Ozzy Osbourne: El rugido eterno del heavy metal que forjó generaciones

Recordamos a la leyenda británica que dio voz, alma y oscuridad a Black Sabbath y al metal como género, a través de sus canciones más icónicas.

Ozzy Osbourne no fue simplemente un cantante; fue una fuerza cultural, un huracán sónico y una figura que definió —e incluso personificó— el heavy metal desde sus cimientos. Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham, Inglaterra en 1948, creció entre calles industriales y humo de fábricas, un entorno que sin duda moldeó el alma sombría y poderosa que más tarde impregnaría en su música.

Con la reciente noticia de su fallecimiento a los 76 años, cabe rendir homenaje no solo a su vida, sino a su legado musical inmortal. Desde los tenebrosos acordes de Black Sabbath hasta sus incursiones solistas cargadas de teatralidad y mística, Ozzy dejó una marca indeleble que sigue influenciando a legiones de músicos y fanáticos por igual.

Los orígenes del metal: Black Sabbath y una revolución sonora

En 1968, junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, Ozzy formó una banda que pronto cambiaría la historia del rock: Black Sabbath. Su debut homónimo en 1970, con aquella inquietante canción titulada también “Black Sabbath”, marcó el nacimiento no oficial del heavy metal como género.

Más allá del potente sonido, la voz de Ozzy —una mezcla inconfundible de lamento, amenaza y trance— se convirtió en el elemento esencial de la propuesta. Fue con canciones como:

  • “Iron Man” (1970): Probablemente uno de los riffs más reconocibles de toda la historia del rock. Su icónica introducción con la frase robótica “I am Iron Man”, seguida por un tsunami de guitarras pesadas, catapultó a la banda al Olimpo musical.
  • “War Pigs” (1970): Cargada de crítica social, esta canción es un testamento del poder del metal para retratar horrores reales como la guerra de Vietnam. “¿Por qué deberían pelear ellos?” canta Ozzy en una línea que resonó tanto con hippies como con metaleros.
  • “Children of the Grave” (1971): Un ataque furioso y apocalíptico al temor nuclear, con una batería marcial y una de las interpretaciones vocales más intensas de Ozzy.
  • “Sabbath Bloody Sabbath” (1973): Compuesta en uno de los momentos creativos más tensos del grupo, esta canción demostró cómo el dolor y la duda pueden transformarse en arte puro.

Ozzy en solitario: delirios, éxitos y alquimia sonora

Después de ser expulsado de Black Sabbath en 1979 por sus problemas con las drogas y el alcohol, muchos pensaron que Ozzy tenía los días contados. Nada más lejos de la realidad: su carrera solista fue una reinvención espectacular, marcada por colaboraciones explosivas y himnos generacionales.

“Crazy Train” (1980) fue su carta de presentación al mundo por cuenta propia, una canción imparable que hasta hoy es sinónimo de su estilo. “I’m going off the rails on a crazy train” canta, presagiando una vida tan caótica como brillante.

Otros grandes momentos de su carrera incluyen:

  • “Mr. Crowley” (1980): Inspirada en el ocultista Aleister Crowley, esta canción es una mezcla fascinante de teatralidad gótica, solos neoclásicos y atmósferas embrujadas.
  • “Diary of a Madman” (1981): Una epopeya épica con cuerdas, coros y estructuras complejas. Su título lo dice todo: es un viaje a la mente desquiciada de un genio musical.
  • “Mama, I’m Coming Home” (1991): Escrito junto a Lemmy Kilmister de Motörhead, es una canción desgarradoramente bella. Ozzy la dedica a su esposa Sharon Osbourne, mostrando su lado más vulnerable.

Un legado colaborativo para nuevas generaciones

En sus últimos años, Ozzy nunca se alejó de las nuevas generaciones. Al contrario, comprendió que su legado también podía ser transmitido a través de colaboraciones modernas. Prueba de ello es su participación en “Take What You Want” (2019) junto a Post Malone y Travis Scott.

Lejos de parecer fuera de lugar, la voz y presencia de Ozzy ofrecieron a la canción un giro inesperado hacia un terreno más oscuro, enriqueciendo la balada pop con su aura espectral. Fue una lección intergeneracional de cómo el metal puede ser eternamente relevante.

El Príncipe de las Tinieblas más allá de la música

Con su reality show “The Osbournes” en MTV en los años 2000, Ozzy abrió su vida familiar al público general, mostrando una faceta torpe, entrañable y profundamente humana. Fue pionero, una vez más, en un formato que luego seguirían muchas otras celebridades del mundo musical.

Su presencia en la cultura pop rompió barreras: fue caricatura, ícono, meme y mentor. Desde aparecer en videojuegos como Guitar Hero (donde “Crazy Train” tiene presencia estelar) hasta ser nombrado por Rolling Stone como uno de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos, Ozzy Osbourne lo fue todo.

El último alarido

El 2023 marcó uno de sus últimos conciertos, un simbólico adiós en el que aún se le veía desenfrenado, con esa mirada penetrante y voz inquebrantable. Su partida en 2024 nos deja un vacío inmenso, pero también un catálogo de música que seguirá gritándonos verdades oscuras desde la eternidad.

Como diría el propio Ozzy en “I Don’t Know”: “I don’t know what I’m living for / But I’ll keep living on”. Y así lo hará, viviendo eternamente en guitarras distorsionadas y almas metaleras.

10 canciones inmortales de Ozzy Osbourne que debes escuchar

  1. “Iron Man” – Black Sabbath (1970)
  2. “War Pigs” – Black Sabbath (1970)
  3. “Children of the Grave” – Black Sabbath (1971)
  4. “Sabbath Bloody Sabbath” – Black Sabbath (1973)
  5. “Crazy Train” – Ozzy Osbourne (1980)
  6. “Mr. Crowley” – Ozzy Osbourne (1980)
  7. “Diary of a Madman” – Ozzy Osbourne (1981)
  8. “Mama, I’m Coming Home” – Ozzy Osbourne (1991)
  9. “I” – Black Sabbath (1992)
  10. “Take What You Want” – Post Malone ft. Ozzy Osbourne, Travis Scott (2019)

El metal nunca muere, y mientras haya alguien que escuche “Paranoid” o sienta ese escalofrío al oír “Crazy Train”, Ozzy vivirá para siempre.

¡Larga vida al Príncipe de las Tinieblas!

Este artículo fue redactado con información de Associated Press