo de energía usemos, sino también por cómo y dónde la obtenemos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press