Los Panteras, los Bills y los Eagles: ¿Qué dicen sus últimas actuaciones sobre su verdadero futuro en la NFL?
Una mirada a tres franquicias en momentos divergentes: entre replanteamientos ofensivos, lesiones decisivas y resurgimientos espectaculares
Panteras de Carolina: un experimento fallido y una decisión impostergable
La temporada de los Carolina Panthers se ha convertido en una montaña rusa de decisiones arriesgadas y lesiones devastadoras. En el centro del debate se encuentra el entrenador Dave Canales, cuyo reciente experimento de dividir acarreos entre Chuba Hubbard y Rico Dowdle ha fracasado de forma notoria.
Aunque Hubbard ha sido una figura respetada dentro del equipo por su compromiso y consistencia, está claro que Dowdle muestra una explosividad y agresividad en el juego terrestre que han revitalizado brevemente a la ofensiva. Entre los partidos ante Miami y Dallas, acumuló 473 yardas desde la línea de golpeo, antes de que Hubbard retomara el rol protagónico tras recuperarse de su lesión.
En el desastre ante los Bills (derrota 40-9), Dowdle fue, nuevamente, la chispa más brillante en la oscuridad ofensiva, promediando 6.75 yardas por acarreo frente a 2.83 de Hubbard. La lógica indica que, tras estas demostraciones, el balón debe pasar más tiempo en manos de Rico. Canales lo sabe: “No podemos ignorar el impacto que ha tenido”.
La línea ofensiva: un campo minado
La situación médica de los Panthers es caótica, especialmente en la línea ofensiva. Han perdido titulares clave como Brady Christensen (lesión en el tendón de Aquiles), y otros como Taylor Moton (rodilla) y Cade Mays (tobillo) están en evaluación médica. La fragilidad de la línea hace impensable que la ofensiva pueda estabilizarse si no hay refuerzos inmediatos o algún milagro en la enfermería.
McMillan y la promesa del mañana
En medio del caos, una estrella nace. Tetairoa McMillan, seleccionado octavo en el último draft, tuvo siete recepciones para 99 yardas frente a Buffalo, demostrando talento y versatilidad. Junto a él, Jalen Coker sobrepasó a Xavier Legette, de quien se esperaba más tras un partido estelar ante los Jets.
¿El final del ciclo de Dalton?
Andy Dalton mostró todo lo que un mariscal de campo veterano en declive puede mostrar: lentitud, mala toma de decisiones bajo presión y cero touchdowns frente a tres pérdidas del balón. Fue capturado siete veces. A sus 37 años, está claro que el presente y futuro de este equipo no pasa por sus manos.
El rugir silencioso de los Bills de Buffalo
Mientras tanto, en Buffalo, la historia es distinta pero igual de compleja. Aunque James Cook tuvo un juego histórico con 216 yardas por tierra y dos anotaciones (la sexta mejor marca en la historia de la franquicia), lo que realmente debería preocupar es lo poco que está funcionando el ataque aéreo de Josh Allen y su línea ofensiva.
En palabras del propio Allen tras la paliza a Carolina: “No estaba confiando en mis pies y forzando lanzamientos”. Una confesión que preocupa considerando que el próximo rival es nada menos que Kansas City.
La defensa: golpeada por las lesiones
La defensiva de Buffalo también sufre. El tackle defensivo Ed Oliver requerirá cirugía por un desgarro en el bíceps, sumando otra baja a una unidad que ya cuenta con DaQuan Jones fuera y los apoyadores titulares Terrel Bernard y Matt Milano entre algodones.
Sospechoso habitual: el juego aéreo
Si no fuera por la portentosa actuación de Cook, el partido ante Carolina habría expuesto aún más la debilidad del juego aéreo. Sin contar la escapada de 54 yardas de Khalil Shakir, los receptores apenas acumularon 78 yardas combinadas. Un dato alarmante al considerar que, en 2022, Allen tenía un promedio de 7.4 yardas por intento de pase (segunda mejor marca), mientras que hoy apenas alcanza 5.6.
Philadelphia Eagles: renacimiento de un campeón
Si hay un equipo que parece haber encontrado la brújula tras una breve turbulencia, son los Philadelphia Eagles. Tras dos derrotas consecutivas que encendieron las alarmas, especialmente por la pobre actuación de Jalen Hurts ante los Giants, el mariscal respondió con 505 yardas totales y siete touchdowns en dos partidos ganados. ¡Recuperación total!
El coordinador ofensivo Kevin Patullo hizo los ajustes necesarios, incluyendo colocar con más frecuencia a Hurts bajo centro, permitiendo un juego más variado con play-actions y acarreos diseñados.
Saquon Barkley responde con un rugido
Después de ser prácticamente invisible durante varias semanas, Saquon Barkley recordó a todos por qué sigue siendo una amenaza. Frente a su exequipo, los Giants, abrió el partido con un touchdown de 65 yardas y cerró con 150 en total. Su tándem con Tank Bigsby (104 yardas) es el más productivo del equipo desde 2013.
“Ha sido divertido verlo correr el balón”, dijo Nick Sirianni refiriéndose a Bigsby. “No es sorpresa para nosotros. Ya lo vimos hacer eso en Jacksonville”.
La profundidad de los Eagles brilla sin A.J. Brown
A pesar de no contar con su receptor estrella por lesión (y una sospechosa inactividad en redes), la ofensiva no se apagó. Dallas Goedert atrapó dos touchdowns para establecer una nueva marca personal, y DeVonta Smith sumó 84 yardas.
Un descanso necesario
La semana de descanso llega en un momento perfecto para los Eagles. Deben asegurar que Barkley y Cam Jurgens estén al 100% antes del enfrentamiento ante los empoderados Packers. También se espera el regreso de la leyenda defensiva Brandon Graham.
Los números respaldan este resurgimiento: 276 yardas por tierra en su último partido, la mayor cifra lograda por equipo alguno en lo que va de la temporada. Están igualados con los mejores récords de la conferencia (6-2), y sueñan con el sembrado número uno.
¿Qué indica todo esto sobre el resto de la temporada?
- Panthers: Están lejos de ser contendientes. Necesitan renovar talento, decidir un mariscal de campo titular más confiable y mejorar su línea ofensiva si quieren evitar una reconstrucción total.
- Bills: Parecen depender demasiado de parpadeos individuales como los de Cook. Deben encontrar balance ofensivo y sanar su defensa para evitar otro enero decepcionante.
- Eagles: Claramente siguen siendo contendientes. Si mantienen la salud y equilibran su juego aéreo, serán un dolor de cabeza para cualquier equipo en playoffs.
Mientras la segunda mitad de la temporada se avecina, estos tres equipos representan distintas caras de una misma moneda: la implacable exigencia de la NFL, donde el margen de error es mínimo, y la adaptabilidad puede separar al campeón del eliminado temprano.
