Dioses, Deidades y Eternidad: El Fascinante Mundo de 'Egipto Divino' en el Met
La exposición del Museo Metropolitano de Arte nos transporta al corazón de una de las civilizaciones más enigmáticas de la historia: la Egipcia. Más de 200 obras revelan cómo los dioses antiguos explicaban la vida, la muerte y el universo
Cuando uno piensa en el Antiguo Egipto, imágenes de pirámides, esfinges y sarcófagos dorados desfilan inmediatamente frente a los ojos. Pero hay algo aún más profundo que ha fascinado al mundo durante siglos: sus dioses.
Este otoño, la gran manzana recibe una visita divina. El Metropolitan Museum of Art de Nueva York presenta “Egipto Divino”, una monumental exposición dedicada a la comprensión del panteón egipcio a lo largo de más de 3,000 años de civilización.
Una exposición que es un evento
“Es la primera gran muestra sobre arte religioso egipcio en más de una década”, explica Diana Craig Patch, curadora en jefe del Departamento de Arte Egipcio del Met. Y el entusiasmo es palpable: desde su apertura el 12 de octubre, multitudes han llenado las salas del museo, atraídas por la promesa de ver de cerca los misterios divinos de una de las civilizaciones más longevas de la historia.
Con más de 200 piezas —140 provenientes directamente de la colección del Met y otras cedidas por museos internacionales como el Louvre— la muestra ofrece una mirada panorámica a cómo los egipcios visualizaban, veneraban e incorporaban a sus dioses en todos los aspectos de su vida cotidiana y ritual.
El panteón egipcio: un universo en sí mismo
Según Patch, una de las mayores dificultades fue reducir el número de deidades. “Existen cerca de 1,500 dioses registrados. En esta exposición nos enfocamos en 25 principales, pero aún así fue un reto colosal”, cuenta.
En Egipto, los dioses no eran entidades distantes. Eran protagonistas de la vida, mediadores entre el caos y el orden, fuentes de fertilidad y conocimiento, protectores de los difuntos y creadores del mundo. Cada ciudad tenía su propio dios patronal, y a menudo los dioses cambiaban de funciones, se fusionaban entre sí, o aparecían en distintas formas.
Amun-Re y Tutankhamon: deidades y realeza
Al ingresar a la exposición, los visitantes se encuentran con una impresionante escultura del dios solar Amun-Re junto al joven faraón Tutankhamon. La figura fue prestada por el Louvre y representa a Amun-Re, coronado con plumas y sentado en su trono, colocando las manos sobre los hombros del pequeño rey. Más que el joven Tut, el enfoque está en este coloso divino, poderosa figura solar adorada especialmente en Karnak.
Horus y Hathor: formas múltiples del poder divino
La sala “Expresando lo Divino” se concentra en dos de los dioses más resilientes y versátiles del panteón: Horus y Hathor.
- Horus: Reconocido por su cabeza de halcón y su doble corona, es símbolo del rey viviente. Asociado con la legitimidad del trono y la protección.
- Hathor: Diosa del amor, la música, la fertilidad y la embriaguez, aparece como vaca, cobra, leona, o mujer coronada con cuernos de vaca y un disco solar. Patch comenta: “Es fascinante cómo los egipcios representaban a sus dioses de múltiples maneras —algunos con muchas funciones, otros con una sola esencia clara.”
El dios Re: señor del cosmos
En la sala dedicada a Re, los visitantes descubren una narrativa visual centrada en el sol y su significado espiritual. Desde pinturas hasta esculturas, se revela no solo su identidad como fuente de vida y luz, sino su interacción con otros dioses.
Una pieza clave es un escarabajo gigante: “Representa el amanecer, cuando Re empuja el sol desde el más allá hacia el cielo”, dice Patch. La importancia de Re en la cosmogonía egipcia es crucial; su imagen evolucionó con el tiempo, fusionándose con otros dioses como Amun para formar Amun-Re, símbolo de poder supremo.
Maat: la diosa del equilibrio y la verdad
Uno de los relieves más impactantes proviene del Valle de los Reyes en Tebas (actual Luxor): la diosa Maat, personificación de la verdad, el orden universal y la justicia. En palabras de Patch: “Hoy la traducimos como ‘rectitud’. Representa el mundo funcionando como debe funcionar.”
En la iconografía, Maat lleva una pluma en la cabeza, misma que sería usada en el juicio del corazón tras la muerte: si el corazón era más pesado que la pluma, el alma no alcanzaba la eternidad.
Cosmogonías múltiples: cómo se creó el mundo
El mundo antiguo egipcio no tuvo una sola historia de creación, sino al menos cinco mitos paralelos. Desde la colina primordial de Heliópolis hasta las aguas de Nun en Hermópolis, las versiones varían según la localidad y el momento histórico. “Es hermoso ver cómo para los egipcios era completamente natural tener versiones superpuestas de la creación”, afirma Patch.
Una estatua monumental del dios Min, sin cabeza pero con fuerte carga simbólica, representa estos elementos: dios de la fertilidad, la vegetación y los minerales, Min es una de las deidades más enigmáticas del canon egipcio.
Religión para todos: la fe del pueblo
Si bien los templos grandes eran espacios restrictivos para sacerdotes y faraones, el pueblo también accedía a la divinidad, especialmente durante fiestas y procesiones. Los dioses eran sacados en barcas sagradas y exhibidos públicamente. Patch explica:
“Cuando un dios salía del templo, los fieles podían acercarse a su imagen, hacer preguntas y conectar directamente con lo sagrado.”
Una joya de la exposición es una estatuilla maciza de Amun en oro, situada en una barca ceremonial que recrea esta experiencia. Esta pieza proviene de la colección de Lord Carnarvon, patrocinador de Howard Carter en el histórico hallazgo de la tumba de Tutankhamon en 1922.
Más allá de la muerte: hacia la eternidad
La última sala está dedicada al viaje después de la muerte y a los dioses que lo hacen posible:
- Anubis: guía de espíritus y patrón de la momificación.
- Isis y Neftis: hermanas protectoras del difunto.
- Osiris: señor del inframundo y juez de las almas.
Una estatua sublime —un préstamo del Louvre— los presenta como trinidad sagrada: Osiris envuelto como momia, Horus como halcón y un símbolo real al centro, e Isis con disco solar entre cuernos de vaca. Realizada en oro e incrustada con lapislázuli, es la pieza estelar de la muestra.
Al final del recorrido, Patch reflexiona: “Aunque esta sección trata sobre superar la muerte, gran parte de la exposición es sobre la vida. Para los egipcios, incluso la muerte era un paso más hacia vivir eternamente.”
¿Por qué nos siguen fascinando los dioses egipcios?
El legado del pensamiento religioso egipcio ha influido notablemente en múltiples expresiones culturales, desde la Biblia hasta los cómics modernos. Los dioses egipcios aparecen hoy en videojuegos, series, moda e incluso filosofía contemporánea.
No es solo la estética lo que seduce, sino la profundidad simbólica. Cada dios tiene una función existencial: explicar lo inexplicable, canalizar el miedo, dar consuelo frente a la pérdida, o celebrar la fertilidad y la creación. Re, Maat, Isis, Horus… nos siguen hablando del misterio de la existencia.
“Egipto Divino” convierte al museo en santuario. Te invita a caminar entre dioses, no como espectador, sino como cómplice de una civilización que, miles de años después, aún tiene mucho que enseñarnos.
“Egipto Divino” estará abierta en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York hasta enero de 2025.