La batalla por el aborto en Virginia: el voto político que definirá el futuro del sur de EE.UU.
Abigail Spanberger y Winsome Earle-Sears se enfrentan en una carrera histórica por la gobernación mientras los derechos reproductivos están en juego
Una elección histórica para Virginia
En el corazón del sur de Estados Unidos, Virginia se prepara para una de las elecciones más significativas de su historia reciente. El foco no solo está en que, por primera vez, una mujer podría ocupar la gubernatura, sino también en decidir el futuro del acceso al aborto dentro del estado. Las candidatas Abigail Spanberger, demócrata y excongresista, y Winsome Earle-Sears, republicana y actual vicegobernadora, representan dos visiones profundamente diferentes sobre el derecho al aborto.
El aborto como eje de la contienda
A partir del fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022 que eliminó el derecho constitucional al aborto a nivel nacional, Virginia se ha convertido en un estado santuario para este procedimiento en el sur del país, rodeado de territorios donde se han implementado restricciones severas o prohibiciones totales.
Spanberger ha expresado su apoyo total a una enmienda constitucional estatal que garantizaría el derecho al aborto y solo podría avanzar si el partido demócrata retiene su mayoría en la Cámara de Delegados. Por su parte, Earle-Sears ha mantenido una postura firme contra el aborto, a pesar de haber suavizado su discurso públicamente en la campaña actual.
Los matices del debate público
Rae Pickett, trabajadora de Planned Parenthood Advocates of Virginia, personifica el esfuerzo de movilización a favor de los derechos reproductivos. En eventos de barrio, visiblemente estratégica, lleva una camiseta rosa con la frase “El aborto está en la boleta” mientras toca puertas. El contraste llega al interactuar con votantes como Richell Hines, quien aunque usa una camiseta con un mensaje religioso conservador, mantiene una visión matizada sobre el aborto. "Entiendo que en algunas circunstancias es necesario, y en otras es prevenible. Es un tema difícil", confesó.
¿Qué quieren los votantes de Virginia?
Una encuesta de AP VoteCast reveló que el 60% de los votantes de Virginia cree que el aborto debería ser legal en todos o la mayoría de los casos, lo que coincide con la tendencia nacional. Además, la mayoría se opone a una prohibición nacional del aborto después de las 15 semanas. A pesar de ello, la opinión pública es compleja: muchas personas apoyan restricciones moderadas dependiendo de la situación, lo que obliga a los candidatos a manejar el tema con cuidado estratégico.
El duelo en el debate
En un reciente debate, Spanberger y Earle-Sears abordaron el tema del aborto con estrategias opuestas. Earle-Sears intentó distanciarse de sus declaraciones pasadas —como llamar al aborto “malvado”— y dijo: "No es mi posición. Será lo que los virginianos decidan". Por su lado, Spanberger fue más técnica, defendiendo el estándar de Roe v. Wade y dejando claro su respaldo a la legislación actual que exige consentimiento parental para menores y normas específicas para abortos en el tercer trimestre.
Una enmienda que pende de un voto
La propuesta de enmienda constitucional que impulsan los demócratas aún requiere un voto legislativo más antes de ser llevada a referendo público. En este momento, la mayoría a favor de los derechos al aborto en la Cámara de Delegados es de apenas un voto.
Grupos conservadores como la Virginia Society for Human Life han expresado su preocupación de que esta enmienda pueda invalidar incluso normativas moderadas, incluida la ley de consentimiento parental para menores.
El argumento de los derechos parentales
En los últimos meses, los republicanos de Virginia han entrelazado el tema del aborto con los derechos parentales, reviviendo una estrategia que resultó efectiva en la elección de Glenn Youngkin como gobernador en 2020. Han salido a relucir denuncias, sin fundamento según investigaciones preliminares, de que trabajadores sociales ayudaron a estudiantes a acceder a abortos sin conocimiento de los padres, mientras el gobierno investiga el caso bajo presión del Departamento de Educación federal.
Stephanie Lundquist-Arora, oradora de un evento conservador de Moms for Liberty, comparó una exposición educativa sobre historia de los derechos de las mujeres —que incluía referencias a abortos clandestinos— con “una versión izquierdista del abecedario”. El escándalo fue tal que provocó reacciones de indignación entre los asistentes.
Virginia como destino para abortos
Con la entrada en vigor de restricciones severas en estados vecinos como Georgia, Florida y Carolina del Norte, Virginia ha comenzado a recibir una oleada de personas que buscan atención médica abortiva. Autumn Celeste, portavoz del Blue Ridge Abortion Fund, indicó que entre 2024 y 2025 la organización ha asistido a más de 2,400 personas, en comparación con 1,600 entre 2021 y 2022. Un 17% de estas personas provenían de fuera del estado.
“Nos llaman estado destino,” lamentó Olivia Turner, presidenta de la Virginia Society for Human Life. Aunque para quienes defienden la libertad reproductiva, el término es motivo de orgullo.
¿Qué rol juega el aborto en las decisiones del electorado?
El aborto claramente está en la mente de los votantes. Tres de cada cuatro virginianos dijeron que la política sobre aborto influyó en su decisión electoral. Sin embargo, solo 1 de cada 10 lo consideró el tema número uno, siendo la economía y el empleo el asunto prioritario para 4 de cada 10 votantes.
Richell Hines, quien votará por Spanberger, lo resume bien: “Me preocupa el costo de la vida. No siempre estoy de acuerdo con los demócratas en temas sociales, pero creo que ella protegerá a las mujeres”. En cuanto al aborto, concluye: “No creo que sea mi lugar para juzgar. Solo Dios puede juzgar.”
Más allá de Virginia: un laboratorio político
Virginia se ha convertido en un laboratorio político nacional. Mientras los conservadores intentan restringir más el aborto en todo el país, los resultados de esta elección podrían ofrecer pistas sobre cómo reaccionará el electorado americano en las elecciones intermedias de 2026.
Lo que está en juego en esta elección no es solo la gobernación de un estado. Es el mensaje que los votantes estadounidenses están dispuestos a enviar sobre hasta qué punto están dispuestos a proteger —o limitar— los derechos reproductivos ahora que ya no están garantizados a nivel nacional.
¿Será Spanberger la guardiana de la autonomía corporal femenina en el sur, o logrará Earle-Sears imponer una nueva dirección conservadora en uno de los estados más disputados del país? Todo depende de las urnas.