Orgullo Boricua al Ritmo del Arte: Bad Bunny, Lin-Manuel Miranda y el Renacer Cultural de Puerto Rico
Cómo el arte, la música y los espectáculos han unido el alma puertorriqueña en medio de la adversidad, la política y la diáspora
Una revolución artística desde el corazón del Caribe
Puerto Rico no sólo es sol, playa y reguetón: es cultura, es resistencia y es arte. En la última década, figuras como Bad Bunny y Lin-Manuel Miranda han encendido los reflectores sobre el archipiélago, rescatando no sólo su riqueza cultural sino también su doloroso contexto político. Desde el escenario del Coliseo de Puerto Rico hasta el del Super Bowl, y desde bailes al ritmo de salsa hasta proyectos que rescatan comunidades arrasadas por huracanes, Puerto Rico ha manifestado que, a pesar de todas sus heridas coloniales, su alma artística está más viva que nunca.
Bad Bunny: el embajador del dolor y el orgullo puertorriqueño
En su residencia de 31 conciertos “No Me Quiero Ir De Aquí” en San Juan, Bad Bunny logró más que llenar estadios: transformó el calendario turístico de la isla, atrayendo a más de 500,000 personas durante un verano históricamente lento y generando un estímulo económico de 733 millones de dólares. Los que asistieron no solo escucharon música; vivieron una clase de historia, una narrativa del alma puertorriqueña.
El espectáculo no se limitó a los éxitos del reguetón. Su nuevo álbum, Debí Tirar Más Fotos, es una mezcla de géneros tradicionales como la plena y la salsa, y canciones como “Lo Que Le Pasó a Hawaii” elevan un mensaje claro: Puerto Rico quiere decidir su futuro.
Más que una estrella: un activista silencioso
El “conejo malo”, nombre artístico de Benito Antonio Martínez Ocasio, no esquiva la política. Su crítica a la respuesta federal tras el huracán María y sus denuncias contra la gentrificación en la isla lo han puesto en el centro del debate.
Declaraciones recientes revelaron que prefirió realizar su gira en la isla por temores de deportaciones masivas e incluso la presencia del ICE en conciertos en EE.UU. continental. “Pudo estar ICE afuera del concierto”, afirmó en una entrevista. Su rechazo a las políticas de inmigración de Donald Trump y su apoyo a Kamala Harris subrayan una narrativa comprometida con su comunidad y su gente.
El Super Bowl 2026: ¿el broche de oro o el inicio de otra batalla cultural?
El anuncio de que Bad Bunny encabezará el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl 2026 en español ha provocado reacciones divididas. Para algunos es una celebración; para otros, una 'decisión política'. Desde músicos como Bruno Mars que le desean suerte, hasta conservadores que lo critican por activismo anti-ICE.
Pero la presencia de Benito en ese evento global es mucho más que un show: es el ingreso oficial del Caribe hispanohablante a un espacio tradicionalmente anglosajón. Aunque sólo tenga entre 12 y 15 minutos, ese tiempo puede establecer una conexión emocional que marque a millones. Muchos se preguntan: ¿Qué mensaje críptico o directo entregará Bad Bunny esta vez?
Lin-Manuel Miranda: el dramaturgo que reconstruyó esperanzas
El nombre de Lin-Manuel Miranda es sinónimo de Broadway, pero también es sinónimo de filantropía, memoria histórica y amor por Puerto Rico. A través de su “Fondo Flamboyán para las Artes”, Miranda ha canalizado más de 22 millones de dólares para apoyar a más de 900 artistas y 110 organizaciones culturales en la isla.
En sus palabras: “Los artistas siempre quedan fuera de la conversación. Pero el arte es nuestro mejor medio de escape y empatía”. Esta visión llevó a producir Hamilton en San Juan en 2019, gesto que no solo ofreció un espectáculo, sino que encendió una ola de inversión en la cultura local.
Arte como resistencia frente al desastre
El huracán María marcó antes y después. Aproximadamente 3,000 personas murieron como consecuencias colaterales por falta de luz y agua, y las pérdidas sumaron más de 115,000 millones de dólares. Pero mientras el aparato político fallaba, el arte tomaba la batuta.
Grupos como Y No Había Luz organizaron “brigadas culturales” para llevar alegría a comunidades aisladas. Incluso en regiones sin alimentos suficientes, se pidió teatro. Según Yari Helfeld, directora del colectivo: “You’re helping heal the spirit”.
La ironía de una isla devastada cuya mayor herramienta para sanar es el arte, demuestra el poder transformador de la creatividad.
De la devastación a la digitalización: el legado del Flamboyán Fund
Más allá del apoyo inmediato, el fondo ha instalado paneles solares en museos, abastecido a organizaciones con kits de ayuda y facilitado la digitalización de 1,200 piezas de arte para preservarlas durante la pandemia de COVID-19. Este movimiento no solo resguarda patrimonios, sino que transita hacia una economía cultural más resiliente.
A pesar de los recortes federales propuestos por la administración Trump a entidades como National Endowment for the Arts y el Institute of Museum and Library Services, Miranda y sus aliados decidieron donar otros $10 millones a Puerto Rico para no detener este renacimiento artístico.
Una sinfonía compartida: Miranda y Benito en un mismo pentagrama
Entre el lenguaje lírico de Hamilton y los poderosos temas de reguetón alternativo de Bad Bunny se dibuja una misma gesta. Según Miranda: “Si alguna vez disfrutaste una canción de Bad Bunny, o una función de Hamilton, apoyar el arte puertorriqueño es apoyar tu propia emoción”.
Ambos artistas, nacidos de una misma sangre boricua pero en escenarios distintos, han encontrado medios para elevar sus mensajes al resto del mundo. Benito canta: “El apagón, esto es pa’ que mami lo baile”. Lin escribe: “This is not a moment, it’s the movement”.
¿Qué nos dice Puerto Rico hoy?
Las palabras de la poeta Rayze Michelle Ostolaza en su texto Ser Puertorriqueño resuenan profundamente: “Sólo quiero que me permitan morir aquí, ser de aquí, silbar como el coquí”. Ese deseo sencillo encapsula siglos de búsqueda de identidad, pertenencia y dignidad.
La cultura puertorriqueña, su arte, su música y poesía, son mecanismos de supervivencia, pero también de afirmación. Desde los salones de ballet convertidos en refugios hasta los estadios colmados de banderas, Puerto Rico se narra a sí mismo y al mundo. Y figuras como Bad Bunny y Lin-Manuel Miranda han probado que el arte puede ser una poderosa forma de autodefensa.
Por eso, cuando Benito cante en español en el próximo Super Bowl, no será solo entretenimiento. Será una reivindicación. Y cada letra, cada coro, llevará consigo siglos de historia no contada… hasta ahora.