El regreso de los piratas en Somalia y sus consecuencias globales
Un repunte preocupante de la piratería frente a las costas somalíes pone en alerta a la comunidad internacional, mientras Europa intenta contener esta amenaza marítima renovada
Un repunte que desafía años de progreso
La piratería frente a las costas de Somalia, un fenómeno que alguna vez puso en jaque al comercio marítimo internacional a principios de la década del 2010, parece estar regresando con fuerza. El reciente secuestro del buque cisterna Hellas Aphrodite, con bandera de Malta y cargado de gasolina, marca el primer secuestro comercial confirmado desde mayo de 2024. Operaciones como la del grupo Task Force Naval Atalanta de la Unión Europea han sido movilizadas de emergencia para intentar frenar esta oleada delictiva que muchos creían superada.
El ataque al Hellas Aphrodite: un recordatorio del peligro
El 7 de noviembre de 2025, piratas somalíes abrieron fuego con ametralladoras y granadas propulsadas por cohetes contra el Hellas Aphrodite, que navegaba desde la India hacia Sudáfrica. El ataque ocurrió a más de 1,000 kilómetros de la costa de Somalia, sorprendiendo por su audacia y alcance. La tripulación del barco, compuesta por 24 marineros, pudo resguardarse en el 'citadel' del navío, una medida preventiva equipada en muchos barcos desde la época más intensa de piratería hace una década.
La misión Atalanta, que ha sido un instrumento clave en la disuasión de la piratería desde su creación en 2008, confirmó que sus activos estaban aproximándose al incidente “listos para tomar acción adecuada”. Según el centro británico de Operaciones de Comercio Marítimo del Reino Unido (UKMTO), ya se reportó otro intento de abordaje por parte de lo que se cree es el mismo grupo de piratas, esta vez frustrado gracias a la velocidad superior de la embarcación atacada.
¿Qué resucitó a los piratas somalíes?
Para entender esta nueva ola, es necesario retroceder a las causas originales del fenómeno. La piratería en Somalia alcanzó su punto máximo en 2011, con 237 ataques reportados y un impacto económico estimado en 7,000 millones de dólares, según el grupo de monitoreo Oceans Beyond Piracy. Se pagaron aproximadamente 160 millones de dólares en rescates ese año.
Gracias a patrullas navales internacionales, reformas internas en Somalia, y mejores prácticas marítimas, los ataques disminuyeron drásticamente. Sin embargo, varios factores geopolíticos han desestabilizado nuevamente la región, incluyendo:
- Los ataques de los hutíes de Yemen en el Mar Rojo, que han disuadido operaciones navales occidentales de larga duración.
- Una creciente inseguridad interna en Somalia debido a conflictos étnicos y políticos.
- La falta de recursos en patrullas marítimas a raíz de reasignaciones presupuestarias post-pandemia y conflictos en Ucrania y Gaza.
Somalia: una nación entre la pesca y la estigmatización
Osman Abdi, pescador de Mogadiscio, declaró recientemente a medios locales: “Cuando los piratas secuestran, nos hacen daño a todos porque la gente nos empieza a ver como criminales también”. Esta declaración refleja el dilema de muchos ciudadanos somalíes que viven con el estigma de la piratería, a pesar de depender legítimamente del mar.
No se trata solo de la seguridad marítima, sino también de las consecuencias sociales, económicas y morales que enfrentan comunidades costeras. Muchos de estos piratas son jóvenes sin oportunidades, expuestos desde niños a la ausencia del estado y al atractivo del dinero fácil a través del crimen organizado marítimo.
Un patrón repetido: nuevas amenazas y viejos enemigos
El reciente ataque al Hellas Aphrodite se suma a otro ocurrido días antes contra el buque Stolt Sagaland, de bandera de Islas Caimán. En ese caso, los guardias armados a bordo del navío repelieron el ataque con fuego cruzado. Al parecer, todos estos ataques estarían siendo realizados desde un buque pesquero iraní previamente capturado por los propios piratas, desde donde se coordinan operaciones más sofisticadas.
La presencia de instalaciones sofisticadas como este barco nodriza nos revela una evolución en las tácticas y capacidades de los piratas. Ya no se trata de botes de goma con armas caseras. Estos grupos están financiados, posiblemente por redes criminales internacionales.
Datos preocupantes de 2024 y 2025
Según el International Maritime Bureau, en 2024 se registraron siete incidentes confirmados frente a la costa somalí. En los primeros meses de 2025 ya se han producido varios ataques, siendo el del Hellas Aphrodite el primero exitoso contra un buque comercial este año. Esta tendencia no puede ser ignorada por la comunidad internacional.
Desde un punto de vista económico, el impacto puede volver a ser devastador: aumento de las primas de seguros, mayor coste de combustible por rutas más largas y desvíos, presión sobre los precios de bienes importados y complicación en los flujos marítimos clave como el corredor India-Sudáfrica.
¿Cómo responde el mundo?
La misión Atalanta ha reafirmado su compromiso, pero necesita refuerzos. Según fuentes diplomáticas europeas, se está considerando fortalecer la presencia en la zona con apoyo de otras fuerzas aliadas como la OTAN y países como Japón e India, quienes también tienen intereses directos en la estabilidad del comercio marítimo internacional.
Además, se ha propuesto una cumbre internacional contra la piratería para inicios de 2026, con sede potencial en Dubái, buscando establecer un protocolo más eficaz de prevención y respuesta rápida.
¿Es inevitable el regreso de la piratería a gran escala?
Esta oleada en sí misma no implica aún un regreso al punto crítico de 2011, pero sí es una luz roja que no puede pasarse por alto. Mientras haya mares sin patrullas, gobiernos inestables, y jóvenes sin futuro, la piratería seguirá siendo una opción viable económicamente para algunos.
La solución va más allá de blindar barcos. Implica invertir en educación, desarrollo costero, gobierno legítimo y cooperación internacional. Como sociedad global, debemos preguntarnos si estamos realmente comprometidos a contener esta forma de crimen organizado o si simplemente estaremos reaccionando cuando ya sea demasiado tarde.
Hasta que ese compromiso llegue, nombres como Hellas Aphrodite seguirán marcando un capítulo oscuro que amenaza con repetirse.
