“Bride Hard”: Cuando las bodas y los espías colisionan en el desastre cinematográfico del año

Rebel Wilson lidera esta caótica mezcla de comedia, acción y clichés que no logra aterrizar ni una sola broma

Un pastiche con sabor a VHS de los 80

Imagina una comedia romántica ambientada en una lujosa boda estadounidense. Ahora agrégale strippers vestidos de vikingos, agentes secretos persiguiendo armas biológicas y una lluvia de balas automáticas. El resultado: “Bride Hard”, una de las películas más desconcertantes y mal ejecutadas del año. Dirigida por Simon West (conocido por clásicos de acción de los 90 como “Con Air” y “Lara Croft: Tomb Raider”), esta cinta intenta combinar la energía desbordante de Rebel Wilson con la parodia de los típicos thrillers de espías y las películas de bodas... pero el intento queda a medio camino, o quizás ni eso.

Con una duración de 105 minutos y clasificada como R por violencia y contenido sexual, “Bride Hard” se convierte en una especie de experimento cinematográfico que ni entretiene, ni emociona, ni hace reír. Más bien desconcierta por su estructura narrativa errática y por diálogos tan absurdos que parecen escritos por un grupo de adolescentes sin supervisión.

Rebel Wilson: una heroína sin brújula

Wilson interpreta a Sam, una agente secreta con habilidades letales pero catastrófica en su vida personal. Comparada vagamente con Ethan Hunt de “Misión Imposible” y MacGyver, Sam revive su amistad con Betsy, su mejor amiga de la infancia (interpretada por Anna Camp, su compañera de Pitch Perfect). Todo esto ocurre durante una despedida de soltera en París que termina, como cabe esperar, en caos. A partir de ahí, la acción se traslada a una aislada isla en Savannah, Georgia, escenario de una extravagante boda donde un grupo armado asalta el recinto para robar lingotes de oro. Sí, intercambios de balas por barras doradas, como si estuviéramos viendo una reinterpretación de “Home Alone” con actores adultos.

Las peores líneas que leerás este año

El guion escrito por Cece Pleasants y Shaina Steinberg coquetea con la autoparodia, pero pronto pierde cualquier sentido del tono. Las frases son balas perdidas que no logran impacto, como cuando un villano grita: “¡Está usando las fuentes de chocolate como cobertura!”. O la respuesta de Sam a una insinuación sentimental: “No estoy sola. Tengo mis pechos de apoyo emocional”.

El supuesto humor subversivo tampoco despega. Hay una escena donde una dama de honor embarazada solicita que le canten “My Neck, My Back (Lick It)” a su bebé aún no nacido. El resultado es un sonrojante karaoke entre invitados blancos, ricos y de mediana edad... utilizando la versión para radio.

Una boda tan sangrienta como ridícula

El desfile de despropósitos incluye el uso de planchas rizadoras como armas, tapas de bandejas de entremeses como cuchillas mortales y botellas de champán como garrotes improvisados. Pero nada alcanza el nivel de absurdo de la batalla final, donde las damas de honor —vestidas con pomposos atuendos rojos— utilizan cañones del siglo XVIII para enfrentar a mercenarios equipados con lanzacohetes. Y sí, hay chistes sobre “meterlo hasta el fondo”.

Un elenco atrapado en tierra de nadie

Aunque el elenco tiene nombres conocidos —Stephen Dorff como el villano principal, Justin Hartley como galán con secreto, Anna Chlumsky como dama de honor neurótica y Da’Vine Joy Randolph como la típica amiga con actitud— ninguno logra salvar el guion desastroso. De hecho, todos parecen actuar a desgana, como si supieran que su agente los traicionó al conseguirles este proyecto.

¿Parodia o simplemente mal cine?

“Bride Hard” no termina de decidir si quiere ser un homenaje paródico a clásicos como “Duro de Matar” o una burla voluntaria a los clichés de bodas hollywoodenses. El director alterna entre escenas de acción torpemente editadas y largos diálogos que no llevan a ninguna parte. Como público, permanecemos desorientados ante un producto que ni siquiera logra conjurar esa energía de placer culposo que reside en las malas películas memorables.

Incluso el reel de bloopers al final de la película carece de gracia. Lo que normalmente serviría de alivio cómico solo añade más evidencia de la falta de química, dirección y propósito detrás de cámara.

¿Por qué “Bride Hard” representa lo peor del cine comercial actual?

  • Falta de coherencia tonal: no se define entre comedia absurda ni acción desenfrenada. Como dice un crítico: “Parece querer parodiar a las películas de espías y de bodas hasta que simplemente deja de hacerlo”.
  • Sobreproducción sin propósito: con locaciones saltando de París a Georgia, y con explosiones dignas de Michael Bay, todo parece diseñado para distraer del pobre guion.
  • Actuaciones insulsas: incluso talento comprobado como Da’Vine Joy Randolph o Anna Camp no pueden salvar líneas tan mal escritas.

Una oportunidad desperdiciada para potenciar la comedia femenina

En la última década, la comedia liderada por mujeres ha ganado terreno con títulos como “Bridesmaids”, “Booksmart”, o incluso las primeras películas de Rebel Wilson. Pero “Bride Hard” parece desconocer los avances del cine con perspectiva femenina, reciclando estereotipos y humor burdo sin alma.

La película podría haber utilizado su formato para criticar la industria del matrimonio como espectáculo o incluso explorar genuinamente la amistad femenina en simultáneo a una trama de acción. Pero el resultado es un cóctel incoherente sin argumento ni mensaje.

¿Vale la pena verla aunque sea por el morbo?

Solo si te gusta ver películas malas con amigos, cerveza en mano y la expectativa de burlarte escena tras escena. De lo contrario, mejor ahorra el dinero y espera a que llegue a streaming para un hate-watch colectivo en casa.

Como bromea un crítico en redes sociales: “Si vas al cine a ver ‘Bride Hard’, que no se te olviden tus pechos de apoyo emocional”. Quizás esa sea la única línea que sobrevivirá al olvido.

Datos curiosos y el historial del director

  • Simon West debutó como director en 1997 con “Con Air”, considerada hoy un clásico de culto dentro del cine de acción exagerado.
  • Su segunda película fue “Lara Croft: Tomb Raider” (2001), protagonizada por Angelina Jolie, y aunque fue un éxito comercial, la crítica fue mixta.
  • Desde entonces, su carrera ha sido irregular, dirigiendo títulos como “The Mechanic” y “Stolen” con Nicolas Cage, sin replicar el éxito de sus inicios.

En resumen, “Bride Hard” aspira a ser una comedia de acción ridícula con encanto propio, pero termina siendo una de esas películas que uno termina recomendando solo como advertencia. Una clara prueba de que juntar ingredientes populares —bodas, armas, strippers y Rebel Wilson— no garantiza una receta ganadora.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press