Trump, Bolsonaro y el choque de democracias: una peligrosa convergencia autoritaria

De los aranceles a Brasil al intento de privatización del Seguro Social, las políticas de Trump reflejan una afinidad preocupante con proyectos autoritarios al sur del continente

Una alianza tácita que despierta alarmas

En un contexto de polarización global cada vez más alarmante, las acciones y discursos del ex presidente Donald Trump siguen dando de qué hablar. Lo último desde Washington pone de relieve una sintonía ideológica entre Trump y el ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dos figuras que han desafiado límites institucionales e intentado redefinir el concepto de democracia a su manera.

Esta semana, Trump firmó una orden ejecutiva que impone un arancel del 50% sobre productos brasileños, en teoría como respuesta a prácticas políticas y judiciales del gobierno brasileño. Pero esa medida, aparentemente comercial, esconde una carga política e ideológica intensa: el respaldo tácito a Bolsonaro y la condena contra las instituciones democráticas brasileñas, en particular el Poder Judicial.

El pretexto económico: ¿una cortina de humo?

El argumento inicial de la administración Trump fue que existía un desequilibrio comercial perjudicial con Brasil. Sin embargo, según datos del Censo de EE.UU., Estados Unidos tuvo en 2023 un superávit comercial de $6.800 millones con Brasil. En otras palabras, las tarifas no responden a un exceso de importaciones brasileñas que amenace la industria estadounidense, sino que están motivadas por factores políticos bajo el pretexto de una “emergencia económica”.

Lo que sí es cierto es que Brasil atraviesa un momento institucional crítico. El ex presidente Bolsonaro está siendo investigado por intentar, presuntamente, dar un golpe de Estado tras su derrota en 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva. A semejanza del propio Trump y su negativa a aceptar su derrota en 2020, Bolsonaro promovió un discurso de fraude y deslegitimación del proceso electoral, derivando incluso en disturbios que recordaron al asalto al Capitolio del 6 de enero.

Alexandre de Moraes: el nuevo enemigo del trumpismo

La figura central del proceso judicial contra Bolsonaro es el ministro del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, férreo defensor del orden constitucional brasileño. Moraes ha sido blanco de sanciones desde el Departamento del Tesoro estadounidense —también anunciadas esta semana— acusándolo de coartar la libertad de expresión por sus decisiones para moderar discursos falsos y violentos en redes sociales.

Con ello, Trump repite su estrategia de convertir a las instituciones judiciales en enemigos, al igual que hizo cuando atacó sistemáticamente al FBI y al Departamento de Justicia por las investigaciones en su contra.

No es solo Brasil: una ofensiva ideológica multidimensional

Más allá de sus movimientos hacia Brasil, la semana de Trump ha traído otras noticias que reflejan su agenda ideológica. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, soltó una declaración tan reveladora como inquietante en un foro de Breitbart News: el programa de cuentas de ahorro para niños, incluido en la más reciente reforma fiscal, es en realidad “una puerta trasera para privatizar el Seguro Social”.

Este comentario revivió rápidamente el fantasma del intento republicano de privatizar parcialmente la Seguridad Social, un tema que lleva décadas en la política estadounidense. Desde que George W. Bush propuso esta idea en 2005, y tras el fiasco electoral que siguió para su partido en 2006, los republicanos habían evitado abordar el tema abiertamente. Pero ahora, lo dicen a viva voz.

Trump Accounts: ¿una trampa disfrazada de oportunidad?

El programa de cuentas propuesto permite abrir una cuenta (“Trump Account”) para cada niño nacido en EE.UU., con una contribución inicial del gobierno de hasta $1,000. Aparentemente una idea progresista, la intención real sería trasladar el ahorro previsional del modelo colectivo del Seguro Social a un sistema individual —una receta odiada por los demócratas y ampliamente rechazada por la ciudadanía según encuestas desde hace dos décadas.

Al quitar financiamiento progresivamente de la Seguridad Social pública, se abriría el camino a convertir el derecho a una jubilación digna en una apuesta al mercado, similar a como funcionan los fondos de pensiones privados en Chile o algunos países europeos.

El Big Tech al servicio de la vigilancia médica

Otra noticia que pasó un tanto desapercibida fue el anuncio por parte de la administración Trump de un nuevo sistema de monitoreo médico privado, desarrollado en conjunto con grandes empresas tecnológicas. Según dijeron, el objetivo es permitir una integración eficiente de datos médicos mediante aplicaciones y compartirlos así entre hospitales y usuarios.

Este movimiento, envuelto en el eslogan “Making Health Technology Great Again”, ha generado preocupaciones éticas y legales. Lawrence Gostin, profesor de la Universidad de Georgetown, declaró que "los pacientes deberían estar muy preocupados sobre cómo sus datos médicos podrían ser usados para perjudicarlos".

Por su parte, organizaciones como el Center for Digital Democracy señalaron que el sistema plantea una puerta abierta para monetizar datos sensibles, facilitando un modelo donde el paciente es un producto más dentro de la economía de vigilancia.

Un mosaico de políticas con una narrativa común

Lo que tienen en común estas tres iniciativas recientes —los aranceles a Brasil, la privatización del Seguro Social y la plataforma de salud conectada— es su concepción autoritaria del poder. En lugar de construir instituciones inclusivas, Trump propone desmantelar las estructuras colectivas en pos de decisiones centralizadas, ideológicas y disruptivas.

Y lejos de buscar consenso, estos movimientos están diseñados para confrontar y dividir: una narrativa de "nosotros contra ellos", donde las élites judiciales, los inmigrantes, los medios o los reguladores aparecen como enemigos del pueblo.

Bolsonaro como modelo, no como advertencia

La defensa que hace Trump de Bolsonaro es también una advertencia sobre sus propias intenciones. Al victimizar al líder brasileño en su batalla contra el Poder Judicial, está proyectando lo que muchos analistas temen sería su actuar si lograra volver a la Casa Blanca: utilizar el poder ejecutivo contra los jueces, la prensa y la oposición.

Además, reinvindicar a Bolsonaro implica también normalizar el intento de maniobras anticonstitucionales para perpetuarse en el poder. No se trata solo de política exterior o de un diferendo diplomático con Brasil; lo que está en juego es la consolidación de una doctrina política que desprecia los pesos y contrapesos democráticos.

El futuro de las democracias occidentalizadas —en América Latina y Norteamérica— parece estar entrando en una etapa de tensiones institucionales extremas. La narrativa populista autocrática de Trump deja claro que seguirá utilizando todas las herramientas a su alcance para instalar su visión de una nación sin intermediarios ni disensos. Y en este camino, Bolsonaro no es su aliado casual, sino su espejo más cercano.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press