¿Vale la pena usar chalecos con peso? Mitos, realidades y consejos para aprovecharlos al máximo

Cada vez más populares en gimnasios y entrenamientos al aire libre, los chalecos de peso prometen mejorar el rendimiento físico y acelerar la pérdida de peso. Pero, ¿qué dice la ciencia al respecto?

Un accesorio que gana terreno en el mundo del fitness

Los chalecos con peso han dejado de ser una herramienta exclusiva de atletas de élite o militares para convertirse en un elemento regular en rutinas de entrenamiento funcional, clases grupales, caminatas e incluso trotes recreativos. Celebridades del fitness y influencers los promocionan como soluciones prácticas para potenciar cualquier actividad física sin variar demasiado la rutina.

Sin embargo, a pesar de la popularidad creciente de estos accesorios, expertos y entrenadores profesionales alertan que su uso debe ser medido y consciente. ¿Realmente ayudan a perder peso más rápido o mejorar el rendimiento deportivo? Esta es la radiografía real del chaleco con peso.

¿Qué es un chaleco con peso?

Un chaleco con peso es, como su nombre indica, una prenda que se ajusta al torso y que se carga con pesos removibles distribuidos en bolsillos estratégicos. El objetivo es aumentar la resistencia durante actividades físicas como caminar, correr, hacer sentadillas, burpees, entre otros.

La lógica es simple: sumar peso obliga al cuerpo a trabajar más para ejecutar los mismos movimientos, lo cual se traduce en un gasto energético y muscular mayor.

Los supuestos beneficios del chaleco con peso

  • Aceleración de la pérdida de peso: al aumentar el gasto calórico en ejercicios cardiovasculares.
  • Mejora de la densidad ósea: especialmente relevante en adultos mayores, como incentivo de estímulos osteoformativos.
  • Incremento de la fuerza y la resistencia: al exigir más del sistema musculoesquelético.
  • Estímulo neuromuscular: en deportes donde la agilidad, velocidad y cambios de dirección son fundamentales.

Estas promesas han llegado a convencer a muchos usuarios ocasionales, pero, ¿qué tan cierto es todo esto?

Lo que dice la ciencia

De acuerdo con Jeff Monaco, preparador físico y docente en la Universidad de Texas en Austin, el chaleco con peso puede ser una herramienta útil para mejorar ciertos aspectos del rendimiento deportivo: "Hay estudios que muestran beneficios en deportes como el fútbol, especialmente en movimientos que requieren agilidad y cambios bruscos de dirección".

Por ejemplo, añadir un chaleco con un 10% del peso corporal podría inducir mejoras en agilidad y velocidad. Para una persona de 70 kg, eso representa un chaleco de 7 kg.

No obstante, el consenso general entre fisiólogos es que los resultados no son ni inmediatos ni milagrosos. En cuanto a la pérdida de peso como tal, la evidencia no es concluyente.

El caso de adultos mayores

Un estudio de 2020 de la Wake Forest University School of Medicine analizó el efecto de chalecos con peso en adultos entre 60 y 85 años durante actividades diarias. El resultado: no hubo diferencia sustancial en la pérdida de peso ni en la conservación de masa ósea frente al grupo que no utilizó chaleco.

Esto demuestra dos cosas:

  1. El chaleco no sustituye el entrenamiento de fuerza específico.
  2. La mejora de la salud ósea requiere cargas más significativas o entrenamientos diseñados para ello.

Precauciones: ¿para quién NO es recomendable el chaleco?

La doctora Elizabeth Gardner, médica deportiva en la Universidad de Yale, advierte que no todos deben lanzarse a utilizar uno:

  • Personas embarazadas
  • Individuos con problemas cardiovasculares o respiratorios
  • Personas con lesiones previas en la espalda, cuello o articulaciones

Una mala postura debido al peso extra puede exagerar dolencias o generar nuevas lesiones. Además, un sobrepeso artificial puede generar desequilibrios musculares o compresión articular.

¿Cómo usar un chaleco con peso de forma segura?

Si quieres incorporar este recurso a tu entrenamiento, sigue estas recomendaciones clave:

  • Comienza con poco peso: entre 5% y 10% de tu peso corporal.
  • Asegura un ajuste firme: sin que limite el movimiento ni dificulte la respiración.
  • Evita entrenamientos de larga duración al principio: 20-30 minutos bastan para adaptarse.
  • Fortalece tu abdomen: vas a necesitar una buena base muscular para mantener la postura.
  • Prioriza la técnica: antes de añadir peso adicional, perfecciona el movimiento.

Y como siempre, busca la opinión de un profesional antes de lanzarte a cargar peso innecesario.

Entonces, ¿vale la pena?

La respuesta es: sí, pero con criterio. El chaleco con peso puede aportar un estímulo extra a ejercicios establecidos, mejorar cierto rendimiento deportivo o romper plateaus de entrenamiento. Pero no sustituye a un plan bien diseñado, ni garantiza metas como perder grasa o prevenir osteoporosis si no viene acompañado de entrenamiento de fuerza y alimentación adecuada.

Como bien dice Jeff Monaco: "Un chaleco con peso puede ser una herramienta útil en tu caja de herramientas, pero no debería ser la única".

Un recurso para avanzar, no para empezar

En resumen, los chalecos con peso deben verse como un complemento para personas que ya tienen una base física sólida. Si estás iniciando en el mundo del fitness, es mejor enfocarse en desarrollar técnica, fuerza y movilidad antes de integrar sobrecargas adicionales.

Cuando estén bien integrados, estos chalecos pueden ayudar a elevar la eficiencia del entrenamiento diario sin necesidad de más tiempo o equipos. Pero si se utilizan mal, también pueden ser un camino seguro hacia fatiga, sobreuso o lesiones.

Por eso, no caigas en la trampa del “más es mejor”. En el fitness, lo inteligente es avanzar con técnica, consciencia y objetivos reales.

¿Estás listo para darle un nuevo peso a tu rutina?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press