Premios Right Livelihood 2025: Activismo en tiempos de crisis global

Sudán, Myanmar, el Pacífico y Taiwán protagonizan un galardón que honra el coraje colectivo frente a la represión, la guerra y el cambio climático

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Un premio para los olvidados del mundo

Cada año, a pocos días del anuncio de los Premios Nobel, un galardón menos conocido pero igualmente crucial reconoce a quienes luchan en las trincheras olvidadas por la diplomacia y la prensa internacional: el Right Livelihood Award, conocido también como el "Premio Nobel Alternativo".

Creado en 1980 por el filántropo sueco-alemán Jakob von Uexkull, este premio busca visibilizar esfuerzos que, según su fundador, eran dejados de lado por los Nobel convencionales. En su edición 2025, la fundación con sede en Estocolmo seleccionó a cuatro laureados que representan la lucha contra la opresión militar, el colapso estatal, el cambio climático y la desinformación digital.

Audrey Tang: democracia digital desde Taiwán

En un momento en que las democracias del mundo se ven sacudidas por la desinformación, la polarización y el control autoritario de la tecnología, la figura de Audrey Tang resplandece como un faro desde Taiwán. Tang, ministra digital del país y conocida como una hacker cívica, ha recibido el galardón "por avanzar en el uso social de la tecnología digital para empoderar a los ciudadanos, renovar la democracia y sanar divisiones".

Con una visión profundamente democrática de la tecnología, Tang ha liderado múltiples plataformas de participación ciudadana y transparencia institucional como Join.gov.tw, en la que ciudadanos y gobernantes debaten políticas públicas en igualdad de condiciones. Su enfoque ha transformado el gobierno digital en Taiwán, consolidando prácticas que luego han sido replicadas en otros países.

"La tecnología no debe ser una herramienta de control, sino de colaboración", ha dicho Tang en múltiples ocasiones. En un clima internacional marcado por la censura en internet, la vigilancia masiva y la manipulación de información, su cruzada por una tecnología inclusiva cobra una vigencia vital.

Sudán: Resistencia frente al colapso

En 2023, Sudán vivió un recrudecimiento del conflicto armado que dejó al país en estado de emergencia humanitaria. En medio del caos, surgió con fuerza la red Emergency Response Rooms (ERR), galardonada "por construir un modelo resiliente de ayuda mutua en medio de la guerra y el colapso estatal, que sostiene a millones de personas con dignidad".

La ERR es una red autogestionada por comunidades que proporciona atención médica, asistencia alimentaria y educación donde la ayuda internacional no puede llegar. En palabras del comité del premio: "Han reemplazado al Estado donde el Estado desapareció".

Más que una labor asistencial, la organización se define como un movimiento de organización social que nació tras las protestas de 2019 y que ha evolucionado en una red clave de supervivencia. Operando en la clandestinidad ante el riesgo de represalias, han salvado vidas desde barrios de Jartum hasta campamentos en Darfur.

Justicia para Myanmar: Desarmando la impunidad militar

Tras el golpe militar de febrero de 2021 en Myanmar, el país pasó de avanzar hacia la democracia a vivir bajo una represión brutal. Frente a este panorama, la organización Justice For Myanmar ha sido premiada "por su valentía y sus métodos pioneros de investigación para exponer y debilitar el apoyo internacional al ejército corrupto del país".

Se trata de un grupo encubierto de activistas y periodistas que han puesto al descubierto los flujos financieros y las redes empresariales que financian al régimen militar. A través de informes detallados y visualmente impactantes, han revelado cómo compañías extranjeras siguen haciendo negocios con el régimen mismo que asesina a su pueblo. En un informe publicado en 2023, demostraron con documentación oficial que empresas en Singapur, Rusia e incluso Europa colaboran con el complejo militar del país.

"El dinero que fluye hacia el ejército de Myanmar es la sangre que alimenta su brutalidad", afirmaron en su reporte final del año. Al exponer públicamente estas conexiones, presionan a gobiernos y empresas para cortar esos vínculos financieros.

Pacífico en resistencia: la justicia climática como derecho

Finalmente, en las islas del Pacífico, donde el aumento del nivel del mar amenaza la misma existencia de naciones enteras, dos actores fueron distinguidos: la organización Pacific Island Students Fighting Climate Change y el abogado ambientalista Julian Aguon. Fueron galardonados "por llevar el llamado por la justicia climática ante la Corte Internacional de Justicia, transformando la supervivencia en un derecho y la acción climática en una responsabilidad legal".

Estos jóvenes activistas empujaron en foros internacionales para que los estados insulares del Pacífico exigieran a los países formalizar sus responsabilidades legales frente al cambio climático. Su mayor logro: la aprobación en 2023 de una resolución histórica en la ONU que solicita a la Corte Internacional de Justicia una opinión consultiva sobre las obligaciones legales de los estados respecto al clima.

Julian Aguon, defensor de los pueblos indígenas desde Guam, vincula la justicia climática con los derechos ancestrales y la soberanía de los pueblos originarios. En sus palabras: "Si el clima destruye nuestras tierras, no desaparece solo la geografía, desaparece toda una historia colectiva".

Una advertencia global y una señal de esperanza

Estos cuatro ganadores de 2025, aunque separados geográficamente, comparten una causa común: la defensa de los derechos y la dignidad humanas frente a amenazas que van desde la dictadura militar hasta la extinción ambiental. Como expresó Ole von Uexkull, director ejecutivo de Right Livelihood y sobrino del fundador:

"Su valor y visión tejen un tapiz de esperanza y demuestran que un futuro más justo y habitable es posible".

Este reconocimiento llega en un momento en que las fracturas del mundo parecen multiplicarse: guerras eternas, colapsos institucionales, ecosistemas en ruinas y tecnologías que muchas veces fortalecen regímenes en lugar de a las personas. Pero también es una llamada a la acción colectiva.

El legado del Right Livelihood Award

El premio, que será entregado el 2 de diciembre en Estocolmo, ha distinguido desde su creación a figuras prominentes como Greta Thunberg (2019), el cirujano congoleño y Nobel de la Paz Denis Mukwege (2013) y la abogada ucraniana Oleksandra Matviichuk (2022), entre muchos otros.

Más que una medalla o una suma en metálico —cuyo monto aún no fue anunciado en esta edición— el Right Livelihood ofrece visibilidad, legitimidad y una red de apoyo para defensores de derechos humanos, activistas ambientales y constructores de paz que actúan fuera de los focos del poder.

¿Por qué importa este premio hoy?

En tiempos donde figuras autoritarias ocupan gobiernos, donde la información se manipula para confundir más que para educar, y donde el planeta da señales de agotamiento, el Right Livelihood Award no solo premia, sino denuncia. Denuncia la complicidad internacional con los opresores; denuncia la indiferencia hacia las islas que desaparecerán bajo las aguas; denuncia el abandono a pueblos como el sudanés, y denuncia los intentos de silenciar las voces como la de Audrey Tang.

Como declaró la fundación en su comunicado oficial:

"Ante el ascenso del autoritarismo y la división global, los laureados de 2025 están trazando un camino diferente: uno basado en la acción colectiva, la resiliencia y la democracia para crear un futuro habitable para todos".

Y en ese camino, ellos no están solos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press