Mozzarella: El queso que conquistó al mundo y cómo elegir el mejor para cada plato
Desde la cremosa burrata hasta la mozzarella ahumada, descubre todos los tipos de este versátil queso italiano y cómo usarlos como un verdadero gourmet
Una pasión llamada mozzarella
Cuando entras en una tienda con la intención sencilla de comprar mozzarella, es probable que termines completamente abrumado por las opciones. ¿Fresca o de baja humedad? ¿De búfala o de vaca? ¿Burrata, ahumada, trenzada, ciliegine, ovoline o perline? Este universo de quesos blancos y suaves puede parecer intimidante, pero entender la diferencia entre ellos no solo es fascinante, sino que puede transformar por completo tus platos.
En este artículo vamos a desentrañar el mundo de la mozzarella, ayudándote a elegir la variante perfecta para lo que tengas en mente: un antipasto elegante, una pizza de campeonato, o una ensalada veraniega inolvidable. Además, te llevaremos por un breve recorrido histórico, te daremos tips de conservación y hasta te propondremos una cata de mozzarellas para descubrir sus matices como todo un experto culinario.
Un poco de historia
La mozzarella nació en el sur de Italia, particularmente en la región de Campania. Su origen se remonta al siglo XII, cuando los monjes de San Lorenzo en Capua mezclaron leche de búfala con cuajo natural. Pero no fue hasta muchos siglos después, en el siglo XIX, que este queso comenzó a producirse de manera más industrializada.
Hoy en día, algunas mozzarellas cuentan con el reconocimiento DOP (Denominación de Origen Protegida), garantizando que han sido elaboradas usando métodos tradicionales y en regiones específicas, como la famosa Mozzarella di Bufala Campana.
Tipos de mozzarella y cómo usarlos
La mozzarella no es un solo queso: es una familia de texturas, sabores y usos. Estos son los principales tipos que encontrarás, con recomendaciones para cada uno.
Mozzarella fresca
Es la más común en Italia y muchos países de Europa. Viene empacada en agua o suero, lo que mantiene su textura húmeda y suave. Tiene un sabor delicado, muy lácteo y poco salado.
- Ideal para: ensaladas Caprese, sándwiches, pasta fría, pizza estilo napolitano (añadiéndola después del horneado).
- Formas comunes: bolas grandes, bocconcini (pequeñas), ciliegine (cereza) y perline (perla).
Mozzarella de baja humedad
Este tipo es más firme, menos acuosa y se vende rallada o en bloques. Es la estrella de la pizza estadounidense por su gran capacidad de derretirse y formar esos hilos icónicos.
- Ideal para: pizza, lasañas, gratinados, calzones y empanizados.
- Ventaja: larga vida útil en la refrigeradora, hasta varias semanas si está cerrada.
Burrata
Es tal vez la versión más decadente. Una bola similar a la mozzarella por fuera, pero al cortarla libera una mezcla cremosa de mozzarella hilada (stracciatella) y nata (crema de leche). Su textura suave y centro líquido son puro lujo.
- Ideal para: pizzas recién horneadas (añadiéndola tras el horneado), ensaladas, con jamón de Parma, o junto a higos y miel.
- Consumir: en un máximo de 48 horas tras abrirse.
Mozzarella di Bufala
Esta es la joya de la corona. Hecha a partir de leche de búfala de agua, tiene un sabor más intenso, ácido y una textura más sedosa. Contiene más grasa que la mozzarella de vaca.
- Ideal para: platos fríos, como la ensalada Caprese, sola con aceite de oliva y sal, o sobre focaccia caliente.
- Importante: buscar el sello DOP para confirmar su autenticidad.
Mozzarella ahumada (Scamorza Affumicata)
Este tipo ha sido curado brevemente y ahumado, lo que le da un sabor más profundo y terroso. Suele venderse en bloque o cilíndrica envuelta en plástico.
- Ideal para: sandwiches gourmet, ensaladas de grano, platos al horno combinados con mozzarella fresca para equilibrar intensidad.
- Conservación: hasta dos semanas en refrigeración.
Cómo conservarla correctamente
La mozzarella fresca debe mantenerse refrigerada en su líquido original. Una vez abierta, consúmela rápidamente. Puedes colocarla en un recipiente con agua filtrada y una pizca de sal si necesitas extender un poco su frescura. Para la mozzarella de baja humedad, basta con envolverla bien y guardarla en el refrigerador.
Tips de cocina y trucos
- ¿Pizzas con mozzarella fresca? Escúrrela y sécala con papel de cocina antes de hornearla para evitar que la pizza quede aguada.
- Para rellenos: opta por mozzarella rallada de baja humedad; se derrite mejor y no libera líquido.
- Burrata y búfala: siempre al final, como toque de lujo tras la cocción.
Organiza una cata de mozzarella
Una excelente manera de aprender es a través del paladar. ¿Por qué no organizar una cata con amigos o familiares?
Sugerencia: Compra varios tipos: fresca de vaca, búfala, burrata, scamorza, baja humedad. Sirve con pan artesanal, aceite de oliva virgen extra, sal marina y tomates maduros. Añade vino blanco ligero o espumante y tendrás un festín memorable.
Mozzarella y sostenibilidad
Elegir mozzarella no solo es una decisión gastronómica, sino también ética. El queso de búfala, por ejemplo, tiene una huella ecológica mayor pero producciones protegidas como las de Campana DOP suelen cuidar el bienestar animal y el entorno. Algunas marcas artesanales incluso promueven prácticas sostenibles.
Datos curiosos
- La palabra “mozzarella” proviene del verbo italiano mozzare: cortar, en referencia al antiguo proceso de estirado de la cuajada y corte manual.
- En 2022, Italia produjo más de 100 mil toneladas de mozzarella di bufala, según datos del Consorcio de Protección del Queso Mozzarella.
- Una de las variedades menos conocidas es la treccia (trenza), que se suele servir como artesanía culinaria en bandejas de antipasto.
¿Cuál elegir entonces?
Para fundir: baja humedad.
Para ensaladas: fresca o de búfala.
Para sorprender: burrata.
Para dar un giro: ahumada.
Y si no puedes decidir, ¡prueba todas! La mozzarella es tan versátil, deliciosa y única en cada una de sus formas, que merece ser explorada desde todas sus aristas.
Así que la próxima vez que pases por la sección de quesos, no dudes. Llévate una o dos variedades para experimentar. Porque como decía Leonardo da Vinci, “Los detalles hacen la perfección, y la perfección no es un detalle”. Y créenos: ningún detalle es más delicioso que una buena mozzarella.
