Zohran Mamdani y el giro político de Nueva York: ¿Una señal del cambio de era para Israel y Estados Unidos?

La elección del primer alcalde abiertamente pro-palestino en Nueva York despierta alarma en Israel y esperanza en sectores progresistas de EE.UU.

Un terremoto político con epicentro en Nueva York

La elección de Zohran Mamdani como nuevo alcalde de la ciudad de Nueva York ha generado una auténtica onda expansiva, no solo dentro del panorama político estadounidense, sino especialmente en Israel. Con su discurso abiertamente pro-palestino y su enfoque progresista en temas económicos y sociales, Mamdani representa una ruptura sin precedentes con la línea tradicionalmente pro-Israel que ha caracterizado a la política neoyorquina durante décadas.

Para muchos israelíes, y especialmente para miembros del gobierno de Benjamin Netanyahu, la victoria de Mamdani no es solo simbólica: es un reflejo de una transformación más profunda y preocupante para sus intereses internacionales. Pero ¿estamos realmente ante un cambio de paradigma en la política doméstica e internacional de EE.UU.?

¿Quién es Zohran Mamdani?

Mamdani, de 34 años, es un político musulmán de ascendencia ugandesa y nacido en Nueva York, miembro del ala progresista del Partido Demócrata. Antes de llegar a la alcaldía, ya servía como asambleísta estatal por el distrito 36 de Queens. Su activismo ha estado centrado en la vivienda asequible, el acceso a guarderías públicas y la eliminación de privilegios corporativos.

Sin embargo, fue su postura frente al conflicto israelí-palestino lo que concentró la atención mediática internacional. Mamdani no dudó en calificar la campaña militar israelí en Gaza como un genocidio e incluso propuso que el primer ministro Netanyahu sea arrestado si pone un pie en la ciudad.

Israel reacciona con alarma

La reacción israelí ha sido feroz. Funcionarios del gobierno no tardaron en tachar a Mamdani de antisemita y de “enemigo del pueblo judío”. El embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, sostuvo que su elección podría poner en peligro el sentimiento de seguridad de la comunidad judía en Nueva York.

Incluso el ministro de Asuntos de la Diáspora, Amichai Chikli, fue más lejos al publicar en redes sociales una imagen de los ataques del 11 de septiembre con la frase “Nueva York ya olvidó”, apuntando a Mamdani como un peligroso simpatizante de grupos extremistas. También sugirió que los judíos neoyorquinos consideren emigrar a Israel.

Un cambio generacional en EE.UU.

Lo que realmente ha desatado las alarmas en Jerusalén, sin embargo, no es Mamdani en sí, sino el hecho de que casi un tercio del electorado judío en Nueva York votó por él, según datos del AP Voter Poll. Este dato es demoledor: incluso en la ciudad con la segunda mayor población judía del mundo, una figura crítica con Israel ha logrado llegar al poder con cierto grado de respaldo comunitario.

Para analistas como Mairav Zonszein, del International Crisis Group, esto representa una ruptura con décadas de dominación pro-Israel en la política estadounidense: “Ya no existe un monopolio sobre el discurso pro-Israel en EE.UU. La nueva generación, incluso la judía, está tomando otro rumbo”, declaró.

¿Qué representa Nueva York para Israel?

La ciudad de Nueva York tiene una relación histórica e intensa con Israel. Es sede de uno de los consulados israelíes más activos, está plagada de restaurantes kosher, sinagogas y escuelas judías. Para muchos israelíes, es una especie de extensión natural del Estado judío en América del Norte.

El hecho de que allí haya sido electo un político que desafía frontalmente ese vínculo emocional, político y diplomático, constituye un golpe simbólico difícil de ignorar para las autoridades en Tel Aviv.

Mamdani y el voto joven

Entre los votantes menores de 35 años, el apoyo a Mamdani es abrumador. Esta generación ha crecido con la omnipresencia de redes sociales, y con acceso a múltiples fuentes de información que le permiten observar el conflicto palestino-israelí a través de una lente más crítica.

Muchos jóvenes estadounidenses, incluidos los judíos progresistas, ven el proyecto israelí no ya como una tierra prometida asediada, sino como una potencia regional que mantiene bajo ocupación a millones de palestinos.

Su mensaje de derechos humanos universales, justicia económica y rechazo a las jerarquías étnicas parece calar fuerte en estos sectores. Frases como esta de Mamdani en su discurso de victoria lo resumen: “Apoyamos un mundo donde la dignidad no dependa de la religión ni de la nacionalidad. Y sí, eso incluye a Palestina”.

Palestina celebra desde la distancia

Mientras que en Israel se multiplican los gestos de inquietud, en Ramala y demás territorios palestinos hay elementos de esperanza entre los sectores más politizados. El líder político palestino Mustafa Barghouti calificó la victoria de Mamdani como “inspiradora” y la interpretó como una señal de que la lucha del pueblo palestino empieza a permear la conciencia civil del mundo occidental.

“La cuestión palestina ya no es solo una lucha en Medio Oriente; ha pasado a formar parte de los debates políticos en Estados Unidos y Europa”, declaró.

La paradoja del antisemitismo

Uno de los elementos más controvertidos del caso Mamdani son las acusaciones de antisemitismo promovidas por sectores conservadores y algunas instituciones oficiales israelíes. Sin embargo, el propio Mamdani ha condenado inequívocamente el antisemitismo y asegura tener alianzas sólidas con líderes judíos progresistas.

“Lucharemos contra el antisemitismo desde el mismo City Hall, así como otras formas de odio. Seremos intransigentes en proteger a los neoyorquinos judíos como a cualquier otra comunidad”, afirmó durante su fiesta de victoria.

Un giro incómodo para Netanyahu

El silencio inicial del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu sobre la elección de Mamdani también ha sido objeto de análisis. Mientras algunos lo interpretan como indiferencia táctica, otros lo ven como un intento de no antagonizar más con un Estados Unidos dividido en lo ideológico.

Una portavoz del gobierno israelí, sin embargo, aseguró que las relaciones entre EE.UU. e Israel siguen siendo “más fuertes que nunca” y destacó el papel favorable que ha jugado la administración Trump en el proceso de reconstrucción de Gaza tras la guerra más reciente. La mención explícita de Trump, sin embargo, también generó suspicacias sobre el aislamiento de Netanyahu respecto a la actual administración estadounidense.

¿Qué sigue?

El ascenso de Mamdani puede representar el inicio de una nueva era en la política exterior e interior de Estados Unidos. Aunque su impacto inmediato se centrará en los problemas locales de Nueva York, su visión del conflicto palestino-israelí como un imperativo moral desde el sur global hasta Occidente podría reconfigurar viejas alianzas, o al menos, abrir nuevos espacios de disensión.

Lo que es claro es que detrás de esta elección no hay un mero experimento progresista. Hay una nueva pulsión política que desafía el status quo, reconfigura las lealtades tradicionales, e incorpora voces que, no hace mucho, eran impensables en el escenario electoral de la ciudad más influyente del mundo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press