Reino Unido en crisis penitenciaria: errores, espías frustrados y una bomba política

Desde liberaciones por error hasta intentos de espionaje, el sistema carcelario británico muestra grietas profundas que sacuden al gobierno y la seguridad nacional

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El Reino Unido está enfrentando una tormenta política y social provocada por una serie de inquietantes fallos dentro de su sistema penitenciario, un entorno ya agobiado por la sobrepoblación, recursos limitados y políticas contradictorias. En los últimos meses, dos incidentes han arrojado una luz cruda sobre las entrañas de una infraestructura judicial tambaleante: un intento de espionaje por parte de un británico con delirios de grandeza y la liberación accidental de prisioneros, incluido un agresor sexual en proceso de deportación. ¿Qué está pasando con la seguridad y el sistema penitenciario británicos?

Howard Phillips: el 'James Bond' traidor

Howard Phillips, de 65 años, fue condenado a siete años de prisión tras ser hallado culpable de intentar espiar para Rusia. Phillips intentó pasar información sensible sobre el entonces Ministro de Defensa, Grant Shapps, a quienes creía eran agentes de inteligencia rusos. Pero en realidad, se trataba de agentes encubiertos del servicio británico de inteligencia.

Estabas dispuesto a traicionar a tu país por dinero”, declaró la jueza Bobbie Cheema-Grubb durante la audiencia de sentencia en el Tribunal de la Corona de Winchester, subrayando que el acusado mostraba una personalidad con tendencias narcisistas y un sentido exagerado de su propia importancia.

Este caso ocurrió entre finales de 2023 y mayo de 2024, justo cuando Shapps ocupaba el cargo de Ministro de Defensa. Según se reveló en el juicio, Phillips llegó a facilitar detalles de contacto del político y la ubicación de su avión privado, en un intento de ayudar a Rusia a interceptar planes de defensa británicos.

“Lo que resulta inaceptable es que el comportamiento imprudente de un individuo pusiese en riesgo extremo a toda mi familia por las actividades de una agencia de inteligencia extranjera” — Grant Shapps

La fiscal jefe, Bethan David, del Servicio de Fiscalía de la Corona, declaró que este veredicto envía “un mensaje claro a cualquiera que considere espiar o ayudar a Rusia”.

'Soñaba con ser James Bond'

Lo más perturbador es el trasfondo psicológico. La exesposa de Phillips testificó que él “soñaba con ser como James Bond” y consumía obsesivamente películas sobre los servicios secretos británicos. Esta obsesión adquirió un matiz delictivo cuando inclinó su fantasía hacia un interés real en actos de traición.

Más allá del espectáculo mediático, el caso pone sobre la mesa una grave pregunta: ¿cómo un hombre cuya fascinación por el espionaje era conocida logró acercarse a autoridades e incluso obtuvo información sensible?

La prisión de Wandsworth: errores que cuestan caro

En paralelo al juicio de espionaje, el sistema penitenciario británico cometió dos errores garrafales al liberar erróneamente a presos desde la célebre y envejecida prisión de Wandsworth, en el suroeste de Londres. Entre los liberados estaba Brahim Kaddour-Cherif, un agresor sexual convicto que se encontraba en proceso de deportación, y Billy Smith, condenado por fraude.

Cherif, un ciudadano argelino que había sobrepasado su plazo legal de estancia desde 2019, se fugó durante más de una semana antes de ser detenido al norte de Londres. La detención fue grabada y ampliamente difundida por Sky News. En un intercambio absurdo, negó su identidad antes de rendirse ante la evidencia fotográfica:

“No soy Brahim, bro” — Brahim Cherif a la policía, para luego añadir: “No es mi culpa, me liberaron ilegalmente”.

Smith, por su parte, se entregó voluntariamente tras unos días en libertad. Ambos incidentes han creado una tormenta política significativa y generado una serie de interrogantes sobre la operativa de las cárceles británicas.

Papeles y caos: un sistema del siglo XIX en pleno siglo XXI

Wandsworth fue construida a mediados del siglo XIX. En 2023, el sistema penitenciario recibió múltiples advertencias sobre las debilidades del centro, particularmente tras la fuga de un prisionero que escapó colgándose debajo de un camión de comida. En teoría, se implementaron protocolos más estrictos. En la práctica, los procedimientos siguen repletos de vulnerabilidades. La causa fundamental es que el sistema aún depende de archivos en papel.

Luego de las liberaciones accidentales, los altos mandos penitenciarios fueron convocados a una reunión urgente para discutir posibles reformas. El gobierno reconoció que el número de liberaciones por error alcanzó 262 durante el año fiscal hasta marzo de 2025, según cifras oficiales, lo que representa un aumento del 128% respecto al periodo anterior.

Choque político: Labour vs. Conservadores

Este aumento ha desatado un campo de batalla político. El actual gobierno laborista —recién instalado tras desalojar a los conservadores— culpa al período anterior por un sistema colapsado debido a años de recortes presupuestarios.

El Ministro de Justicia, David Lammy, declaró:

“Hemos heredado un sistema penitenciario en crisis y me horroriza la cantidad de liberaciones erróneas que está causando. Estoy decidido a abordar este problema, pero hay una montaña que escalar y no se puede subir de la noche a la mañana”.

Los conservadores, sin embargo, consideran que las recientes políticas del Labour para liberar prisioneros anticipadamente en un intento de aliviar la sobrepoblación son el verdadero detonante.

Síntomas de un sistema al borde

  • Más de 80.000 reclusos en Inglaterra y Gales hacen del sistema carcelario uno de los más saturados de Europa.
  • Un tercio de las prisiones están consideradas como violentas o peligrosas.
  • La escasez de personal ha sido señalada como otro factor crítico: hay guardias sufriendo agotamiento extremo por turnos dobles y falta de formación.

Además, el uso inadecuado de centros penitenciarios como centros de detención para inmigrantes (como fue el caso de Cherif) complica aún más la situación operativa, jurídica e incluso diplomática.

¿Se avecina una reforma o una implosión?

Los errores acumulativos —desde la liberación errónea de internos hasta el espionaje doméstico— son más que manchas puntuales. Revelan una desinstitucionalización progresiva del sistema penitenciario británico, que está fallando tanto en seguridad como en rehabilitación.

Con un nuevo gobierno laborista en el poder, hay promesas de revisar procesos, digitalizar el sistema y aumentar el presupuesto. Sin embargo, muchos expertos señalan que poco se puede cambiar si las reformas se topan con resistencia política, falta de voluntad administrativa y una opinión pública dividida entre demandas de seguridad y garantías de derechos humanos.

Como alegoría de su condición, Wandsworth —una cárcel ubicada en una estructura de 170 años— puede muy bien ser el reflejo físico de un sistema conceptual igual de anacrónico.

Por ahora, el Reino Unido se encuentra en un punto de inflexión donde el populismo, el espionaje, la negligencia institucional y la sobrepoblación carcelaria están convergiendo en una tormenta perfecta que amenaza no solo la eficacia judicial, sino también la propia seguridad nacional.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press